Logo La República

Viernes, 19 de abril de 2024



MAGAZINE


Miguel Ángel Quesada: Premio a una gran labor

Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Miércoles 21 enero, 2015


Miguel Ángel Quesada es miembro de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica y de la Academia Costarricense de la Lengua. También académico correspondiente de la Real Academia de Historia (España), y de la Real Academia Española.Esteban Monge/La República


1991 publicó Miguel Ángel Quesada su obra “Nuevo diccionario de costarriqueñismos”


ENTREVISTA

Miguel Ángel Quesada: Premio a una gran labor

Doctor en lingüística no esperaba recibir el Premio Nacional de Cultura Magón

El haber sido reconocido con el Premio Nacional de Cultura Magón 2014 fue toda una sorpresa para el doctor en lingüística Miguel Ángel Quesada Pacheco, quien señala que no se lo esperaba.
El costarricense, también catedrático universitario, conversó con MAGAZINE y adujo que el reconocimiento también es para las personas que estuvieron junto a él y colaboraron en sus investigaciones.
El Magón fue anunciado hace una semana y el jurado destacó el aporte de Quesada en la investigación lingüística del español de Costa Rica y de América Central, y de las lenguas indígenas costarricenses.
El ganador actualmente trabaja como profesor en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Bergen, Noruega.

¿Qué representa para usted el Premio Magón?
Primero, no lo esperaba. Me he puesto a pensar y un premio como estos puede significar varias cosas, un reconocimiento a todas las personas que han estado con uno en este trabajo, una etapa a la que se llega a través del esfuerzo de muchísima gente. El montón de gente que he entrevistado en los pueblos, los valles, en donde uno se haya metido y le hayan dado datos, esa gente es la que yo tengo más presente.
Uno va, recoge un dato, y la gente, gracias a Dios, ha sido muy abierta. La experiencia de que no le abran la puerta a uno es excepción.
Esto que ahora pasa yo diría que es como una especie de alto en el camino para decir: “Bueno, valió la pena todo este trabajo”, y no es que uno lo estuviera esperando (el premio) ni mucho menos.
Ahora que yo andaba en trabajo de campo por Panamá y me dijeron la noticia, pensé que me estaban “cogiendo de chancho” y yo dije: “¿Qué les pasa?”. Yo andaba haciendo entrevistas y llegué a la casa a tomar café y no me lo imaginé. Me convencieron por medio de los teléfonos de que sí era cierto.
Esto es el producto de un conglomerado de cosas; jamás podría yo decir: “Aquí estoy yo el rey de la selva, quien hizo todo esto”, qué va.

El jurado resaltó su aporte en la investigación lingüística en varias vertientes, pero ¿en cuál campo le gustaría profundizar más?
El campo de la etnolingüística, que estudia la lengua desde la perspectiva de la cultura o la cultura representada en la lengua.
Hay dos maneras de ver un acto cultural. Puede ser no verbal, por ejemplo, el que a uno le cierren un ojo como diciendo que qué bonita que está, o ahora con el signo que hacen del “like”; o sea, uno sabe que con estirar el dedo índice para arriba y encoger los demás ya significa que estoy de acuerdo, está muy bien.
Por otra parte está el acto verbal, a través de la forma de hablar, que expresa montones de asuntos culturales; el “pura vida” de Costa Rica, “muchas gracias”, “hasta luego”, “cómo le va”, pueden ser adjetivos, eso refleja parte de una cultura.
Ahora me estoy metiendo en el campo del cuerpo humano y están saliendo cosas verdaderamente interesantes, por ejemplo, por qué ciertas partes del cuerpo reciben más palabras que otras. La cabeza es un miembro muy importante del cuerpo y ahí decimos “jupa”, “torre”, la relacionamos con muchísimas cosas con la redondez, como cuando hablamos de jupa, que es una especie de jícara, de calabaza.
Hay palabras del cuerpo que son prohibidas, lo que va entre la cintura y las rodillas y por lo tanto conforma otro tipo de léxico, el léxico eufemístico, etc.

Usted estaba recientemente en Panamá, ¿fue ahí como parte de ese proyecto?
No, en Panamá andaba estudiando el voseo. En Panamá se tutea oficialmente, pero hay unas regiones donde se vosea y está muy abandonado, no solamente el hecho de vosear, sino que el estudio; el mejor que conozco del voseo panameño es del 83 (1983).
Entonces ahora se me ocurrió ver dónde es que está el voseo panameño en su cultura, entonces hice como 50 encuestas preguntándole a la gente si había oído que la gente se hablara de vos.
También voy a tratar el voseo de Camagüey en Cuba, como país que está dominado por el tuteo, (el voseo) está muy abandonadito. En octubre fui a Cuba y logré darme cuenta de que existe, pero quiero ver en qué estado se encuentra.

Lo va a recopilar en un libro...
No creo, porque no da para tanto, pero sí en un artículo científico.

¿A dónde llevaría su investigación de la etnolingüística?
América Central. Ya comencé la etapa, ya publiqué dos artículos, uno en Noruega y otro en un libro en Canarias, España.
Ahora estoy tratando de reunir los datos sobre el cuerpo humano, que son muchísimos, son como 11 mil palabras, entonces hay que ir con calma.

Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
@cbarrantesLR







© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.