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Inflación: La Nacionalización Mundial de las Pérdidas Hipotecarias de Estados Unidos

| Miércoles 02 julio, 2008


Inflación: La Nacionalización Mundial de las Pérdidas Hipotecarias de Estados Unidos


La crisis hipotecaria que está afectando principalmente a los bancos de Estados Unidos no es distinta de las crisis financieras que ha experimentado ese país en el pasado. Al igual que las otras, esta crisis tuvo sus orígenes en la desviación de prácticas bancarias prudentes, que llevaron a la toma de riesgos excesivos.
Pese a que la especulación y la toma de riesgos por parte de las instituciones financieras es uno de los pilares del sistema capitalista, sin embargo, todo en exceso es perjudicial.
En el caso de Estados Unidos el problema radica en el hecho de que los bancos incurrieron en riesgos exagerados a sabiendas de que la Reserva Federal los iba a rescatar en caso de una crisis. Y así sucedió. Una vez iniciada la dificultad, la Fed no titubeó en abrir una ventanilla de descuento de títulos hipotecarios ni en bajar las tasas de interés para salvar a los bancos.
Parece como la continuación de un cuento épico que venimos viendo desde la crisis asiática, en la cual Ben Shalom Bernanke, al igual que su predecesor Alan Greenspan, aparece como el caballero financiero que vence al dragón con su espada, las tasas de interés. El mundo está a salvo y podemos volver a ser felices. ¿O lo está?
En todo cuento, para el héroe no le es tan fácil vencer al dragón, ni mucho menos en tan solo una batalla, especialmente si ese caballero ha venido perdiendo poder. Generalmente, al héroe le toman varias justas y el socorro de sus amigos para vencer al monstruo, y no es sino hasta un esfuerzo sobresaliente, que se logra la victoria final.
La economía no es distinta de los cuentos en ese sentido. El festín crediticio de Estados Unidos es síntoma de que se ha venido gastando más de lo que se genera en un periodo prolongado, por esta razón se requerirá un mayor esfuerzo por parte de la Fed y el Gobierno de Estados Unidos para vencer este problema. La inyección de liquidez paliará el síntoma, pero no la enfermedad.
Al no haberse penalizado a los bancos y agentes económicos que tomaron riesgos innecesarios, la Reserva Federal no atacó la raíz, sino su síntoma. Dicha acción causó que el peso de la crisis recayera sobre el ciudadano promedio del mundo, ya que el estímulo monetario a través del dólar exacerbó la inflación a un punto intolerable.
¿Por qué no exigirles a los bancos que se han visto mayormente beneficiados por la ayuda de la Fed devolver parte de sus jugosas ganancias que cobraron durante los años de bonanza como condición del auxilio financiero?
¿Qué diferencia al emprendedor financiero del emprendedor industrial o del ciudadano promedio en general? ¿Es acaso la bancarrota personal menos significativa que la de un banco desde el punto vista moral? ¿Creemos en los mecanismos de auto estabilización del capitalismo? ¿Por qué unos deben absorber las pérdidas de otros? ¿Es esto capitalista?
¿Qué pasará en la siguiente crisis una vez que tengamos un sector financiero más consolidado en Estados Unidos? ¿A caso el gran tamaño de las instituciones financieras estadounidenses ha sido sustituto de políticas de administración de riesgo prudentes?
Al final, la historia se repite. Los más débiles son quienes han asumido las pérdidas vía inflación, una forma elegante de enmascarar los errores de unos vía la nacionalización de las pérdidas y la privatización de las ganancias.

Enrique Maroto
Vicepresidente Corporate Advisory Practice
CEO Advisors
www.ceoadvisors.us





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