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Nuevos empleos hacen pobres

Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Miércoles 07 noviembre, 2012


La gente que no encuentra un empleo formal y calificado busca una solución en la calle, aunque no tenga relación con su profesión. Ese es el caso de José Morales, quien con el oficio de taxista escapó del desempleo. Marco Monge/La República


Poca especialización pone límite a los salarios

Nuevos empleos hacen pobres

Mayoría de nuevas plazas creadas es en industria tradicional

Los empleos pueden empobrecer a la gente, y eso nos está sucediendo.
Aunque la situación económica del país es mejor que años atrás, las opciones de empleo son limitadas.
A eso se suma una caída en la inversión que hace el Gobierno para mejorar la educación y erradicar la pobreza.
Es cierto, hubo una mejora económica que significó la apertura de plazas nuevas, pero fueron insuficientes.
De 103 mil nuevas personas que el año pasado estaban dispuestas a trabajar, solo 87 mil lograron obtener empleo. El resto se quedó con las manos vacías.
La mayoría de esas personas que sí lograron emplearse, lo hizo en trabajos con salarios bajos, dentro de la industria tradicional y no especializada, como las fábricas, o en servicios básicos, como los choferes.
Esto a pesar de que las políticas gubernamentales han apostado por impulsar otras áreas económicas como las zonas francas o los servicios especializados, donde ya no se está empleando a tanta gente.
En el caso del empleo en total, siete de cada 100 personas carecen de trabajo fijo.
El agravante es que se trata de la misma cantidad de gente que hace tres años, cuando el país estaba en crisis.
Este problema con el empleo reduce el ingreso de las familias, y pone en riesgo a muchas personas de clase media, que ya no pueden sostener el nivel de gasto al que estaban acostumbradas.
Actualmente hay más pobres que nunca. A más de 1 millón de personas no le alcanza lo que gana para vivir.
Los aumentos salariales benefician a la población más rica, pero los más pobres están recibiendo en términos reales un menor salario que hace tres años.
Y para colmo, los recursos que el Gobierno invierte para reducir la pobreza también cayeron, reveló el 18 Informe Estado de la Nación presentado ayer.
Para atender a esta población, el Gobierno destina recursos para proyectos de vivienda, educación y bonos.
Sin embargo, de 2010 a 2011 la administración de Laura Chinchilla redujo en un 0,5% las ayudas sociales, la primera baja en términos reales que se produce desde la década pasada.
Esta fractura, que está generando una Costa Rica de ricos y otra de pobres, es uno de los principales desafíos que se deberán resolver a futuro, de acuerdo con Jorge Vargas, director del Estado de la Nación.

Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net







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