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Instrumentos Financieros

| Miércoles 16 abril, 2008




Instrumentos Financieros

Dinero plástico

El dinero plástico (tarjetas de crédito, débito y tarjetas inteligentes), son parte de la vida cotidiana del consumidor. Para los especialistas en las grandes innovaciones que han potenciado el progreso en los últimos años, el dinero plástico, en sus diferentes variaciones y soportes tecnológicos, es de los instrumentos financieros que más han agilizado y acelerado el comercio local e internacionalmente.
En términos generales, las tarjetas de crédito son una plataforma para cancelar bienes y servicios sin necesidad de utilizar efectivo. Consiste en una pieza de material plástico que con el tiempo ha adquirido cierta uniformidad en su tamaño a raíz de su uso, las necesidades técnicas de los emisores y la estandarización de los medios electrónicos para registrar las operaciones en el punto de venta.
A pesar de que el conocido dinero plástico tiene muchas variaciones, como las tarjetas de débito y las inteligentes, en esta oportunidad nos centraremos en la tarjeta de crédito.
Esta tiene una serie de número en relieve que corresponde al registro del plástico, fechas de vencimiento, año de membresía y, por supuesto, el nombre del portador de la tarjeta. Entre las más conocidas del mercado están: Visa, American Express, MasterCard y Diners Club.
A los usuarios de este instrumento financiero se les establece un límite con relación al tope de dinero que pueden cargar a su cuenta. Normalmente no se requiere que cada mes se cancele la cantidad total de las compras efectuadas en dicho periodo. De acuerdo con la política de los emisores de tarjetas de crédito, existen diferentes plazos de tiempo para abonar o cancelar el saldo. Siendo un instrumento de crédito, el saldo acumula interés. En algunos casos se establece un monto mínimo para el pago o una cancelación total que incluye ciertos incentivos. Para ambos casos se fijan fecha con la finalidad de que el dueño de la tarjeta programe sus compromisos.
Como lo subrayamos en el párrafo anterior, el emisor determina un pago mínimo y con ello los cargos de financiamiento para el saldo pendiente. Las tarjetas de crédito también se utilizan en los cajeros automáticos o en un banco para servirse de un adelanto de efectivo aunque, a diferencia de las tarjetas de débito, se cobra un interés. Un pago con tarjeta de crédito es un pago con dinero M1 (dinero crediticio) que como todo agregado monetario distinto de M0 no es creado por los bancos centrales sino por los bancos privados al dar créditos. Por tanto, el hacer efectivo un cobro con tarjeta de crédito depende de la solvencia de la entidad emisora de la tarjeta.
También es importante subrayar que los comercios afiliados a las empresas emisoras de tarjetas de crédito, tienen que pagar una comisión por hacer uso de ese servicio que tiene la ventaja de agilizar las ventas y con ello un flujo garantizado de dinero, en función del porcentaje de transacciones que hagan por medio de ese instrumento. En otras palabras, a pesar de que el punto de venta no está recibiendo dinero en efectivo, tiene un grado de garantía muy alto de que el emisor respaldará el crédito. El porcentaje de la comisión se establece en función del volumen de venta para el comercio afiliado y de la política general en la materia por parte del emisor.
En el mundo del comercio electrónico, las tarjetas de créditos son de los principales impulsores de este nuevo canal y, de hecho, antes de la recesión económica en los Estados Unidos, se proyectaba que en América Latina el crecimiento de este tipo de transacciones sería de al menos de un 40% anual.

Juan Carlos Pérez Herra

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