Narco mexicano se extiende por América
| Viernes 20 marzo, 2009
Narcotráfico mueve entre $15 mil millones y $25 mil millones al año en México
Narco mexicano se extiende por América
Aztecas han tomado el control del mercado internacional a raíz de la pulverización de los carteles colombianos de Medellín y Cali
Bogotá
EFE
Los narcotraficantes mexicanos están extendiendo sus tentáculos hacia toda América, donde en algunos países tienen ya una logística muy desarrollada, y los expertos empiezan a temer que su expansión sea imparable.
Los carteles mexicanos “están operando en 41 países, están traficando cientos de miles de personas, cientos de miles de armas y tienen un poder económico que va mucho más allá de lo que pensamos”, sostuvo recientemente Edgardo Buscaglia, ex asesor de la ONU en temas de narcotráfico.
Según Alberto Islas, de Risk Evaluation, una empresa de análisis de riesgo, los narcos mexicanos han tomado el control del mercado internacional a raíz de la pulverización de los carteles colombianos de Medellín y Cali, así como de la invasión de Estados Unidos a Afganistán, que frenó por un tiempo la producción de heroína.
México se ha convertido en el segundo productor mundial de heroína después de Afganistán, dijo Islas a Efe.
El negocio del narcotráfico, en el que participan “directamente” unas 150 mil personas e indirectamente otras 300 mil vinculadas a los cultivos de marihuana y opio, mueve entre $15 mil millones y $25 mil millones al año en México, según el secretario adjunto para Asuntos Antinarcóticos de Estados Unidos, David Johnson.
La guerra sin cuartel que libran los carteles rivales entre sí y su combate paralelo contra el despliegue militar y policial sin precedentes puesto en marcha por el Gobierno de Felipe Calderón se saldó el año pasado con una cifra que da escalofríos: más de 5.600 muertos.
En el marco de esa lucha, México se anotó una victoria con la detención de Vicente Zambada, considerado por el Ejército el encargado del control operativo y logístico del cartel de Sinaloa e hijo del capo Ismael “El Mayo” Zambada García, informó ayer el Gobierno.
En Estados Unidos tanto autoridades del Gobierno como jefes militares han reconocido en las últimas semanas que miran cada vez con más preocupación hacia su vecino del sur.
Reportes de inteligencia señalan que los carteles mexicanos tienen presencia en 200 ciudades estadounidenses y el legislador republicano Mark Kirk ha alertado incluso de casos de decapitaciones, práctica habitual de esos grupos, en lugares como Filadelfia, más de 1 mil kilómetros al norte de la zona fronteriza.
Barack Obama, presidente de Estados Unidos, estudia el envío de tropas a la frontera y hablará de la gravedad de la situación con su homólogo Felipe Calderón en su visita a México de mediados de abril, la primera a un país latinoamericano.
Entre las voces que alertan de la propagación de las actividades de los narcos mexicanos figura el responsable de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) en Chile, David Horan, quien dijo recientemente que “viajan por el mundo buscando y comprando los precursores químicos para la producción ilegal de metanfetaminas”.
Unos doce mexicanos están detenidos en Argentina acusados de integrar una red de traficantes de efedrina, un precursor químico usado para elaborar drogas de diseño como el éxtasis.
Los investigadores creen que su líder es el mexicano Jesús Martínez Espinoza, que en noviembre fue extraditado desde Paraguay, donde había sido detenido, y sospechan que la banda, a la que se le atribuye el asesinato de tres empresarios argentinos, tiene alguna vinculación con el cartel de Sinaloa.
Al igual que hizo México en 2007, el año pasado Argentina limitó la importación de efedrina y ahora Chile ha decidido restringir la venta de medicamentos que la contengan, después de la detención en el aeropuerto de Santiago de tres mexicanos cuando intentaban sacar del país 100 kilos de esa sustancia.
Mientras el tráfico de efedrina contamina a Suramérica, en Centroamérica el problema lo representan grupos como “Los Zetas”, brazo armado del cartel del Golfo, al que se le atribuyen dos matanzas ocurridas en 2008 en Guatemala que dejaron 28 muertos.
Jorge Rojas, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, indicó a Efe que los narcotraficantes colombianos han dejado de transportar la droga hasta México, lo que ha obligado a los carteles de ese país a desplazarse más al sur para recoger los cargamentos enviados por tierra, mar y aire.
En este contexto, Panamá se ha convertido en un punto de encuentro para los carteles de Sinaloa, del Golfo y de Tijuana.
Golpe
El cártel mexicano de Sinaloa sufrió un nuevo golpe con la detención de Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo de uno de los principales líderes de esta organización narcotraficante, encabezada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, y parte de su reformada cúpula.
“El Vicentillo” fue detenido junto con cinco miembros de su escolta personal en el exclusivo barrio Lomas del Pedregal de la capital del país por la fiscalía y el Ejército mexicanos.
De acuerdo con la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), Zambada Niebla se catapultó en 2008 hasta los puestos directivos de la estructura criminal de “El Chapo”, una de las más poderosas del país.
En declaraciones a Efe, el fiscal general mexicano, Eduardo Medina Mora, dijo que el detenido, de 33 años, estuvo “activo” en ese grupo criminal desde principios de los 90, aunque desde 2008 “tomó un papel más relevante”, tras la salida de los hermanos Beltrán Leyva de la banda.
Concretamente, a “El Vicentillo”, hijo del capo Ismael “El Mayo” Zambada, se le señala como responsable del control operativo y logístico del cártel, además de la seguridad, explicó.
Entre otras zonas, ha intervenido en los estados norteños de Baja California (fronterizo con Estados Unidos) y Sinaloa y en el occidental de Jalisco, así como en la zona central del país.
Ese cártel es sostenido sobre tres pilares: “El Chapo”, “El Mayo” e Ignacio Coronel, alias “Nacho Coronel”.
El arresto resulta del cumplimiento de una orden de detención con fines de extradición solicitada por un juez de distrito de Columbia (Estados Unidos) por el delito de tráfico de drogas.
Narco mexicano se extiende por América
Aztecas han tomado el control del mercado internacional a raíz de la pulverización de los carteles colombianos de Medellín y Cali
Bogotá
EFE
Los narcotraficantes mexicanos están extendiendo sus tentáculos hacia toda América, donde en algunos países tienen ya una logística muy desarrollada, y los expertos empiezan a temer que su expansión sea imparable.
Los carteles mexicanos “están operando en 41 países, están traficando cientos de miles de personas, cientos de miles de armas y tienen un poder económico que va mucho más allá de lo que pensamos”, sostuvo recientemente Edgardo Buscaglia, ex asesor de la ONU en temas de narcotráfico.
Según Alberto Islas, de Risk Evaluation, una empresa de análisis de riesgo, los narcos mexicanos han tomado el control del mercado internacional a raíz de la pulverización de los carteles colombianos de Medellín y Cali, así como de la invasión de Estados Unidos a Afganistán, que frenó por un tiempo la producción de heroína.
México se ha convertido en el segundo productor mundial de heroína después de Afganistán, dijo Islas a Efe.
El negocio del narcotráfico, en el que participan “directamente” unas 150 mil personas e indirectamente otras 300 mil vinculadas a los cultivos de marihuana y opio, mueve entre $15 mil millones y $25 mil millones al año en México, según el secretario adjunto para Asuntos Antinarcóticos de Estados Unidos, David Johnson.
La guerra sin cuartel que libran los carteles rivales entre sí y su combate paralelo contra el despliegue militar y policial sin precedentes puesto en marcha por el Gobierno de Felipe Calderón se saldó el año pasado con una cifra que da escalofríos: más de 5.600 muertos.
En el marco de esa lucha, México se anotó una victoria con la detención de Vicente Zambada, considerado por el Ejército el encargado del control operativo y logístico del cartel de Sinaloa e hijo del capo Ismael “El Mayo” Zambada García, informó ayer el Gobierno.
En Estados Unidos tanto autoridades del Gobierno como jefes militares han reconocido en las últimas semanas que miran cada vez con más preocupación hacia su vecino del sur.
Reportes de inteligencia señalan que los carteles mexicanos tienen presencia en 200 ciudades estadounidenses y el legislador republicano Mark Kirk ha alertado incluso de casos de decapitaciones, práctica habitual de esos grupos, en lugares como Filadelfia, más de 1 mil kilómetros al norte de la zona fronteriza.
Barack Obama, presidente de Estados Unidos, estudia el envío de tropas a la frontera y hablará de la gravedad de la situación con su homólogo Felipe Calderón en su visita a México de mediados de abril, la primera a un país latinoamericano.
Entre las voces que alertan de la propagación de las actividades de los narcos mexicanos figura el responsable de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) en Chile, David Horan, quien dijo recientemente que “viajan por el mundo buscando y comprando los precursores químicos para la producción ilegal de metanfetaminas”.
Unos doce mexicanos están detenidos en Argentina acusados de integrar una red de traficantes de efedrina, un precursor químico usado para elaborar drogas de diseño como el éxtasis.
Los investigadores creen que su líder es el mexicano Jesús Martínez Espinoza, que en noviembre fue extraditado desde Paraguay, donde había sido detenido, y sospechan que la banda, a la que se le atribuye el asesinato de tres empresarios argentinos, tiene alguna vinculación con el cartel de Sinaloa.
Al igual que hizo México en 2007, el año pasado Argentina limitó la importación de efedrina y ahora Chile ha decidido restringir la venta de medicamentos que la contengan, después de la detención en el aeropuerto de Santiago de tres mexicanos cuando intentaban sacar del país 100 kilos de esa sustancia.
Mientras el tráfico de efedrina contamina a Suramérica, en Centroamérica el problema lo representan grupos como “Los Zetas”, brazo armado del cartel del Golfo, al que se le atribuyen dos matanzas ocurridas en 2008 en Guatemala que dejaron 28 muertos.
Jorge Rojas, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, indicó a Efe que los narcotraficantes colombianos han dejado de transportar la droga hasta México, lo que ha obligado a los carteles de ese país a desplazarse más al sur para recoger los cargamentos enviados por tierra, mar y aire.
En este contexto, Panamá se ha convertido en un punto de encuentro para los carteles de Sinaloa, del Golfo y de Tijuana.
Golpe
El cártel mexicano de Sinaloa sufrió un nuevo golpe con la detención de Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo de uno de los principales líderes de esta organización narcotraficante, encabezada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, y parte de su reformada cúpula.
“El Vicentillo” fue detenido junto con cinco miembros de su escolta personal en el exclusivo barrio Lomas del Pedregal de la capital del país por la fiscalía y el Ejército mexicanos.
De acuerdo con la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), Zambada Niebla se catapultó en 2008 hasta los puestos directivos de la estructura criminal de “El Chapo”, una de las más poderosas del país.
En declaraciones a Efe, el fiscal general mexicano, Eduardo Medina Mora, dijo que el detenido, de 33 años, estuvo “activo” en ese grupo criminal desde principios de los 90, aunque desde 2008 “tomó un papel más relevante”, tras la salida de los hermanos Beltrán Leyva de la banda.
Concretamente, a “El Vicentillo”, hijo del capo Ismael “El Mayo” Zambada, se le señala como responsable del control operativo y logístico del cártel, además de la seguridad, explicó.
Entre otras zonas, ha intervenido en los estados norteños de Baja California (fronterizo con Estados Unidos) y Sinaloa y en el occidental de Jalisco, así como en la zona central del país.
Ese cártel es sostenido sobre tres pilares: “El Chapo”, “El Mayo” e Ignacio Coronel, alias “Nacho Coronel”.
El arresto resulta del cumplimiento de una orden de detención con fines de extradición solicitada por un juez de distrito de Columbia (Estados Unidos) por el delito de tráfico de drogas.