La escalera para el ascenso social
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 11 febrero, 2008
La educación ha sido el trapito de dominguear del sistema de desarrollo costarricense durante décadas. El acceso gratuito a la educación primaria redujo los índices de analfabetismo y generó orgullo nacional.
El Colegio de Señoritas y el Liceo de Costa Rica ostentaban una calidad incuestionable en su educación, tanta o más que la de instituciones privadas de la época. El sistema público gozaba de prestigio desde la primaria hasta la educación superior.
Hoy, la base de esta pirámide educativa está debilitada. Cada vez más padres costarricenses prefieren sacrificarse para enviar a sus hijos a escuelas y colegios privados, en lugar de públicos.
La necesidad de dominar con fluidez el inglés y de capacitarse en el área tecnológica, entre otros aspectos, es apremiante para las futuras generaciones, si estas desean ser competitivas en el mercado laboral.
La superioridad de la educación privada en varios campos es una de las razones por las cuales ha ganado popularidad en Costa Rica, desplazando poco a poco a la pública.
Más allá de añoranza por glorias pasadas, la cada vez más aguda ausencia de competitividad en la educación pública presenta la seria problemática de ensanchar la brecha de oportunidades entre los más afortunados y los menos.
Siendo que las familias de menos recursos son las que se ven sin posibilidades de costear una educación privada para sus hijos, estos probablemente vean reducidas sus posibilidades de ascender en la escala socioeconómica.
Una educación pública débil reduce la capacidad de la fuerza laboral, uno de los factores más poderosos en la atracción de Inversión Extranjera Directa.
Costa Rica ya tiene problemas en proveer a las empresas que operan en el país con suficientes ingenieros y técnicos. Con el paso de los años el problema no solo podría agravarse, sino derrumbar la competitividad nacional.
Un país que tuvo la sabiduría de focalizar en la educación los esfuerzos con el objetivo de cosechar desarrollo en el futuro, debería ser capaz ahora de proveer una reforma integral al sistema educativo público para que este vuelva a ser la escalera de ascenso social que fue antaño.