Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Viernes 06 junio, 2008
Luis Antonio Marín no aceptó volver a la Selección Nacional pero fue llamado.
El capitán de la Selección Nacional es Víctor Cordero.
Marín y Cordero han acaparado el puesto de defensa central de la Selección Nacional desde los dos últimos campeonatos mundiales, y ya vamos para el tercero.
Entonces salta la pregunta.
¿Qué clase de fútbol tenemos, que no ha sido capaz de darnos, producir o promover un solo defensor central capaz de sustituir a este par de jóvenes treintañeros?
Costa Rica va a iniciar una nueva eliminatoria mundialista la semana entrante, con Víctor Cordero como defensa central y sin Luis Marín, solo porque este rehusó la convocatoria.
¿Cómo es posible que en diez años, de 1998 a 2008, diez campeonatos mayores de fútbol, con 12 clubes y la participación de centenares de futbolistas, no le hayan dado a la Selección Nacional, otro defensa central?
Si quitamos a Marín y a Cordero y repasamos las listas de jugadores seleccionados después del mundial de Francia 98, al que no asistimos, el único defensor joven que se ha sostenido en ese puesto, y está en la lista actual de Hernán Medford, es Michael Umaña.
Recordamos a Umaña cuando empezó su carrera de novato con Carmelita; ahí se lució y fue fichado por un club grande, el Herediano, de donde pasó al club del millonario Mario Sotela, Liberia Mía.
Michael incluso fue titular en el Mundial de Alemania pero no le ha alcanzado para ser una figura protagonista en la tricolor, porque igual juega que no juega. Nadie puede afirmar hoy que en la eliminatoria al Mundial en Sudáfrica Umaña será titular en la formación de Medford.
¿Por qué entonces Umaña no puede desbancar a Cordero?
¿Falta de capacidad o falta de real oportunidad?
Eso que lo respondan los directores técnicos.
Si Michael fue titular en Alemania, lo lógico y por su edad, es que siguiera como titular en toda la etapa de Medford, de manera que de cara al primer partido en Granada, ya Costa Rica tendría como defensa central a un futbolista más joven y se hubiera dado el ansiado relevo generacional.
Pero no.
Será titular Víctor y quizá Umaña tenga alguna oportunidad, más que por merecerla por la lesión de Jervis Drummond que le abre la puerta de defensor central por la derecha, con Gabriel Badilla por el otro sector.
Si nos olvidáramos de las lesiones que hoy aquejan a varios de los jugadores de la tricolor y la Selección formara con una tripleta de zagueros centrales integrada, por ejemplo, con Cristian Montero, Michael Umaña y Gabriel Badilla, sí podríamos hablar de cambio generacional, pero no se va a dar.
Entonces, repetimos: ¿qué clase de fútbol tenemos, que en diez años no produjo un joven defensa central?
Porque Freddy Fernández y Roberto Wong son de la generación de Cordero y no de la de Umaña, lo que ratifica parte de esta triste historia.
gpandolfo@larepublica.net
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