Mano de obra segura

La falta de definición de varios detalles en un convenio que permitiría la venida de nicaragüenses al país, con el objetivo de realizar labores agrícolas y de la construcción, representa un riesgo innecesario que las autoridades costarricenses no deben correr.

Bien sabido es que cada año Costa Rica requiere fortalecer su mano de obra con la llegada de extranjeros, especialmente para desarrollar labores en la recolección de productos como la piña, melón, caña de azúcar y café.

Aunado a ello, el crecimiento que el sector de la construcción ha experimentado en los últimos años en desarrollos, no solo en Guanacaste sino también en el Area Metropolitana y otras zonas costeras del Pacífico, ha venido a incrementar la necesidad de esa mano de obra.

Para este año se calcula que serán necesarios 70 mil trabajadores para ayudar en las cosechas y otros 50 mil para trabajar como peones, albañiles y carpinteros.

De ellos, Nicaragua aportaría unos 41.500 obreros, y a juicio de las autoridades de ese país, poseen suficiente mano de obra para abastecer las necesidades costarricenses.

LA REPUBLICA dio a conocer este lunes que en los convenios firmados entre Nicaragua y Costa Rica para la venida de los trabajadores aún estaban pendientes de definir algunos aspectos importantes, como por ejemplo fijaciones salariales y fechas de llegada y estadía.

Pero ello no es todo. Aún existe el tema de la ley migratoria, cuya reforma se encuentra pendiente de discusión por parte del Congreso.

Estas diferencias por grandes o pequeñas que sean, representan una gran muralla por saltar para cientos de productores y empresarios que requieren la mano de obra extranjera para cumplir sus roles.

La contratación de estos empleados, con sus respectivos beneficios sociales y las condiciones adecuadas, representa una garantía no solo para las empresas que requieren vender sin retrasos sus productos al extranjero, sino también un deber del Estado para mantener las condiciones de seguridad y estabilidad para el sector privado.