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País se contradice sobre desaleteo de tiburones

Ernesto Villalobos evillalobos@larepublica.net | Sábado 14 enero, 2012




Incopesca permite importación por tierra de aletas
País se contradice sobre desaleteo de tiburones
Legislación prohíbe entrada de estas membranas sin cuerpo

Contrario a la imagen que proclama ante el mundo, Costa Rica permite que miles de kilos de aletas de tiburón, sin sus cuerpos, ingresen a su territorio.
Peor aún, mientras parte de la legislación sobre comercio exterior prohíbe el ingreso de aletas sin el respectivo cuerpo, el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) opina que no es clara sobre su importación por tierra o aire.
En ese limbo jurídico yacen atrapadas las vidas de miles de tiburones de todas las especies, que son ultimados en alta mar para luego ser procesados en suelo costarricense.
Registros de las aduanas costarricenses en Peñas Blancas, en poder de La REPUBLICA, dejan ver el ingreso de miles de toneladas de aletas en contenedores, procedentes de los puertos donde atracan barcos que han sido identificados como tiburoneros o dedicados al desaleteo.
Lo anterior se dio en 2011, después de que en diciembre de 2010 una modificación a la Ley General de Aduanas, que además involucra para su ejecución al Incopesca, obliga a las naves tiburoneras a desembarcar su carga en los muelles públicos.
Esa misma regulación aduanera es clara: “la aleta de tiburón debe estar adherida al mismo, la importación de solo la aleta está prohibida”.
El único requisito para la importar aletas cortadas es un certificado del puerto de embarque en el que se haga constar la procedencia de la carga, de acuerdo con lo consultado en el propio puesto aduanal de la frontera norte.
“Actualmente ni siquiera es necesario el certificado, siempre y cuando haya una autorización de Incopesca, y de ellos ya se sabe que se pueden obtener todos los permisos que necesiten los importadores taiwaneses”, externó Randal Arauz, presidente de la organización Programa Restauración de Tortugas Marinas (Pretoma).
Lo anterior sucede pese a que hace un año el país aprobó una modificación a sus leyes, la cual obliga a todo barco a mostrar el cuerpo de los tiburones, antes de separar las aletas.
Esa medida es evadida por los pesqueros de otras nacionalidades, que ya encontraron la manera de burlar la legislación.
“Los barcos taiwaneses han optan por ir a puertos de Nicaragua, para descargar ahí toneladas de aletas, porque saben que en Costa Rica eso es penado con cárcel”, explicó Arauz.
Una vez ahí, los cargamentos se colocan en camiones que horas después entran a suelo tico, con destino a plantas de procesamiento privadas en Puntarenas, insistió Arauz.
Documentos en poder de LA REPUBLICA comprueban la forma en que los navíos Hung Chi Fu 35 y Hung Chi Fu 68 (taiwaneses) registraron ingresos consecutivos a puertos nicaragüenses, donde descargaron buena parte del producto que llevaban, para luego dirigirse a Puntarenas, donde ingresaron declarando toda su pesca, excepto lo que habían desembarcado en suelo nica.
Sobre la interpretación de la reglamentación vigente, el jerarca del Incopesca expresó que la legislación debería ser revisada, porque si viene de otros países las autoridades locales no tienen injerencia.
“Lo que dice nuestra ley es claro: no pueden ingresar aletas separadas de los cuerpos. No podemos ir más allá porque estaríamos obstruyendo el libre comercio”, argumentó Luis Dobles, presidente ejecutivo de Incopesca.
Un recurso de amparo interpuesto por Pretoma, en procura de que se prohíba la importación de las aletas de tiburón por tierra o aire, fue acogido por la Sala Constitucional.
La Sala IV pidió explicaciones al jerarca de Incopesca, y se encuentra analizando la documentación enviada por el titular.

Ernesto Villalobos
evillalobos@larepublica.net






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