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¿Para qué el trabajo Pro-Bono?

David Gutierrez david@gutierrezcr.com | Lunes 29 noviembre, 2010


El trabajo Pro-Bono permite que las personas podamos participar en temas de responsabilidad social de forma individual. La expresión es utilizada en muchos países del mundo para describir el trabajo profesional que se brinda de forma voluntaria y gratuita.

Pro-Bono deriva de la frase latina “Pro Bono Publico”, que se refiere a acciones realizadas “por el bien público”.

Una de las ventajas del Pro-Bono es que los profesionales donan su tiempo en temas en los que agregan mayor valor, por ser asuntos que dominan gracias a su preparación académica y práctica profesional. Es decir, por más importante, necesario e incluso divertido que sea pintar una escuela, limpiar un río o sembrar árboles, es mejor que un experto done su conocimiento especializado y no simplemente su tiempo para llevar a cabo otras actividades. De igual forma, el trabajo Pro-Bono se diferencia de la filantropía pura y simple, ya que si bien esta es de suma importancia, no genera un compromiso del donante con el beneficiario.

Entonces es claro que dos de las ventajas del trabajo Pro-Bono son valor agregado y compromiso.

En países como Estados Unidos y muchos de Suramérica, el trabajo Pro-Bono es muy común y está muy desarrollado. Como resultado de eso, en marzo de 2005 el Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York, por medio del Cyrus R. Vance Center para la Justicia Internacional, junto con la ayuda de destacados juristas de siete países, promovió la redacción de la “Declaración de trabajo Pro-Bono para el continente americano”. El propósito de esta Declaración es que sus signatarios aporten anualmente un mínimo de 20 horas de servicios legales Pro-Bono por abogado individual, o en promedio por profesional, en el caso de firmas o grupos de abogados. Esos servicios legales gratuitos buscan beneficiar principalmente a entidades sin fines de lucro o comunidades menos privilegiadas. Además, los servicios legales Pro-Bono también pueden beneficiar a instituciones cívicas, culturales y educativas que sirvan al interés público y que de otra manera tampoco obtendrían representación y asesoría efectiva.

La junta directiva del Colegio de Abogados, con el liderazgo de su presidenta Erika Hernández, tuvo la excelente y noble iniciativa de formar la primera comisión de trabajo Pro-Bono en su historia. Su objetivo es reunir a firmas de abogados que estén dispuestas a brindar servicios legales en esta área, con la misma calidad y seriedad profesional con que se prestan aquellos remunerados, a diversos proyectos de entidades sin fines de lucro que lo necesiten y que persigan un objetivo de impacto general.

Además, con el fin de poder preparar a sus agremiados de la mejor forma posible y tratar de suscitar que otros colegios profesionales, cámaras empresariales y universidades sigan sus pasos, el 2 y el 3 de diciembre próximos el Colegio será la sede del seminario “¿Cómo promover el trabajo Pro-Bono?”. El evento, además de ser gratuito, cuenta con el apoyo de la AED, la Fundación CRUSA y el Colegio de Abogados de la ciudad de Nueva York. Varios de los profesionales más reconocidos a nivel internacional compartirán sus conocimientos y experiencias sobre el tema con sus homólogos nacionales y centroamericanos.

Un aplauso para estas instituciones por promover el trabajo Pro-Bono, necesario para facilitar el acceso a la justicia, el desarrollo inclusivo, la sensibilidad social y, en general, un país más justo para todos.

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