Latinoamérica en la mira de China
| Miércoles 24 septiembre, 2008
Latinoamérica en la mira de China
Pekín
EFE
Ante la crisis económica que vive Estados Unidos, que podría afectar al comercio de uno de los principales socios comerciales de China, el país asiático busca un aumento de las relaciones económicas con Latinoamérica, región que es ya hoy uno de los principales objetivos de la inversión china.
La visita esta semana a China del presidente venezolana, Hugo Chávez, quien firmará con Pekín acuerdos en sectores como el petrolífero, o la celebración en octubre de una cumbre empresarial chino-latinoamericana en el país asiático son pruebas del creciente interés chino en Latinoamérica.
La cumbre empresarial, que se celebrará el 20 y 21 de octubre en Harbin (noreste de China) es, según sus organizadores del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional (CCPIT, brazo inversor en el extranjero del Gobierno chino) una muestra de la mayor atención del país asiático hacia Latinoamérica.
“Ante la crisis de las hipotecas 'subprime' en Estados Unidos, los altos precios del petróleo y el aumento de factores de incertidumbre en la economía mundial, es de significado especial mantener y profundizar el desarrollo de la cooperación económica entre China y Latinoamérica”, señaló el presidente del CCPIT, Wan Jifei.
En similares términos se expresó el director de Asuntos Internacionales del CCPIT, Sui Jianmin, aunque también influye, según él, el hecho de que “el mercado entre China, Estados Unidos y la Unión Europea ya está lleno, mientras que en Latinoamérica hay más espacio para desarrollarse”.
Además, añadió Sui, el comercio entre China y Latinoamérica muestra una relación más “sana”, ya que exportaciones e importaciones entre ambas economías están muy igualadas, mientras que China sigue manteniendo un fuerte superávit comercial con europeos y estadounidenses.
El comercio entre China y Latinoamérica sigue manteniendo en los últimos años una fuerte tasa de crecimiento, en torno al 40% anual, y en 2007 alcanzó una subida del 46,2%, hasta los $102.600 millones.
De esa cifra, $51.060 millones correspondieron a importaciones chinas a Latinoamérica, mientras que las exportaciones ascendieron a $51.540 millones.
“China es el socio comercial que todo el mundo quiere tener”, aseguró el embajador colombiano en Pekín, Guillermo Vélez, quien participó en la presentación de la cumbre en Pekín como representante de la diplomacia latinoamericana en China.
Según el jefe de legación, no obstante, volver los ojos de China hacia Latinoamérica no significa dar la espalda a la Unión Europea y Estados Unidos, pues se trata de economías complementarias: China importa a Latinoamérica sobre todo materias primas y recursos naturales, y productos manufacturados a las economías europea y norteamericana.
“Es además importante que las empresas chinas inviertan en Latinoamérica para llegar al mercado de Estados Unidos”, aseguró Vélez.
También China quiere ofrecerse a Latinoamérica como un puente hacia otros mercados: la celebración de la cumbre de octubre en Harbin no es casual, ya que su cercanía con Rusia puede servir a las firmas latinoamericanas a usar el noreste chino como puente a la llegada de productos latinos al país europeo.
En cualquier caso, actualmente la relación económica chino-latinoamericana destaca sobre todo por la inversión china en recursos naturales (con empresas chinas ya operando en sectores como el minero, el petróleo o la alta tecnología) y la creciente llegada de productos chinos de bajo coste a los mercados de Latinoamérica.
Vélez destacó como ejemplo que en su país, Colombia, el 80% de las motocicletas que se vendieron el año pasado se fabricó en China.
Para el embajador, sin embargo, existe todavía una gran dificultad para hacer negocios entre ambas regiones, al no haber vuelos directos entre China y los países latinoamericanos (con excepción de los que Aeroméxico ha comenzado a fletar entre Shanghái y Monterrey, con escala en Japón).
“Hay que trabajar para mejorar las rutas de vuelo, para que no haga falta el trámite de hacer escala en Estados Unidos y Europa y tener que pedir visado”, ya que tanto chinos como latinoamericanos necesitan visa para ambas zonas.
El presidente del CCPIT, por su parte, destacó otras dificultades que aún frenan el comercio y la inversión bilateral con Latinoamérica.
Principalmente, “la falta de canales de información sistemáticos sobre la cultura comercial, el sistema legal, los servicios de cámaras de comercio de los países contrapartes y la credibilidad de sus socios potenciales”.
La cumbre empresarial chino-latinoamericana celebra este año su segunda edición y espera atraer a representantes de 600 firmas de ambas economías.
La primera se organizó en noviembre del pasado año en Santiago de Chile, con la asistencia de la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
Pekín
EFE
Ante la crisis económica que vive Estados Unidos, que podría afectar al comercio de uno de los principales socios comerciales de China, el país asiático busca un aumento de las relaciones económicas con Latinoamérica, región que es ya hoy uno de los principales objetivos de la inversión china.
La visita esta semana a China del presidente venezolana, Hugo Chávez, quien firmará con Pekín acuerdos en sectores como el petrolífero, o la celebración en octubre de una cumbre empresarial chino-latinoamericana en el país asiático son pruebas del creciente interés chino en Latinoamérica.
La cumbre empresarial, que se celebrará el 20 y 21 de octubre en Harbin (noreste de China) es, según sus organizadores del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional (CCPIT, brazo inversor en el extranjero del Gobierno chino) una muestra de la mayor atención del país asiático hacia Latinoamérica.
“Ante la crisis de las hipotecas 'subprime' en Estados Unidos, los altos precios del petróleo y el aumento de factores de incertidumbre en la economía mundial, es de significado especial mantener y profundizar el desarrollo de la cooperación económica entre China y Latinoamérica”, señaló el presidente del CCPIT, Wan Jifei.
En similares términos se expresó el director de Asuntos Internacionales del CCPIT, Sui Jianmin, aunque también influye, según él, el hecho de que “el mercado entre China, Estados Unidos y la Unión Europea ya está lleno, mientras que en Latinoamérica hay más espacio para desarrollarse”.
Además, añadió Sui, el comercio entre China y Latinoamérica muestra una relación más “sana”, ya que exportaciones e importaciones entre ambas economías están muy igualadas, mientras que China sigue manteniendo un fuerte superávit comercial con europeos y estadounidenses.
El comercio entre China y Latinoamérica sigue manteniendo en los últimos años una fuerte tasa de crecimiento, en torno al 40% anual, y en 2007 alcanzó una subida del 46,2%, hasta los $102.600 millones.
De esa cifra, $51.060 millones correspondieron a importaciones chinas a Latinoamérica, mientras que las exportaciones ascendieron a $51.540 millones.
“China es el socio comercial que todo el mundo quiere tener”, aseguró el embajador colombiano en Pekín, Guillermo Vélez, quien participó en la presentación de la cumbre en Pekín como representante de la diplomacia latinoamericana en China.
Según el jefe de legación, no obstante, volver los ojos de China hacia Latinoamérica no significa dar la espalda a la Unión Europea y Estados Unidos, pues se trata de economías complementarias: China importa a Latinoamérica sobre todo materias primas y recursos naturales, y productos manufacturados a las economías europea y norteamericana.
“Es además importante que las empresas chinas inviertan en Latinoamérica para llegar al mercado de Estados Unidos”, aseguró Vélez.
También China quiere ofrecerse a Latinoamérica como un puente hacia otros mercados: la celebración de la cumbre de octubre en Harbin no es casual, ya que su cercanía con Rusia puede servir a las firmas latinoamericanas a usar el noreste chino como puente a la llegada de productos latinos al país europeo.
En cualquier caso, actualmente la relación económica chino-latinoamericana destaca sobre todo por la inversión china en recursos naturales (con empresas chinas ya operando en sectores como el minero, el petróleo o la alta tecnología) y la creciente llegada de productos chinos de bajo coste a los mercados de Latinoamérica.
Vélez destacó como ejemplo que en su país, Colombia, el 80% de las motocicletas que se vendieron el año pasado se fabricó en China.
Para el embajador, sin embargo, existe todavía una gran dificultad para hacer negocios entre ambas regiones, al no haber vuelos directos entre China y los países latinoamericanos (con excepción de los que Aeroméxico ha comenzado a fletar entre Shanghái y Monterrey, con escala en Japón).
“Hay que trabajar para mejorar las rutas de vuelo, para que no haga falta el trámite de hacer escala en Estados Unidos y Europa y tener que pedir visado”, ya que tanto chinos como latinoamericanos necesitan visa para ambas zonas.
El presidente del CCPIT, por su parte, destacó otras dificultades que aún frenan el comercio y la inversión bilateral con Latinoamérica.
Principalmente, “la falta de canales de información sistemáticos sobre la cultura comercial, el sistema legal, los servicios de cámaras de comercio de los países contrapartes y la credibilidad de sus socios potenciales”.
La cumbre empresarial chino-latinoamericana celebra este año su segunda edición y espera atraer a representantes de 600 firmas de ambas economías.
La primera se organizó en noviembre del pasado año en Santiago de Chile, con la asistencia de la presidenta chilena, Michelle Bachelet.