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FORO DE LECTORES


La violencia en Costa Rica

| Miércoles 01 abril, 2009


La violencia en Costa Rica


Nuestro país, que no hace tantos años fue señalado ante el mundo como una nación pacífica y ejemplar, ha dado un giro enorme y los costarricenses estamos preocupados y temerosos.
En las principales ciudades hay violencia y en las que se cometen más delitos son San José y Limón, donde la Fuerza Pública y la Policía Municipal sienten miedo de hacerles frente a las bandas organizadas de maleantes que día a día están más armados y belicosos.
La mayoría de los ladrones, asaltantes y criminales se movilizan en carros y camionetas con vidrios polarizados ante la mirada pasiva de la policía. A otros los obligan a detenerse (me tocó y hasta anotaron mi número de cédula) aunque circulen correctamente y estén en regla con todo. Otros hampones viajan en motos —por lo general son dos—, practican bajonazos, tachan los vehículos y algunos son sicarios. Con una facilidad enorme, consiguen armas de fuego. Por cierto, muchas de esas armas pasan constantemente por nuestras fronteras.
Costa Rica registra hoy una tasa de crimen bastante alta, que al paso que vamos subirá con rapidez hasta ahogarnos en la total inseguridad e indefensión, en especial, si el crimen organizado se asienta con más fuerza aquí, donde ya existen bandas violentas formadas por nacionales y extranjeros. El narcotráfico que está logrando sembrar raíces en Costa Rica, es la causa número uno para que estas bandas de criminales sean cada vez más especializadas.
Pese a las promesas de quienes nos gobiernan, la delincuencia no deja de crecer en San José y Limón, las ciudades más contaminadas, siendo esto el reflejo de lo que ocurre en el resto de esta nación donde el problema se agrava por la debilidad de las leyes, pues un hampón es detenido en la mañana y en la tarde ya anda suelto por nuestras calles. Ellos son los responsables de las noticias rojas de todos los días que tenemos en la prensa escrita, la radio y la televisión.
La impunidad es terrible en este país, porque la reacción de las autoridades no es lo efectiva que deseamos. Un ejemplo lo tenemos en el asesinato del chofer del bus herediano, el cual le permitió al criminal, que movilizándose a pie, pudiera escapar rápidamente, en tanto la víctima deja esposa y cuatro niños pequeños.
Otros delitos son también muy graves. El robo de cable eléctrico y telefónico deja comunidades enteras sin luz ni comunicación. Indirectamente, eso es también un crimen, porque muchos enfermos pueden morir por falta de atención, como les sucedió en estos días a unos vecinos de Hatillo. Pero también están los que roban las barandas de los puentes, las alcantarillas y las señales de alto y que todo el producto de este delito lo distribuyen en las chatarreras, muy conocidas de nuestras autoridades. En estos lugares, velozmente funden el hierro saqueado, con lo que borran el delito de receptación. Luego, nosotros que andamos al día con nuestros impuestos, tenemos que pagar.
La violencia actual es un tema de gran importancia para la población, tanto por sus consecuencias en el ámbito de la salud, como por las pérdidas que implica a nivel económico. Cuando un individuo sufre un asalto, presenta reacciones a nivel psicológico y fisiológico debido a la vivencia de amenaza a la integridad personal. En los crímenes, la familia queda con tanto trauma, que podría llegar a perder la fe y hasta experimentar un sentimiento de desesperanza para el resto de su vida.
Rápido, sin perder más el tiempo, tenemos que hacer hasta lo imposible para rescatar el país de las manos del hampa y el crimen organizado.

Eliseo Valverde Monge





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