Normalización con Cuba
| Jueves 25 diciembre, 2014
De esto hace casi 40 años, fue un primer paso que dio la mayoría de los países del hemisferio, incluso Estados Unidos, que ahora pretende llegar a una eventual normalización de relaciones, impulsada por la mediación del papa Francisco y del Gobierno de Canadá
Normalización con Cuba
A fines de 1974 los cancilleres de Colombia, Costa Rica y Venezuela, Indalecio Liévano, Gonzalo Facio y Simón Consalvi, en representación de los gobiernos de Alfonso López Michelsen, Daniel Oduber y Carlos Andrés Pérez, hicieron campaña para levantar las sanciones impuestas por la OEA a Cuba.
Se consideraba que causaban mayor daño a la población cubana que al gobierno contra el cual iban dirigidas. Ya varios países, incluyendo México y Brasil, habían decidido restablecer relaciones con el gobierno de Castro, debilitando así la aplicación de resoluciones acordadas por los estados miembros del Sistema Interamericano.
Se convocó a reunión de cancilleres en Quito, Ecuador, en octubre de 1974, al lograrse aparentemente el apoyo a la iniciativa por 15 de los 21 estados miembros. No obstante, en votación secreta solo aparecieron 13 estados respaldándola. Evidentemente, le habían torcido el brazo a un par de países para que no la votaran.
¿Nicaragua de Somoza? ¿Paraguay de Stroessner? En vuelo de regreso de la reunión de Quito, el canciller Facio y el suscrito, embajador en la OEA, conversamos con el subsecretario William Rogers, quien sugirió que tal vez la resolución propuesta había sido demasiado ambiciosa —equivalía a “premiar al gobierno de Fidel Castro sin obtener nada en reciprocidad”—. Añadió que hubiera tenido mayor apoyo una resolución que dejara en libertad a los estados miembros para que cada uno decidiera si establecía relaciones o no con Cuba, ya fueran diplomáticas, consulares o comerciales.
Liévano, Facio y Consalvi se dieron a la tarea de negociar de nuevo con los estados miembros una resolución en tal sentido, que llenaba el propósito perseguido, y se convocó a nueva reunión de cancilleres en Costa Rica el 16 de julio 1975. El anticastrismo desató una violenta campaña en contra, con atentados dinamiteros en Washington (edificio de la OEA, Depto de Estado, oficinas de Aeroflot), y en San José (Mercado Central, buzón frente a la casa del expresidente Trejos, aeropuerto internacional), y en vísperas de la reunión, contra la Embajada de Costa Rica, calle “S”, en Washington, una bomba de tiempo para estallar a las 5 p.m., varios kilos del explosivo TNT, usado para demolición militar, conectados a fulminantes eléctricos, con cronómetros y baterías, escondida bajo la hiedra de la pared lateral.
Milagrosamente, Rosario Hernández, de la embajada, había regado el jardín esa calurosa tarde del mes de julio y, sin darse cuenta, mojó la bomba, por lo que uno de los fulminantes hizo tierra, y la descarga eléctrica no tuvo suficiente potencia para encender la bomba, que estalló como un cohete de turno, lanzando componentes en todas direcciones. De otra manera, hubiera destruido el edificio de tres pisos, con la gente dentro.
Como autor del atentado se identificó el Scorpio Group de Miami, de lo cual informó al día siguiente el Washington Post.
La reunión de cancilleres en San José se efectuó al día siguiente, con fuerte seguridad, y se aprobó la resolución que dejaba en libertad a los estados miembros de la OEA para establecer relaciones con Cuba.
De esto hace casi 40 años, fue un primer paso que dio la mayoría de los países del hemisferio, incluso Estados Unidos, que ahora pretende llegar a una eventual normalización de relaciones, impulsada por la mediación del papa Francisco y del Gobierno de Canadá.
Rodolfo Silva V.
Embajador en la OEA y en Estados Unidos 1974-1978