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Personas con diabetes deben hacer ejercicio incluso tras una amputación o infarto

Karla Barquero karlabarquero.asesora@larepublica.net | Lunes 07 diciembre, 2020 11:20 a. m.


Unas frutas, aparatos para medir el azúcar y una pesa
Elaboración propia/La República


El ejercicio es uno de los tres pilares que debe tener una persona con diabetes para el buen control de la enfermedad, los otros son la buena alimentación y el apego a los medicamentos.

Sin embargo, algunas personas no le prestan atención a la parte física la cual es clave incluso para quienes han sufrido un infarto, una amputación o nunca han realizado ejercicios en su vida, asegura Javier Calvo Marín, médico endocrinólogo especializado en diabetes y deportista.

Además de saber qué hacer y cómo hacerlo las personas deben conocer el porqué es necesario y la mejor manera para efectuarlo si existe el diagnóstico de diabetes.

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Esto facilita el enganche al ejercicio y da sentido al esfuerzo que se hace mientras se aprenden las rutinas y el hábito queda instalado en la persona, asegura el médico.

El médico expone algunos puntos clave que estos pacientes deben tener en cuenta para comenzar un plan de ejercicios:

-Solo uno de cada cuatro personas con diabetes en el país hace 150 minutos de ejercicio a la semana. Una persona con diabetes puede hacer deporte de alto rendimiento, si aprende a controlar todas las variables necesarias para hacer un esfuerzo mayor sin comprometer a la salud.

"Esto es lamentable porque los beneficios del movimiento para la enfermedad son muchísimos y, según los estudios de la literatura médica, todo paciente puede hacer ejercicio de acuerdo a su condición, aunque tenga hipertensión, aunque haya tenido un ataque cardiaco previo, aunque haya sido amputado y también puede comenzar, aunque nunca haya hecho ejercicio en la vida. La clave, según él es comenzar por lo más fácil y seguir escalando hacia lo más difícil, pasando por conocer cuál es el tipo de ejercicio adecuado para la etapa de la enfermedad y el objetivo que tenga", explicó el médico.

-El ejercicio en la persona con diabetes debe ser organizado

Debe apartar un tiempo especialmente dedicado a su práctica y no solo pensar que el “corre, corre” del día es suficiente, pues su ejecución debe ser con un esfuerzo moderado y/o vigoroso.

Si usted resta a 220 su edad le dirá la frecuencia cardiaca máxima, y con base en eso se pueden calcular porcentajes para las distintas actividades y esfuerzos del ejercicio. Además, debe procurar dos objetivos básicos: perder grasa y ganar músculo.

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-Los ejercicios pueden ser de varios tipos según los objetivos

Aeróbicos (para que el corazón se mueva) resistencia (para ganar masa muscular), combinados, de flexibilidad y balance (para tener buen equilibrio y flexibilidad). Cada uno es importante y es posible que al final la persona intente hacer un poco de todos para tener los beneficios globales en términos de su salud.

El proceso es gradual, se comienza por poco y lo simple, luego se avanza a mayor duración y a mayor complejidad.

Otros objetivos pueden estar relacionados con el interés de las personas en particular, por ejemplo, pueden querer ocio y esparcimiento, es decir, salud mental o, también puede desear rehabilitación o por competición deportiva porque, como ya se dijo, las personas con diabetes pueden tener rendimiento deportivo si aprenden a manejar todas las variables relacionadas con su enfermedad.

-Uno de los temores al iniciar a ejercitarse es la presencia de un “bajonazo”

Algunos medicamentos tienen la función de reducir “el azúcar” del cuerpo y su efecto es por picos de mayor acción, por lo que definir un horario para el ejercicio es un elemento crucial.

Es bueno saber cuál es la ola del medicamento para saber el momento ideal para hacer el ejercicio porque si lo hace cuando el medicamento está en uno de los picos de las olas puede tener un “bajonazo” peligroso, por ejemplo, de 70 mg/dL o menos y eso le llevaría a sentir sudoración excesiva, palpitaciones, temblores, intranquilidad y si se agudiza puede incluso perder el estado de conciencia y desvanecerse.

Por ejemplo, la insulina NPH, llamada lechosa, tarda alrededor de cinco horas en llegar a su efecto más fuerte; por lo tanto, la idea es hacer ejercicio al principio y al final de ese periodo, donde el efecto de reducir el valor de glicemia es menos intenso.

Quizás el médico le recomiende tomar una merienda rápida antes del ejercicio y luego tomar el medicamento, por ejemplo.

La insulina R, es de efecto rápido, puede llegar a su efecto más alto en dos horas, y en este caso el cuidado es merendar antes del ejercicio, ajustar la dosis de ser necesario y estar muy pendiente de los valores de azúcar en las siguientes horas.

Otros medicamentos también pueden provocar un bajonazo en combinación con el ejercicio. La glibenclamida es un ejemplo de eso.

-Si la persona va a un gimnasio puede explicarle al instructor su condición

Para que el instructor le ayude a organizar un plan de ejercicios con todos los cuidados necesarios.

-Beneficios

Las personas que alcanzan a hacer una rutina de ejercicios pueden bajar las dosis de los medicamentos usados para el control de la enfermedad, se sienten con más energía y notan gran capacidad física como fuerza y equilibrio y eso también impacta positivamente la confianza en sí mismo y su estado de ánimo general.


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