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Ninguna como la de 2002

Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Miércoles 14 septiembre, 2011




Ninguna como la de 2002
Alexandre Guimaraes es el técnico que mejores resultados ha logrado al frente de la selección nacional en eliminatorias

El verano italiano, el coreano y el alemán han recibido a la selección nacional en los mundiales de 1990, 2002 y 2006, pero para llegar hasta allí ningún caminar ha sido tan bueno como el que llevó a tierras asiáticas.
Desde que asumió el uruguayo Gustavo De Simone hasta el brasileño René Simoes, último en el puesto, han pasado 16 entrenadores en el banquillo de la selección.
Pero es Alexandre Guimaraes, quien llegó en diciembre de 2000 a sustituir a Gilson Sequeira Nunez, el que ha logrado los mejores números como seleccionador, aparte de convertirse en el artífice de dos clasificaciones.
El tico, de origen brasileño, hizo en el repechaje y posterior hexagonal, una marca del 79%, gestando victorias memorables en el estadio Azteca de México y en el Tiburcio Carías Andino de Honduras.
Caso contrario es el español Juan Luis Hernández, quien ha tenido el paso más desafortunado o de peor rendimiento en la selección, ya que solo logró el 25% de rendimiento, con un único triunfo ante la ya eliminada selección de Canadá en el antiguo Estadio Nacional.
Cabe destacar que lo mejor de su corto periodo fue el empate a tres goles alcanzado en México, justo el día que se quedaba eliminado para el Mundial de Francia 98.
Tras Guimaraes, el costarricense Marvin Rodríguez, quien condujo la tricolor a su primera clasificación en 1990, es el que tiene el mejor rendimiento, ya que acabó sus siete juegos en el banquillo con rendimiento del 76%, suficiente para clasificar, pero no para estar en el Mundial, ya que su puesto se le dio al serbio Velibor “Bora” Milutinovic.
En un rápido repaso de los estrategas que han estado sentados en el banquillo de Costa Rica en juegos eliminatorios, ahora que se espera la llegada del colombiano Jorge Luis Pinto, desde 1998.
De Simone dirigía al Cartaginés y se le llevó a la Tricolor, pero solo dirigió tres partidos, ante Panamá en la serie previa (empate en Alajuela y victoria en Panamá) y luego contra Guatemala, donde fue despedido tras perder 1-0.
Asumió la dupla de Antonio Moyano Reina y Marvin Rodríguez, quienes estuvieron juntos cuatro partidos, uno contra Guatemala, dos ante Estados Unidos y en Trinidad y Tobago.
Tras eso se quedó en solitario Marvin Rodríguez, que coronó la hexagonal con el pase al verano italiano, al vencer a Trinidad y Tobago, y dos veces a El Salvador.
Con la euforia mundialista se apostó por el uruguayo Héctor Núñez, quien pese a todos los atestados solo estuvo tres partidos, en la primera ronda contra Panamá y el primer partido ante Honduras en casa, que se perdió 3-2, en un gran día del catracho César “Nene” Obando.
Regresó Marvin Rodríguez, quien pese a hacer un buen papel en los cinco encuentros que dirigió, incluso ganándole a México, quedó eliminado tras el recordado juego en Honduras, donde luego de que la pelota se fue por la lateral, no se sancionó y Dolmo Flores anotó, con lo cual se acabó el sueño de ir a Estados Unidos 1994.
Para Francia 98 arrancó Badú Viera, que pese a clasificar en la cuadrangular fue separado del puesto por problemas con la dirigencia, dejando en su lugar a Horacio Cordero, quien venía de quedar eliminado con Guatemala.
El argentino pasó con más pena que gloria y a falta de cuatro partidos se nombró a Juan Luis Hernández Fuertes, este no logró la clasificación y más bien selló el más pobre de los rendimientos de un entrenador de la selección patria.
Con una muy buena generación de jugadores, ya maduros, con roce internacional, se apostó por el brasileño Gilson Sequeira Nunez, quien a brincos y saltos terminó la cuadrangular empatado con Guatemala, lo que obligó a un repechaje.
Ya en ese instante, Guimaraes, quien era su asistente, había sido nombrado entrenador, y comenzó en Miami, un paso soñado con Costa Rica, al golear a los chapines 5-2 y clasificar a la hexagonal.
Con Alexandre, Costa Rica logró llegar al Mundial de Corea-Japón 2002 de primero por la Concacaf producto de ocho victorias, dos empates y una derrota, que fue en Estados Unidos. Tres jornadas antes de acabar la hexagonal ya Costa Rica estaba clasificada.
En Alemania 2006 se inició con el estadounidense Steve Sampson, quien solo estuvo dos partidos, ante Cuba, que se pasó por gol diferencia producto de dos empates. Su campo fue para el colombiano Jorge Luis Pinto, pero también fue separado para abrirle el campo a Guimaraes, quien de nuevo logró la clasificación.

Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net






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