Inflación y tasa básica se mantienen distantes
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 10 agosto, 2009
Inflación y tasa básica se mantienen distantes
Críticos de la política de intereses afirman que dolarización podría revertir este escenario
Víctor Sanabria
vsanabria@larepublica.net
La economía costarricense vive actualmente un fenómeno atípico y cuestionado por múltiples actores del mercado.
Por un lado, el ritmo de crecimiento en los precios ha mostrado signos de estar desacelerándose, dejando como resultado una inflación acumulada de un 2,14% a julio. Mientras que al otro extremo la tasa básica pasiva (TBP) aún se encuentra en un nivel alto, a pesar de las tres bajas consecutivas que la han llevado a un 11,50%.
Ante ello surge la interrogante: ¿Qué puede revertir esta realidad?
“La única forma es seguir la experiencia salvadoreña, solo dolarizando la economía con un sistema financiero competitivo podrá establecerse la confianza monetaria en Costa Rica”, comentó José Joaquín Fernández, economista y presidente del Instituto Libertad.
A inicios de esta década la economía de El Salvador enfrentaba un escenario similar al costarricense: la inflación registrada alcanzó las tasas denominadas como internacionales (entre 0% y 2%), mientras que la tasa pasiva rondaba un 16%.
Con el pasar de los meses las autoridades consensuaron que la estrategia más eficiente para eliminar la brecha era la dolarización.
Y es que en medio de este debate, el hecho de que los resultados viajen más rápido que las expectativas oficiales es una realidad que les pone a los bancos centrales un reto adicional en el manejo de su política monetaria.
En otras palabras, cuando las tasas de interés comienzan una tendencia a la baja, en parte por la presión de menores reportes inflacionarios, la gente empieza a demandar más liquidez. No obstante, si el Banco Central no provee ese dinero adecuadamente, el efecto puede resumirse en el aumento nuevamente de las tasas.
“Este es uno de los retos del Banco Central. Es fácil restringir la liquidez si no hay demanda, pero si las personas requieren recursos, la ciencia para cubrir esa necesidad será acomodando la mayor demanda de liquidez sin provocar una expansión que genere inestabilidad”, comentó Francisco de Paula Gutiérrez, presidente del Banco Central, quien manifestó que parte del fenómeno de la dolarización en El Salvador podría haber respondido a una coyuntura similar a la que enfrentamos hoy.
Pero a pesar del incremento de las carteras en cuentas corrientes en dólares, y de la defensa que ha hecho el Central del techo cambiario a través del retiro de colones a cambio de divisas, Gutiérrez no mira viable un cambio de moneda.
Otros especialistas afirman que la cercanía entre inflación y tasas no se logra porque los agentes económicos no creen que la reducción de los precios se mantenga.
Críticos de la política de intereses afirman que dolarización podría revertir este escenario
Víctor Sanabria
vsanabria@larepublica.net
La economía costarricense vive actualmente un fenómeno atípico y cuestionado por múltiples actores del mercado.
Por un lado, el ritmo de crecimiento en los precios ha mostrado signos de estar desacelerándose, dejando como resultado una inflación acumulada de un 2,14% a julio. Mientras que al otro extremo la tasa básica pasiva (TBP) aún se encuentra en un nivel alto, a pesar de las tres bajas consecutivas que la han llevado a un 11,50%.
Ante ello surge la interrogante: ¿Qué puede revertir esta realidad?
“La única forma es seguir la experiencia salvadoreña, solo dolarizando la economía con un sistema financiero competitivo podrá establecerse la confianza monetaria en Costa Rica”, comentó José Joaquín Fernández, economista y presidente del Instituto Libertad.
A inicios de esta década la economía de El Salvador enfrentaba un escenario similar al costarricense: la inflación registrada alcanzó las tasas denominadas como internacionales (entre 0% y 2%), mientras que la tasa pasiva rondaba un 16%.
Con el pasar de los meses las autoridades consensuaron que la estrategia más eficiente para eliminar la brecha era la dolarización.
Y es que en medio de este debate, el hecho de que los resultados viajen más rápido que las expectativas oficiales es una realidad que les pone a los bancos centrales un reto adicional en el manejo de su política monetaria.
En otras palabras, cuando las tasas de interés comienzan una tendencia a la baja, en parte por la presión de menores reportes inflacionarios, la gente empieza a demandar más liquidez. No obstante, si el Banco Central no provee ese dinero adecuadamente, el efecto puede resumirse en el aumento nuevamente de las tasas.
“Este es uno de los retos del Banco Central. Es fácil restringir la liquidez si no hay demanda, pero si las personas requieren recursos, la ciencia para cubrir esa necesidad será acomodando la mayor demanda de liquidez sin provocar una expansión que genere inestabilidad”, comentó Francisco de Paula Gutiérrez, presidente del Banco Central, quien manifestó que parte del fenómeno de la dolarización en El Salvador podría haber respondido a una coyuntura similar a la que enfrentamos hoy.
Pero a pesar del incremento de las carteras en cuentas corrientes en dólares, y de la defensa que ha hecho el Central del techo cambiario a través del retiro de colones a cambio de divisas, Gutiérrez no mira viable un cambio de moneda.
Otros especialistas afirman que la cercanía entre inflación y tasas no se logra porque los agentes económicos no creen que la reducción de los precios se mantenga.