Nicaragua rompe con Colombia
| Viernes 07 marzo, 2008
Decisión de Managua agrava crisis regional
Nicaragua rompe con Colombia
Correa insiste en “condenatoria clara” contra Bogotá durante al Cumbre del Grupo de Rio
Bogotá/Managua/Caracas
EFE
Nicaragua rompió ayer relaciones diplomáticas con Colombia por “solidaridad” con Ecuador, enfrascado desde hace seis días con su vecino del norte en una grave crisis diplomática en la que también ha terciado Venezuela y que intentan atajar los organismos continentales.
“Nicaragua, en este momento, anuncia que rompe relaciones diplomáticas con Colombia”, dijo el presidente Daniel Ortega, en una rueda de prensa que dio en Managua junto con su aliado y homólogo ecuatoriano, Rafael Correa.
Ortega señaló que con la ruptura Nicaragua reivindica “el derecho a que se respete el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ)” en el litigio que tiene con Colombia por la delimitación marítima en el Caribe, y acusó al Gobierno de Bogotá de hacer “reiteradas amenazas militares”.
Correa, que el pasado lunes también rompió con Bogotá por una operación de tropas colombianas en territorio ecuatoriano contra la guerrilla de las FARC, agradeció a Ortega por “esta muestra de solidaridad” y “espaldarazo a la causa de Ecuador y de toda Latinoamérica”.
Esa operación dejó 24 muertos, entre ellos el portavoz internacional y “número dos” de las FARC, alias “Raúl Reyes”.
El mandatario ecuatoriano, que ayer recaló en Managua, cuarta etapa de una gira latinoamericana que comenzó el martes para denunciar la violación de su territorio, reanudó sus ataques contra el presidente colombiano, Álvaro Uribe, blanco de diatribas en sus escalas en Lima, Brasilia y Caracas.
“Latinoamérica, si no paramos ahora a un tipo como Uribe, que incluso no tiene ningún escrúpulo, después estaremos llorando lágrimas de sangre”, advirtió.
El gobernante ecuatoriano devolvió, además, el favor a Ortega y expresó toda su “solidaridad para que se solucione el problema limítrofe Nicaragua-Colombia, siempre por medios pacíficos, en base al derecho y a la justicia como lo ha hecho Nicaragua”.
Insistió en que debe haber una “condena clara a la agresión de Colombia” en la cumbre del Grupo de Río que se celebra en República Dominicana y donde mañana coincidirá con Uribe y con su colega venezolano, Hugo Chávez, que en apoyo a Correa expulsó al embajador colombiano en Caracas, aunque oficialmente no ha roto relaciones.
“La reunión del Grupo de Río debe ser el momento de ser o no ser para construir una nueva historia”, dijo Correa en Managua, desde donde partió para Panamá y luego seguirá para Santo Domingo.
Previamente, dijo que la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que el 17 de marzo examinará en Washington la crisis andina, “debe condenar al agresor” o, de lo contrario, “habrá que tirarla al basurero de la historia”.
Horas antes, en Caracas, se entrevistó con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien le manifestó su apoyo en la crisis con Colombia.
Fernández “expresó su decidido apoyo al Gobierno ecuatoriano por los hechos acaecidos el primero de marzo en curso”, señaló un comunicado oficial difundido por la embajada de Ecuador en Caracas.
La gobernante argentina, que ayer hizo una visita oficial a Caracas, pidió que “vuelva a ser instalada la paz” en la región y que la OEA sea “el espacio y el escenario” para dirimir las controversias.
El tono moderado de Fernández contagió a Chávez, quien hizo una pausa en el ácido discurso de los últimos días contra Colombia, y en especial contra Uribe, cuyo Gobierno ha mantenido silencio en las últimas horas, con excepción de unos comentarios del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, sobre la crisis regional.
Uribe, por su parte, fue el primero de los presidentes implicados en la crisis en llegar a Santo Domingo y de inmediato se reunió a solas con su homólogo dominicano, Leonel Fernández, anfitrión de la cumbre del Grupo de Río.
La crisis regional fue abordada también en una sesión extraordinaria del Parlamento Andino, que se reunió en Lima y emitió una declaración en la que exhorta a Colombia y Ecuador a adoptar de inmediato mecanismos de diálogo para restablecer sus lazos.
Mientras el enfrentamiento diplomático de Bogotá con Quito, Caracas y ahora Managua se trataba en salones y pasillos de palacios y parlamentos, en las calles de Colombia y de decenas de ciudades del mundo miles de personas se manifestaron contra los crímenes de paramilitares de derecha y agentes del Estado.
Nicaragua rompe con Colombia
Correa insiste en “condenatoria clara” contra Bogotá durante al Cumbre del Grupo de Rio
Bogotá/Managua/Caracas
EFE
Nicaragua rompió ayer relaciones diplomáticas con Colombia por “solidaridad” con Ecuador, enfrascado desde hace seis días con su vecino del norte en una grave crisis diplomática en la que también ha terciado Venezuela y que intentan atajar los organismos continentales.
“Nicaragua, en este momento, anuncia que rompe relaciones diplomáticas con Colombia”, dijo el presidente Daniel Ortega, en una rueda de prensa que dio en Managua junto con su aliado y homólogo ecuatoriano, Rafael Correa.
Ortega señaló que con la ruptura Nicaragua reivindica “el derecho a que se respete el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ)” en el litigio que tiene con Colombia por la delimitación marítima en el Caribe, y acusó al Gobierno de Bogotá de hacer “reiteradas amenazas militares”.
Correa, que el pasado lunes también rompió con Bogotá por una operación de tropas colombianas en territorio ecuatoriano contra la guerrilla de las FARC, agradeció a Ortega por “esta muestra de solidaridad” y “espaldarazo a la causa de Ecuador y de toda Latinoamérica”.
Esa operación dejó 24 muertos, entre ellos el portavoz internacional y “número dos” de las FARC, alias “Raúl Reyes”.
El mandatario ecuatoriano, que ayer recaló en Managua, cuarta etapa de una gira latinoamericana que comenzó el martes para denunciar la violación de su territorio, reanudó sus ataques contra el presidente colombiano, Álvaro Uribe, blanco de diatribas en sus escalas en Lima, Brasilia y Caracas.
“Latinoamérica, si no paramos ahora a un tipo como Uribe, que incluso no tiene ningún escrúpulo, después estaremos llorando lágrimas de sangre”, advirtió.
El gobernante ecuatoriano devolvió, además, el favor a Ortega y expresó toda su “solidaridad para que se solucione el problema limítrofe Nicaragua-Colombia, siempre por medios pacíficos, en base al derecho y a la justicia como lo ha hecho Nicaragua”.
Insistió en que debe haber una “condena clara a la agresión de Colombia” en la cumbre del Grupo de Río que se celebra en República Dominicana y donde mañana coincidirá con Uribe y con su colega venezolano, Hugo Chávez, que en apoyo a Correa expulsó al embajador colombiano en Caracas, aunque oficialmente no ha roto relaciones.
“La reunión del Grupo de Río debe ser el momento de ser o no ser para construir una nueva historia”, dijo Correa en Managua, desde donde partió para Panamá y luego seguirá para Santo Domingo.
Previamente, dijo que la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que el 17 de marzo examinará en Washington la crisis andina, “debe condenar al agresor” o, de lo contrario, “habrá que tirarla al basurero de la historia”.
Horas antes, en Caracas, se entrevistó con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien le manifestó su apoyo en la crisis con Colombia.
Fernández “expresó su decidido apoyo al Gobierno ecuatoriano por los hechos acaecidos el primero de marzo en curso”, señaló un comunicado oficial difundido por la embajada de Ecuador en Caracas.
La gobernante argentina, que ayer hizo una visita oficial a Caracas, pidió que “vuelva a ser instalada la paz” en la región y que la OEA sea “el espacio y el escenario” para dirimir las controversias.
El tono moderado de Fernández contagió a Chávez, quien hizo una pausa en el ácido discurso de los últimos días contra Colombia, y en especial contra Uribe, cuyo Gobierno ha mantenido silencio en las últimas horas, con excepción de unos comentarios del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, sobre la crisis regional.
Uribe, por su parte, fue el primero de los presidentes implicados en la crisis en llegar a Santo Domingo y de inmediato se reunió a solas con su homólogo dominicano, Leonel Fernández, anfitrión de la cumbre del Grupo de Río.
La crisis regional fue abordada también en una sesión extraordinaria del Parlamento Andino, que se reunió en Lima y emitió una declaración en la que exhorta a Colombia y Ecuador a adoptar de inmediato mecanismos de diálogo para restablecer sus lazos.
Mientras el enfrentamiento diplomático de Bogotá con Quito, Caracas y ahora Managua se trataba en salones y pasillos de palacios y parlamentos, en las calles de Colombia y de decenas de ciudades del mundo miles de personas se manifestaron contra los crímenes de paramilitares de derecha y agentes del Estado.