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"Laura hace lo imposible por sacar el país adelante"

Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Lunes 15 agosto, 2011




Emilce Miranda, madre de la mandataria Chinchilla revela pormenores en su día
“Laura hace lo imposible por sacar el país adelante”

Si bien veía en ella características peculiares, jamás la visualizó como Presidenta

Aunque siempre notó en ella cualidades especiales, jamás la imaginó como Presidenta de Costa Rica, y mucho menos, que una vez alcanzado este puesto, a su hija le sería tan difícil gobernar.
Tras 15 meses que tiene Laura Chinchilla de estar en el poder, su madre, Emilce Miranda, reconoce sentirse orgullosa del empeño y dedicación con que lleva las riendas del país, eso sí, dejó claro, que el rumbo que está marcado, es propio y no responde a gustos de otros.
A la mandataria la define como introvertida en la infancia y despistada hasta la adolescencia y en la actualidad como una persona que hace lo imposible por que Costa Rica camine por la senda correcta.
En conmemoración del Día de la Madre, LA REPUBLICA conversó con Miranda, para conocer un poco más de la Presidenta y su relación familiar.

¿Imaginaba que para su hija iba a ser tan difícil gobernar?

Estábamos preparados de que iba a ser muy difícil, ella nos había dicho eso, incluso antes de que aceptara la candidatura, que la familia es lo que más le preocupaba, porque se dicen cosas muy duras. Desde luego que se quedó un poco corta esta advertencia de lo que pensábamos. Las circunstancias han sido muy difíciles por todo lado, vea la situación mundial, el clima y en política ni que hablar, la Asamblea ha sido casi única, con esa división de tantos grupos y es difícil lidiar con todo esto.

Después de 15 meses de Gobierno, como madre ¿qué piensa de todas las cosas que le dicen y le reclaman a su hija?

Imagínese. Claro que duele, porque sabemos el esfuerzo que está haciendo, cómo trabaja, su dedicación y responsabilidad. Nos duele, pero a la vez nos da tranquilidad, porque sabemos que hace lo imposible por sacar el país adelante y hacer las cosas bien, desde su punto de vista y el de su equipo. Gobernar un país, no es solo el Ejecutivo, son todo el resto de poderes y si muchos no están respondiendo, qué tristeza. Además, los mismos ciudadanos tenemos que cooperar siendo responsables, pagando lo que tenemos que pagar.
El fútbol y el Gobierno están compitiendo para ver a quién se le achacan más las culpas; al final ya hasta al propio entrenador, pero es que... diay, si los propios jugadores no ponen de su parte; milagros no se pueden hacer, así contraten al entrenador más caro, él aporta, pero no puede resolver todo y así es un gobierno, tenemos que cooperar todos.

¿Nota a su hija más estresada?

Claro, ella se preocupa por que las cosas salgan bien y en ese sentido, cuando algo no funciona, porque no depende de su esfuerzo, pues claro que la tiene que estresar. Generalmente se repone rápido, es bastante ecuánime. A veces, cuando sale un titular medio malintencionado o algo que diga alguien por ahí, ella nos llama y nos da explicaciones, y le decimos “mamita, tranquila, sabemos cómo es la cosa”, más bien, ella se preocupa más por nosotros.

¿Eso le preocupa?

Claro, como mamá estoy pendiente de su salud y le digo que por todo este trabajo que la absorbe y demanda tanta dedicación, no puede descuidar su salud.

Desde que es Presidenta, ¿ha tenido que llamarle la atención?

Bueno por las cosas de las mamás, sí. Sobre todo por salud, compartimos algún médico, entonces cuando voy a mis citas, le pregunto al médico: ¿Ya Laura vino? ¿Cuándo le toca la cita?”. No, mire me responde el doctor, me ha cancelado la cita dos veces. Entonces cojo el teléfono y la regaño.

¿Cuánto escucha doña Laura a su familia para tomar decisiones?

En eso no interferimos mucho, si ella nos cuenta algo, pues lo comentamos. A veces, le hacemos una pregunta concreta y ella le ha hecho unas consultas al padre, pero generalmente, cuando nos reunimos tratamos de hablar lo menos posible de esas cosas.

¿Qué regalo le pediría a Laura hija?

Para mí el mejor regalo es como ella es, una hija increíble. No soy muy partidaria de esas cosas, a mí me gusta que me festejen el cumpleaños. Pero para el Día de la Madre, lo que me gusta es reunirme con ellos.

Y si tuviera que pedirle un regalo a Laura presidenta, ¿qué le pediría?

Que siga haciendo las cosas como las está haciendo, que me siento sumamente orgullosa, para nosotros es el mejor regalo.

Las madres siempre tienen sueños para sus hijos. ¿Se cumplieron los suyos con doña Laura?

Todos deseamos para los hijos lo mejor, que se realicen plenamente. En el caso de Laura dejamos que ella siguiera su rumbo. Le notamos cualidades especiales, desde luego, pero jamás la imaginamos en la Presidencia, para nosotros fue muy sorpresivo, a pesar de que tuvo una carrera muy exitosa y le veíamos todas esas cualidades.

¿Qué se siente ser la mamá de la Presidenta?

Imagínese el orgullo, a mí se me olvida a veces que es la Presidenta, cuando la regaño y le llamo la atención, de pronto digo: (se ríe) “mire, pero si es la Presidenta con quien hablo”, y ella solo responde: sí mamá, tenés razón. Estamos más metidos en ese tipo de cosas, sin pensar quién es, pero cuando yo medito, digo: ¡Dios, si es la Presidenta!

¿La gente la reconoce en la calle?

Algunas veces, trato de mantener un perfil bajo, aunque sé que es difícil. Ando solilla y, a veces sí, cuando ando en el supermercado o en el centro comercial, me llaman, me saludan o me dicen algo, pero no tanto.

¿Y la paran para reclamarle?

No, todo lo contrario; toda la gente me habla bien, que están rezando por ella y que le desean lo mejor.

Como madre, ¿se siente orgullosa de la relación entre sus hijos?

Mucho, siempre les enseñé que se respetaran las diferencias, porque así como sucede en política, todos piensan diferente. En mi casa todos son diferentes, pero en los valores esenciales todos coinciden. Hasta en política han sido contrarios, cuando el TLC, la mitad estaba a favor y la otra en contra.

¿Cómo fue la Presidenta desde el embarazo? ¿Qué recuerda?

Fue mi primera hija, la tuve muy joven, de 18 años, imagínese. Fue un embarazo normal, desde que nació fue muy tranquila; al mes pasaba toda la noche durmiendo y en realidad nunca nos dio problemas, excepto los normales de salud, porque a ella le tocó una época donde todavía no había vacunas para algunas enfermedades; le tocaron el sarampión y la viruela, aparte de su problema de los ojos, que se le detectó a los seis años. También tuvo sus alergias.

¿Recuerda alguna travesura?

Travesura, no. Fíjese que ella hasta cierta edad era bastante introvertida, muy seria. Los chascos más bien que pasaba eran por despistada; incluso de adolescente, le prestaba el carro y siempre llegaba, lo cerraba y dejaba la llave adentro, y eso pasaba casi todas las semanas.

Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net







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