Paliza y liderato morado
Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Lunes 21 octubre, 2013
Paliza y liderato morado
Saprissa aplastó a Limón y regresó a la cima del campeonato
Saprissa solo le prestó el liderato al Herediano por poco más de una semana, lo mismo que el segundo puesto a la Liga, porque hizo pagar a Limón los platos rotos y a la vez, retomó lo que reclaman como suyo, el primer lugar.
Saprissa es un equipo de malabaristas, de jugadores habilidosos, que si les dan espacio hacen fiesta y Limón se lo dio, por eso las paredes fueron claves para romper la defensa y en la primera Diego Estrada dejó de cara a gol a Josué Martínez, quien no perdonó.
Aunque no eran muchas las atrapadas de Román Arrieta, Limón estaba sometido al dominio, que tras una ajustada mano en el área de Luis Carlos Artavia, el silbatero Ricardo Cerdas decretó penal y Saprissa aumentó a 2 a 0, con ejecución del nuevo penalero morado, Jordan Smith.
David Ramírez pudo haber concretado el tercero, falló, pero no lo hizo Diego Madrigal, quien con sobrada calidad, se enfiló en velocidad ante Arrieta, al que con toque de maestro, mandó a recoger el balón por tercera vez al fondo de la red.
Lo único malo para los morados fue que debió salir lesionado Juan Bustos Golobio, quien sufrió fractura de su clavícula y fue operado anoche en el Hospital CIMA, por lo que estará de baja de seis a ocho semanas.
Limón descontó, obra de Mayron George, quien solo ante el mundo le ganó la posesión a Michael Barquero y fusiló a Donny Grant, en el epílogo de la primera parte.
En la complementaria, Saprissa quitó un poco el pie del acelerador y Limón reordenó sus jugadores en busca de al menos terminar con el 3 a 1 y lo estaba logrando hasta que se dio otro penal, debido a una mano de Alvin Bennet.
Aunque lo quiso lanzar Diego Estrada, el penalero es Smith, quien pese al berrinche de su compañero, se paró frente al balón, cerró los ojos y fusiló para el 4 a 1, ya lapidario.
Le tocó a Ariel Rodríguez hacer la quinta anotación para un Saprissa que de haber querido hubiese humillado más al endeble rival.
Cristian Williams Méndez
cwilliams@larepublica.net