Niños sobrealimentados
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Miércoles 17 agosto, 2011
Niños sobrealimentados
El cansancio y dificultad para concentrase pueden ser señales de que le está dando a su hijo comida en exceso o de mala calidad
Cuando un adulto está satisfecho deja de comer, eso mismo ocurre con la mayoría de niños; sin embargo, algunos padres insisten hasta el punto que los pequeños no pueden más.
Darles a los niños más comida de la que necesitan puede derivar en problemas visibles como el sobrepeso y la obesidad, además de otros que tal vez usted no asocie con la comida: como la falta de concentración, cansancio y facilidad de quedarse dormido, según la pediatra Cecilia Loaiza, del Hospital Metropolitano.
Es importante tomar conciencia de cuánto y qué deben comer los niños, y esto dependerá de la edad, por ello se debe llevar un control con el médico para que le dé las indicaciones.
Pero como puntos generales debe tener presente el respeto al horario de cada alimentación: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena, así como la calidad de estos.
“La idea es evitar el exceso de grasas, la comida chatarra como las bolsitas que tienen carga de preservantes y evitar el exceso de gaseosas”, comentó Loaiza.
La especialista recomienda a los padres tener un control de niño sano al menos dos veces al año.
Por su parte la nutricionista Catalina Miranda, del Centro de Nutrición Larisa Páez, estima que lo primordial no es la cantidad, sino la calidad de los alimentos.
“Primero se debe entender que se trata de personas pequeñas que tienen capacidades gástricas muy diferentes a un adulto, ahí es donde comenzamos a cometer errores”, comentó.
Los padres deben preocuparse de que los niños lleven una dieta balanceada, que en el almuerzo y en la cena se incluyan los principales grupos de alimentos como vegetales, proteínas y carbohidratos.
“Las porciones son más pequeñas, cada una se puede visualizar con el puño de la mano del hijo, se recomienda que el plato abarque la mitad de vegetales, un cuarto de proteína y un cuarto de carbohidratos”, comentó.
Precisamente Ileana Contreras, especialista en nutrición holística, considera que se debe marcar una diferencia entre una dieta o alimentación de alto valor nutricional y una alta en calorías.
“Creo que la gente se confunde y con tal de que el niño coma, le da cosas que no son alimentos, como la comida procesada, harinas refinadas, que precisamente pueden causar problemas de salud”, indicó.
Según su criterio esta tendencia es la causante de que en la actualidad los menores padezcan males de adultos como diabetes, presión alta y colesterol alto, entre otros.
“Se debe hacer un esfuerzo por parte de los padres, hay que educar con amor, enseñarles desde pequeños el valor del alimento para que aprendan la relación que tiene con su cuerpo. Para mí la salud es como una cuenta bancaria, si queremos tener una sociedad de adultos saludables debemos alimentar el cuerpo porque se agota y empieza a padecer enfermedades”, indicó.
Desde su perspectiva una buena alimentación es simple, la comida cruda, como las frutas y vegetales, así como volver a la comida de antes es fundamental.
“Buscar comida orgánica, pescado del mar, en sí alimentos que sepamos de donde provienen y mucha comida viva de buena calidad, granos enteros”, un consejo que se debe aplicar desde la niñez para que perdure en todas las edades.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
El cansancio y dificultad para concentrase pueden ser señales de que le está dando a su hijo comida en exceso o de mala calidad
Cuando un adulto está satisfecho deja de comer, eso mismo ocurre con la mayoría de niños; sin embargo, algunos padres insisten hasta el punto que los pequeños no pueden más.
Darles a los niños más comida de la que necesitan puede derivar en problemas visibles como el sobrepeso y la obesidad, además de otros que tal vez usted no asocie con la comida: como la falta de concentración, cansancio y facilidad de quedarse dormido, según la pediatra Cecilia Loaiza, del Hospital Metropolitano.
Es importante tomar conciencia de cuánto y qué deben comer los niños, y esto dependerá de la edad, por ello se debe llevar un control con el médico para que le dé las indicaciones.
Pero como puntos generales debe tener presente el respeto al horario de cada alimentación: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena, así como la calidad de estos.
“La idea es evitar el exceso de grasas, la comida chatarra como las bolsitas que tienen carga de preservantes y evitar el exceso de gaseosas”, comentó Loaiza.
La especialista recomienda a los padres tener un control de niño sano al menos dos veces al año.
Por su parte la nutricionista Catalina Miranda, del Centro de Nutrición Larisa Páez, estima que lo primordial no es la cantidad, sino la calidad de los alimentos.
“Primero se debe entender que se trata de personas pequeñas que tienen capacidades gástricas muy diferentes a un adulto, ahí es donde comenzamos a cometer errores”, comentó.
Los padres deben preocuparse de que los niños lleven una dieta balanceada, que en el almuerzo y en la cena se incluyan los principales grupos de alimentos como vegetales, proteínas y carbohidratos.
“Las porciones son más pequeñas, cada una se puede visualizar con el puño de la mano del hijo, se recomienda que el plato abarque la mitad de vegetales, un cuarto de proteína y un cuarto de carbohidratos”, comentó.
Precisamente Ileana Contreras, especialista en nutrición holística, considera que se debe marcar una diferencia entre una dieta o alimentación de alto valor nutricional y una alta en calorías.
“Creo que la gente se confunde y con tal de que el niño coma, le da cosas que no son alimentos, como la comida procesada, harinas refinadas, que precisamente pueden causar problemas de salud”, indicó.
Según su criterio esta tendencia es la causante de que en la actualidad los menores padezcan males de adultos como diabetes, presión alta y colesterol alto, entre otros.
“Se debe hacer un esfuerzo por parte de los padres, hay que educar con amor, enseñarles desde pequeños el valor del alimento para que aprendan la relación que tiene con su cuerpo. Para mí la salud es como una cuenta bancaria, si queremos tener una sociedad de adultos saludables debemos alimentar el cuerpo porque se agota y empieza a padecer enfermedades”, indicó.
Desde su perspectiva una buena alimentación es simple, la comida cruda, como las frutas y vegetales, así como volver a la comida de antes es fundamental.
“Buscar comida orgánica, pescado del mar, en sí alimentos que sepamos de donde provienen y mucha comida viva de buena calidad, granos enteros”, un consejo que se debe aplicar desde la niñez para que perdure en todas las edades.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net