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Pasos adelante

Vilma Ibarra vilma.ibarra@gmail.com | Miércoles 27 abril, 2016


 Las mujeres hemos dado un paso adelante en la visibilización de la lucha por mejorar la representación equilibrada de la sociedad en puestos políticos

Hablando Claro

Pasos adelante

En un artículo basado en su libro “Las Sufragistas en Costa Rica” (1994), Macarena Barahona describe concisa y precisa el larguísimo camino que culminó con la aprobación del derecho al voto femenino hace 67 años. La lucha se extendió por casi una centuria; aunque fue cuando Ángela Acuña Brown en 1923 fundó la Liga Feminista y cuando dos años más tarde, Sara Casals publicó “Voto Femenino” que realmente las batallas empezaron a cobrar más fuerza. Ellas y otras lideresas persistieron en el empeño de lograr el derecho al sufragio, venciendo lo que Acuña calificaba como la “conspiración del silencio” que no era otra cosa que la persistente invisibilización de la lucha —acaso esperando, decía ella misma— que a fuerza de ser ignoradas “se apagarían los bríos” de aquellas empecinadas mujeres.
Claro, que la lucha fue siempre acompañada por algunos de ellos. Como los presidentes Ricardo Jiménez y Teodoro Picado que en sus respectivos ejercicios empujaron convencidos que había llegado la hora de reconocer aquel alcance postergado. Hasta 1949 cuando finalmente se aprobó.
Desde entonces, hemos tenido que librar un cúmulo de otras batallas para alcanzar más derechos de participación social y política. Y hoy nos encontramos ante un capítulo más de la larga tarea de inclusión para lograr una sociedad más y mejor representada. Porque hasta hoy, hemos tenido solo una mujer en la Presidencia de la República, solo una al mando del Poder Judicial y únicamente dos al frente del Primer Poder de la República. Sobra un dedo de una mano para contar los cargos de representación máxima que hemos alcanzado en los supremos poderes.
De 22 magistrados que componen la Corte Plena, solo siete son mujeres. Así, en la Sala Penal y más aún en la Constitucional, la disparidad es sensible porque solo hay una magistrada entre cinco y siete integrantes, respectivamente.
Y en el escalafón 1, 2 y 3 de la judicatura, las mujeres logran acceso mayoritario, pero cuando se trata de las gradas 4 y 5 hay embudo a favor de los jueces.
En la Asamblea Legislativa, es usual que las diputadas vayan como vicepresidentas, subjefas o secretarias de comisión y solo pocas veces encabezando los cargos de mayor jerarquía. Por eso el Grupo de Mujeres Parlamentarias y el Foro de Mujeres Políticas por Costa Rica están pugnando por lograr que una sea Presidenta del Congreso en este tercer año.
Estando a media semana, es imposible augurar lo que podría pasar en el Congreso el domingo. Y es cierto también que pareciera improbable (no imposible) que las aspirantes hoy en liza logren su cometido.
Lo mismo sucedió con la lucha por lograr una plaza titular esta semana en el Consejo Superior del Poder Judicial.
Pero, independientemente de ambos resultados, las mujeres hemos dado un paso adelante en la visibilización de la lucha por mejorar la representación equilibrada de la sociedad en puestos políticos. Y como dijo allá en los años 20 don Ricardo Jiménez, eso es importante “por sus intereses particulares, los intereses de sus hijos, los intereses de la Patria, de la Humanidad”.
Seguimos adelante.

Vilma Ibarra

 



 

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