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La aterradora verdad que sufre nuestra niñez.

Andrea Calderón ancalderon@saintgregory.cr | Viernes 20 abril, 2018


Como mamá y como teacher, estoy en contacto frecuente con papás y mamás. Últimamente me ha llamado la atención que cada vez con más frecuencia escucho comentarios como: “está tan egoísta”, “no tiene paciencia”, “se frustra muy rápido”, “se aburre tanto”.

¿Les hacemos bien dándoles lo que QUIEREN, aunque no sea lo mejor para ellos?
Los límites, la disciplina y la corrección son fundamentales en los primeros años de vida. No podemos permitir que se manejen solitos. Sin una nutrición apropiada y un buen descanso en la noche, nuestros niños llegan a la escuela irritados, ansiosos e inatentos. Aparte de esto, les damos un mensaje erróneo. Así lo que aprenden es que pueden hacer lo que quieran y decidir si no quieren hacer algo. Desafortunadamente, para alcanzar nuestras metas y objetivos, debemos hacer lo que es necesario, y muchas veces no es lo que queremos hacer.
Esta es en definitiva la generación del “yo”. Ahora es todo yo, yo, yo y mío, mío, mío. Esto tiene mucho que ver con el cambio en los niños desde hace unos años.
Para muchas familias hoy en día, su centro y enfoque único son los hijos. Cuando esto sobrepasa los límites, los niños se vuelven ansiosos, exigentes y los papás siempre están exhaustos. En la mayoría de estos casos los hijos deciden cuales son las prioridades de tiempo, energía y atención de los papás. No podemos recargar a nuestros hijos con responsabilidades que no les corresponden ni saben manejar.

…Y así como doy consejos de estimulación siempre, y me encanta aprovechar todas las oportunidades en la vida y convertirlas en momentos de aprendizaje, hoy les digo:

1. Dejemos que se aburran. En inglés se dice “let them be bored” y se ha puesto muy de moda el dicho en Estados Unidos, porque de verdad es básico que los niños tengan ratos en que tienen que descubrir y explorar nuevas maneras de entretenerse. A nuestra nñez se le está olvidando como entretenerse solitos; y como soñar despiertos.
2. Menos tecnología. Es un must hoy en día usar la tecnología con medida y responsabilidad.
3. Dejemos que sean ingeniosos y que administren los recursos sólos. No es fácil ver a los hijos frustrados o tristes, pero dejemos que experimenten y aprendan solitos cuando se equivocan. No es fácil verlos fracasar, pero peor sería verlos fracasar en el futuro. Es importante que cometan errores ahora que son errores “pequeños” y que puedan aprender de ellos.
4. Necesitan JUGAR en la vida real. Tanta interacción de manera electrónica no es socialización. El contacto con otros niños y jugar es fundamental para el desarrollo de los niños. Estar alrededor de otros niños y compartir con ellos es la base para el bienestar psicológico. Los “get togethers” online no cuentan como socialización,  fomentemos el que nuestros niños y adolescentes compartan cara a cara y que tenga contacto físico.
5. Soltemos a nuestros niños. Estoy a favor de premiar y recompensar a los niños, pero no siempre. Hacerlo siempre pierde sentido y funcionalidad; y hace que los niños estén buscando recompensas externas, en vez de internas.

Todo es un balance!!! Es importante que como papás lo sepamos encontrar (aunque sea difícil): acompañarlos y darles independencia, enseñarles y corregirlos, pero dejarlos que aprendan de sus experiencias, amarlos pero no asfixiarlos.

 

 






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