Las ciudades después del Covid-19

La actual pandemia cambió nuestras vidas y cambiará las viviendas y otros espacios públicos y privados, dicen algunos arquitectos.

Y es que distinto tipo de pandemias podrían azotar a las sociedades en este siglo.

Tendremos que adoptar los cambios necesarios para estar lo mejor posible preparados y continuar con la vida.

Este coronavirus hizo que muchas actividades que se hacían en diversos espacios, como trabajar o estudiar, entre otras, tuvieran que realizarse en nuestro espacio doméstico, que no había sido diseñado para eso cuando se construyó la vivienda.

Nuestros hogares se convirtieron en el espacio en donde - en muchos casos - hay que trabajar, los niños y jóvenes tienen que estudiar, debe ser nuestro gimnasio, el espacio para meditar y hasta para compartir con amigos de forma remota.

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Así lo explican Jakob Brandtberg Knudsen, decano de la escuela de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca y el arquitecto David García -quien ha estudiado extensivamente el concepto de cuarentena y sus implicaciones espaciales- al reflexionar sobre la transformación en un espacio más íntimo: nuestro hogar.

Y la historia nos habla. El gran cambio en el siglo XIX se dio en gran medida porque oleadas de epidemias mataban a muchísimas personas, como “el cólera”, para la que no había cura.

Se creía que era de contagio aéreo. Que provenía del aire tóxico.

En el verano de 1858, el olor del río Támesis, -durante siglos usado como vertedero de desechos humanos, animales e industriales- invadió Londres, obligó al Parlamento a tomar medidas para purificar ese río y el drenaje de la metrópoli. Se construyó un acueducto.

Después se vió que la mortal enfermedad no se debía al hedor proveniente del Támesis pero sí de las bacterias que vivían en las aguas.

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De todos modos, esto transformó el espacio urbano, explica el antropólogo médico Christos Lynteris.

El trazado hipodámico (estructura urbana en forma de cuadrícula), que había sido abandonado en la Edad Media, fue recuperado, pues facilitaba la introducción de sistemas de alcantarillado.

El ensanche de las calles, se hizo luego de concluir que entre más estrechas eran, más muertos había.

Se optó por ensancharlas para dar paso al viento y los rayos del sol, en aras de una mejor salud humana.

Así nacieron los hermosos y amplios bulevares de París.

Espacios abiertos para descansar y asolearse, como medicina para enfermedades como la tuberculosis.

Hoy, ante la actual pandemia, profesionales y estudiantes de arquitectura de Colombia y Costa Rica reflexionaron virtualmente sobre los desafíos que ésta plantea.

La arquitectura se planea, dice Carlos Chacón, docente e investigador de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del Instituto Tecnológico de Costa Rica, y uno de los impulsores de la iniciativa.

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Además de Chacón, las sesiones estuvieron coordinadas por Esteban Castro, docente e investigador de la misma escuela, y por Fabián Sarmiento, docente e investigador de la Universidad La Gran Colombia en Bogotá, Colombia. A partir de esto, se organizará un grupo de trabajo para transformar las reflexiones en documentos, artículos, charlas y libros.

Para Chacón, la actual crisis sanitaria, por ejemplo, podría estimular el surgimiento de nuevos espacios antes de ingresar a las viviendas, donde las personas puedan bañarse, mudarse de ropa y cambiarse los zapatos.

Y ojalá que el exterior no se convierta en una zona prohibida, sino que siga siendo un espacio seguro y habitable. Que nuestra vida sea algo agradable.