Los desafíos empresariales frente a la nueva generación de colaboradores
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 08 mayo, 2024
José Valerio
Gerente Jurídico Regional de ManpowerGroup
El mundo laboral se transforma más rápido que nunca. Los cambios demográficos, los avances tecnológicos, los factores competitivos y la elección individual crean tanto retos como oportunidades para los empleadores. En ese sentido, las mega tendencias como la Inteligencia Artificial, la automatización, la deslocalización y la transformación ecológica de las empresas seguirán acelerándose.
Sin duda, esto reta a los empleadores para acoplarse a lo que buscan las nuevas generaciones de profesionales, ya que, así como los consumidores eligen productos y servicios que se adaptan a su estilo de vida, los colaboradores quieren dedicarse a organizaciones que se alineen con sus carreras, su bienestar y sus valores personales.
Lo anterior se deriva de una nueva relación empleador-colaborador en la que la gente espera "consumir" trabajo de forma muy parecida a como lo hacen con otros aspectos de la vida: en sus propios horarios y adaptadas a sus necesidades individuales. Para nadie es un secreto que la pandemia vino a acelerar ciertos procesos. Si bien es cierto algunas empresas ya las habían empezado a implementar, para muchas otras, especialmente en el sector público, estos cambios se volvieron no solo inevitables, sino también urgentes, con el fin de poder mantener operaciones y evitar el cierre de sus negocios.
Me refiero específicamente a la adopción de esquemas como el trabajo remoto, también conocido como home office. Esta transformación ha tenido profundas repercusiones incluso después de finalizada la pandemia. La mayoría de los empleadores se han visto obligados a adoptar un enfoque de trabajo híbrido para retener su fuerza laboral. Esta adaptación ha sido crucial para satisfacer las necesidades de sus colaboradores.
Otro desafío importante para los empleadores radica en la creciente escasez de personal calificado. En este contexto, las empresas pueden aprovechar el talento disponible mediante la contratación de personas pensionadas que deseen continuar su vida profesional. Esto se puede lograr ya sea como asalariados en el sector privado, como profesionales independientes, o incluso en roles de docencia universitaria a tiempo parcial en el sector público, según lo establecido por el Reglamento del Seguro de Invalidez Vejez y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Esto ofrece una oportunidad para retener y transferir conocimiento institucional valioso, contribuyendo a la gestión multigeneracional y mitigando los impactos de la jubilación de colaboradores con más experiencia. Sin embargo, para establecer este vínculo, se requerirá de un acuerdo mutuo que considere las características específicas de la prestación laboral, evaluando si habrá subordinación sobre el trabajador o si sus funciones serán propias de un profesional independiente. Lo anterior, permitirá definir el tipo de contrato más adecuado y las obligaciones de cotización correspondientes.
Además, la escasez de talento obliga cada vez más a adoptar enfoques de contratación innovadores y a ampliar las fuentes de talento. Aunque la contratación global por sí sola no se puede resolver por completo, la carencia de talento permite a los empleadores acceder a competencias en las que la demografía y las preferencias laborales coinciden.
Ante estos retos, considero que las organizaciones deben adaptarse a brindar mayor flexibilidad, personalización y alineación con las prioridades, ya que los colaboradores buscan un propósito y un significado, oportunidades para desarrollar nuevas habilidades, un salario justo y un liderazgo preocupado por algo más que los beneficios. No obstante, es crucial tener en cuenta que todas estas transformaciones deben ser contempladas bajo regulaciones laborales, las cuales deben adaptarse de manera funcional a la realidad actual.
Actualmente, nos encontramos con hasta cuatro generaciones coexistiendo en un mismo entorno, cada una con preferencias y requisitos distintos. Por lo tanto, ahí está el principal desafío para las empresas, lograr un equilibrio que satisfaga las necesidades individuales de toda su fuerza laboral, con el fin de fomentar un ambiente óptimo y condiciones adecuadas, lo que a su vez contribuye a la retención del talento.