Para ser auténtico
Silvia Castro scastro@ulacit.ac.cr | Lunes 21 septiembre, 2015
Ser auténtico significa ser autónomo, conocerse a sí mismo y lograr ser congruente entre las acciones y palabras con sus creencias y valores
Para ser auténtico
Decía José María Figueres, en su lección inaugural del curso Socialdemocracia, que los costarricenses deberíamos aspirar a ser auténticos, ¿pero qué realmente significa eso? ¿Cómo saber quiénes realmente somos, para no ser una pobre imitación de lo que otros creen que deberíamos ser?
Sospecho que buscaríamos identificar nuestras características más aparentes, utilizando esas etiquetas sociales heredadas por nacimiento o circunstancia, como el género, la lengua, las tradiciones culturales, el color de piel, los ritos religiosos, ideologías políticas u ocupación.
En el ideario popular costarricense siempre fuimos blancos, católicos y campesinos, amantes de la “pura vida” —personas pacíficas, patrióticas, solidarias con el prójimo y defensoras de la educación y el medio ambiente— una sola familia de chonete, chancleta y bomba.
Sin embargo, no tenemos una cultura ni estilo de vida homogéneo. Hoy somos una sociedad con características predominantemente urbanas, pluriétnicas y multiculturales. Vivimos en una aldea global, cada quien con sus rasgos sociodemográficos y de personalidad individuales, dinámicos y variables en intensidad, según el contexto y las demandas del entorno, de su estado anímico y de la etapa etaria en la que se encuentran. Sobre lo demás, es difícil generalizar.
Cuanto más vivamos en la superficie de nuestra identidad, menos contacto tenemos con nuestro ser interior, y más tendencia tendremos a exacerbar la defensa de nuestras particularidades y a entrar en conflicto con las personas distintas a nosotros.
Entonces, a la luz de la globalización, ¿qué significa ser un pueblo auténtico, con una identidad vigorosa y un sentido de pertenencia, ya no a una etnia o una nacionalidad en particular, sino a la especie humana?
Si me preguntan a mí, ser auténtico significa ser autónomo, conocerse a sí mismo y lograr ser congruente entre las acciones y palabras con sus creencias y valores.
Implica tener la capacidad de escuchar esa voz interior en búsqueda de la verdad y la virtud, y permitirle guiar sus decisiones cotidianas.
Requiere estar dispuesto a esforzarse cotidianamente por buscar la excelencia, pero también sacrificar relaciones y circunstancias que atentan contra ella. Una cultura auténtica es una cultura abierta, flexible y adaptable a los requerimientos del entorno, no una cultura aferrada a lo que es popular o familiar.
La disciplina y el compromiso en esta búsqueda no necesariamente generan mayor comodidad, pero sí un mayor sentido de propósito en la vida.
Razón tenía Ralph Waldo Emerson cuando indicó que “el propósito en la vida no es ser feliz, sino ser útil, honorable, y compasivo, para hacer una diferencia por el hecho de haber vivido y haber vivido bien”.
Silvia Castro
Rectora de Ulacit
NOTAS ANTERIORES
Siria después de la dictadura de Bashar Al-Assad
Jueves 12 diciembre, 2024
Ha caído en Siria la dictadura de Bashar Al-Assad que había empezado en el año 2000 después de que su padre la iniciara desde el año 1971
¿Seguiremos con posibilidades electorales confusas?
Miércoles 11 diciembre, 2024
Todavía no se ha hecho un buen balance político de los ocho años del gobierno del Partido Acción Ciudadana.
Cómo evitar aumento de peso
Miércoles 11 diciembre, 2024
Un 15 por ciento de mujeres y 18 por ciento de hombres costarricenses son obesos
La palabra valor
Viernes 06 diciembre, 2024
Por muchos años, en las empresas, se le ha dado prioridad al valor económico que se genera y que es exigido por sus accionistas