Los dioses estaban con Grecia

Grecia había hecho las matemáticas, si ganaba a Costa de Marfil y Japón perdía contra Colombia, estaría en octavos de final del Mundial.
Así que desde el primer minuto los griegos salieron con todo en busca de este gol que los llevaría por primera vez hacia la otra ronda.
Costa de Marfil tampoco se guardó nada, apostó por atacar a pesar de que el empate lo clasificaba.
El juego era más que llamativo, opciones de ambos lados, aunque los europeos tuvieron que hacer dos cambios repentinos por las lesiones de Andreas Samaris y el meta Orestis Karnezi.
La excampeona de Europa avisaba con el contragolpe que envió al larguero Jose Holebas, era un aviso.
Al 42', cuando los equipos se preparaban para irse al camerino, Cheik Tiote se armó él solito un enredo con el balón y Samaras le quitó el esférico para montar el contragolpe con Samaris, que culminó la acción con el primer tanto del partido. Japón mientras tanto era arrollado por Colombia.
El gol dejó en la lona a los marfileños y envalentonó a Grecia, que fue en busca de un segundo gol, e incluso dominó, pero cometió el mismo error que su rival. Creyó tener controlado el partido, desperdició varias contras, y se encontró desguarnecido en una rápida jugada de ataque, que terminó con un pase de Gervinho a Wilfried Bony, este no perdonó.
Entonces ahora era Grecia el que estaba quedando afuera y tenía 15 minutos por delante para cambiar la historia. Se fue con todo al frente, y cuando parecía que los dioses, esos que muchas veces le sonrieron, esta vez no aparecían, se hicieron una vez más presentes.
En el minuto 93, a uno de que acabara el juego, un ingenuo penalti cometido por Sio sobre Samaras, que el mismo delantero griego se encargó de anotar dejó a Costa de Marfil sin su premio de la forma más cruel y a los griegos como próximos rivales de la Sele en octavos de final.

Dinia Vargas
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