Lula presidente: 4 gráficos que muestran el Brasil que heredará el mandatario electo
Redacción - BBC News Mundo | Lunes 31 octubre, 2022
El país que el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, heredará es muy distinto al que dejó cuando terminaron sus dos mandatos consecutivos entre 2003 y 2011.
El líder de izquierda, que obtuvo una estrecha victoria con el 50,88% de los votos frente a su adversario Jair Bolsonaro, quien logró el 49,12%, tendrá que enfrentar grandes retos para cumplir sus promesas electorales.
Con un mínimo nivel de crecimiento económico proyectado para el próximo año, Lula enfrentará un contexto internacional en crisis, la dura oposición del "bolsonarismo" y la dificultad de sacar adelante su agenda sin tener mayoría en el Congreso.
Luego de que Brasil registrara tasas de inflación, intereses y desempleo que alcanzaron los dos dígitos, algunos indicadores de la economía están mostrando una incipiente recuperación.
Sin embargo, el pronóstico de crecimiento económico para el año que viene sigue siendo menor al de muchos otros países de la región y, aunque se espera que la inflación vaya cediendo, de todos modos se ubicaría por encima de las metas que se ha propuesto el país.
Por otro lado, persisten amplias demandas sociales y altos niveles de criminalidad que pueden dificultar su gestión.
Te contamos en 4 gráficos algunos de los grandes desafíos que le esperan a Lula cuando asuma el poder el próximo 1ro de enero.
Crecimiento económico
En los últimos meses, las expectativas de los mercados financieros sobre el crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) de la mayor economía de América Latina han mejorado.
La proyección de crecimiento anual para este año, que en julio estaba por debajo del 1,6%, ahora ha subido a 2,76%, según el Banco Central de Brasil.
Sin embargo, las proyecciones para 2023 son menos alentadoras: la expansión económica, vital para generar nuevos empleos, se ubicaría cerca del 0,6%.
Inflación
El costo de la vida escaló este año hasta un 12% en abril, la mayor subida desde octubre de 2003.
Tras ese punto máximo, comenzó una curva descendente de la inflación en los últimos 12 meses para ubicarse actualmente en un 8,7%.
Por otro lado, el desempleo es otro indicador que tuvo un máximo histórico durante la pandemia y comenzó a caer recientemente.
Hoy el desempleo ha caído hasta un 8,7% y muchos esperan que la creación de trabajos formales, especialmente para jóvenes y mujeres, sea una prioridad para el equipo del presidente electo y para el Congreso Nacional.
Pobreza y hambre
En su primer discurso tras la victoria en las urnas, Lula afirmó que una de sus grandes prioridades es que los brasileños puedan comer tres veces al día.
"El compromiso más urgente es acabar con el hambre", dijo frente a sus partidarios.
Expertos señalan que la brecha de género en la inseguridad alimentaria en 2021 fue seis veces mayor en Brasil que el promedio mundial, cuando el país estaba lidiando con las secuelas de la pandemia.
Datos recientes apuntan a que este año, 33,1 millones de personas no tendrán qué comer, según la Red Brasileña de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Las ayudas sociales entregadas por el gobierno actual contribuyeron a la baja en el nivel de pobreza, pero si llegan a interrumpirse, el indicador volvería a subir.
Sin embargo, es probable que Lula las mantenga, pese a una situación fiscal muy compleja.
Educación y salud
Entre los muchos retos que deberá enfrentar el próximo gobierno están la educación y la salud.
Tras la pandemia, la crisis de la educación continúa. Una encuesta realizada en agosto por IPEC para Unicef muestra que 2 millones de niñas y niños de entre 11 y 19 años que aún no habían completado la educación básica abandonaron la escuela en Brasil.
Eso equivale a cerca de un 11% de los niños y adolescentes.
Y el problema es mayor en los sectores más vulnerables, donde un 17% abandonó las aulas.
Esta realidad ha sido calificada por expertos como una "bomba social y económica".
Y en la salud, la pandemia creó y agravó varias dificultades que ya existían en el país, especialmente en la atención primaria.
Otros grandes desafíos son la baja cobertura de vacunación en la población brasileña y la alta mortalidad materna.
Seguridad pública
En seguridad pública, la buena noticia es que se ha registrado una caída en la tasa de muertes violentas intencionales en Brasil.
Según el Foro Brasileño de Seguridad Pública, el máximo de violencia letal ocurrió en 2017, cuando el país registró 30,9 muertes violentas intencionales (homicidios) por cada 100.000 habitantes, pero desde aquel entonces, las cosas han mejorado.
Con todo, Brasil aún se ubica entre los países más violentos del mundo.
(Con la contribución de Laís Alegretti, BBC News Brasil).
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