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FORO DE LECTORES


La primera infancia, asunto económico y ecológico

| Jueves 09 diciembre, 2010


La primera infancia, asunto económico y ecológico

El premio Nobel 2000 en Ciencias Económicas, Dr. James J. Heckman, afirma que “el aprendizaje comienza en la infancia, mucho antes de que empiece la educación formal, y continúa durante toda la vida… como sociedad, no podemos permitirnos postergar la inversión en los niños hasta que sean adultos, ni podemos esperar hasta que lleguen a la edad escolar —etapa en que puede ser demasiado tarde para intervenir”.
Dedicar esfuerzos en beneficio de la primera infancia tiene fundamentación valiosa desde muchos ámbitos: los derechos humanos, la justicia social, el desarrollo humano sostenible, la visión ecológica y la economía.
La desigualdad en cuanto a alimentación, salud y oportunidades en el desarrollo durante los primeros años de vida, producen desigualdades posteriores. Las inversiones en el potencial humano producen riqueza e invertir en primera infancia, es un buen inicio en la búsqueda de una sociedad con desarrollo sostenible.
Existe una interrelación inevitable entre la salud física y mental, la salud socio-emocional con el desarrollo cognitivo, el rendimiento en el ámbito educativo, el progreso y las oportunidades.
Desde una visión ecológica y no fragmentada, son muchos los aportes para enfocarnos en la infancia; no solo para lograr con éxito la inclusión escolar y ayudar a evitar la deserción, sino para una buena vida: calidad de vida.
Precisamente en esta etapa, de ero a seis años es cuando la mayoría de los niños se encuentra en sus hogares o “guarderías” y son los padres-madres, encargados-cuidadores; los primeros mediadores pedagógicos, fundamentales para la economía.
Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, manifestó en la exposición magistral del Banco Interamericano de Desarrollo, “Romper el ciclo de la pobreza: Invertir en la infancia”: que existe una relación entre las capacidades de los adultos con sus experiencias en la niñez. Ella le llama la “conexión económica indirecta, donde se complementa la fuerza del “efecto directo” de la calidad de la niñez sobre las vidas y aptitudes de las personas al llegar a ser adultos.”
Desde el nuevo pensamiento económico (por ejemplo Fritz Schumacher y Hazel Henderson), proponen una medición de la riqueza fundamentada en valores éticos, en términos de bienestar humano: ecosistemas sanos, salud, creatividad, imaginación y la capacidad de resolver problemas, entre otros.
La inversión en la primera infancia nos da la posibilidad de un buen comienzo desde todo punto de vista: individual, desde la colectividad, desde la igualdad de oportunidades, fortalecimiento de valores y desde el sueño de un futuro mejor.
Qué mejor que proveer a la futuras generaciones de las herramientas necesarias para su vida, justo en el momento donde la creatividad fluye. Invertir en la primera infancia es una rentable decisión para nuestra sociedad.

Adriana Alfaro Fuscaldo
Directora Ejecutiva: Fundación DEHVI
aalfaro@dehvi.org







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