Immelt lucha por mantener calificación de GE
| Miércoles 31 diciembre, 2008
Immelt lucha por mantener calificación de GE
Nueva York- Jeffrey Immelt, máximo responsable de General Electric Co., tiene buenas razones para luchar por la calificación crediticia AAA de GE. Nunca fue tan costoso para una compañía perder la nota más alta.
La brecha promedio entre los bonos calificados con AAA y los que están tres niveles más abajo, en AA-, fue de un récord de 112 puntos básicos en diciembre a medida que la contracción del crédito se profundizaba, según datos de Merrill Lynch & Co. Antes de que los mercados del crédito empezaran a desplomarse hace 16 meses, la diferencia promedio era de cerca de 6 puntos básicos. Un punto básico equivale a 0,01 puntos porcentuales.
Standard & Poor’s bajó la perspectiva de los bonos de GE y Toyota Motor Corp. a negativa este mes. La cantidad de compañías no financieras con nota AAA en Estados Unidos se derrumbó a 6 desde 60 a comienzos de los años ochenta, según S&P. La pérdida de la calificación más alta importaba menos cuando la penalidad en materia de intereses era menor. En la actual crisis, un descenso de la nota puede dar por resultado costos crediticios extras de decenas de millones de dólares por año.
“La gente considera que las compañías Aaa están a un nivel por debajo de la seguridad del Gobierno de Estados Unidos”, dijo Benjamin Garber, economista en Moody’s Analytics en Nueva York. “Está dispuesta a pagar una prima muy alta para tener bonos de los emisores mejor calificados”.
En Europa, la brecha entre los bonos calificados con AAA y los con AA- es de 127 puntos básicos, frente a 17 puntos básicos en junio de 2007, antes de que se produjera la contracción del crédito, muestran datos de Merrill Lynch.
Después de más de U$1 billón en depreciaciones y pérdidas crediticias desde enero de 2007 y el derrumbe de Lehman Brothers Holdings Inc. en septiembre, los inversores han huido de las acciones, los títulos hipotecarios y los bonos corporativos de alto rendimiento y alto riesgo. La deuda empresarial con la más alta calificación y los bonos del Tesoro son los títulos que más se han beneficiado.
GE, con sede en Fairfield, estado de Connecticut, ha tenido la más alta nota de S&P desde 1956, durante más tiempo que cualquier otra compañía. Un punto porcentual extra en intereses habría costado U$233 millones más en pagos anuales sobre los U$23.300 millones que GE Capital Corp. recaudó en el mercado de bonos en el primer semestre de este año, según datos compilados por Bloomberg.
El descenso de la nota ya ha sido tomado en cuenta en los precios de los bonos y derivados de GE, según el servicio Market Implied Ratings de Moody’s. Los bonos de GE se negocian como si la compañía estuviera calificada cinco niveles más abajo en A2, de acuerdo con Moody’s.
S&P le asigna AAA a Automatic Data Processing Inc., Exxon Mobil Corp., GE, Johnson & Johnson, Microsoft Corp. y Pfizer Inc. La división de McGraw-Hill Cos. considera a Berkshire Hathaway Inc. como una compañía financiera y también la califica con AAA. Moody’s Investors Service les otorga su nota equivalente, Aaa, a todas esas compañías excepto Pfizer, que la perdió en diciembre de 2006 después del fracaso de su píldora contra el colesterol, torcetrapib.
Toyota es la única compañía con calificación AAA, ya sea de Moody’s o de S&P, entre las empresas foráneas no financieras y que no toman préstamos del Gobierno, según las compañías calificadoras.
Moody’s, S&P y Fitch Ratings también dieron notas altas a U$3,2 billones en títulos respaldados por hipotecas “subprime”, o de alto riesgo, cuando comenzaba a gestarse la crisis financiera. Más de tres cuartos de esos títulos fueron luego degradados.
La única categoría de calificación corporativa que dio a los bonistas ganancias este año fue la deuda con más alta calificación, muestran datos de Merrill. En Estados Unidos, los bonos corporativos AAA rindieron 4,8%, frente a pérdidas de 6,7% en el conjunto de la deuda con grado de inversión. Los bonos del Tesoro subieron 14%, en tanto el índice S&P 500 declinó 41%.
En todo el mundo cerca del 0,2% de los bonos con nota Aaa caen en cesación de pagos antes de diez años, según un análisis de títulos de 1983 a 2007 hecho por Moody’s. Comparativamente, lo mismo sucede a 0,5% de los calificados con Aa2 y 1,7% de toda la deuda con grado de inversión. Casi 32% de los bonos de alto rendimiento cayeron en impago antes de 10 años, muestra el análisis.
La pérdida de la nota AAA sería muy costosa para GE, cuya rama de finanzas depende del acceso a los mercados públicos. GE Capital sería calificada A+, o cuatro niveles por debajo de su actual AAA, sin el apoyo de su compañía matriz, dijo S&P.
Como parte del plan de GE para mantener su AAA, Immelt está reduciendo GE Capital a menos de 40% de la ganancia total del 2009, desde cerca de la mitad en 2007. El 2 de diciembre, la compañía dijo que planeaba emitir deuda de largo plazo por valor de U$45 mil millones en 2009, menos que los U$66 mil millones que tiene por vencer, y reducir los pagarés a U$50 mil millones, cifra inferior a los U$75 mil millones que dijo previamente.
“Quiero dejarlo en claro: la nota AAA es una filosofía de cómo se maneja la compañía”, dijo Immelt en una reunión de inversores el 16 de diciembre. “Creo que la calificación AAA es importante”.
Nueva York- Jeffrey Immelt, máximo responsable de General Electric Co., tiene buenas razones para luchar por la calificación crediticia AAA de GE. Nunca fue tan costoso para una compañía perder la nota más alta.
La brecha promedio entre los bonos calificados con AAA y los que están tres niveles más abajo, en AA-, fue de un récord de 112 puntos básicos en diciembre a medida que la contracción del crédito se profundizaba, según datos de Merrill Lynch & Co. Antes de que los mercados del crédito empezaran a desplomarse hace 16 meses, la diferencia promedio era de cerca de 6 puntos básicos. Un punto básico equivale a 0,01 puntos porcentuales.
Standard & Poor’s bajó la perspectiva de los bonos de GE y Toyota Motor Corp. a negativa este mes. La cantidad de compañías no financieras con nota AAA en Estados Unidos se derrumbó a 6 desde 60 a comienzos de los años ochenta, según S&P. La pérdida de la calificación más alta importaba menos cuando la penalidad en materia de intereses era menor. En la actual crisis, un descenso de la nota puede dar por resultado costos crediticios extras de decenas de millones de dólares por año.
“La gente considera que las compañías Aaa están a un nivel por debajo de la seguridad del Gobierno de Estados Unidos”, dijo Benjamin Garber, economista en Moody’s Analytics en Nueva York. “Está dispuesta a pagar una prima muy alta para tener bonos de los emisores mejor calificados”.
En Europa, la brecha entre los bonos calificados con AAA y los con AA- es de 127 puntos básicos, frente a 17 puntos básicos en junio de 2007, antes de que se produjera la contracción del crédito, muestran datos de Merrill Lynch.
Después de más de U$1 billón en depreciaciones y pérdidas crediticias desde enero de 2007 y el derrumbe de Lehman Brothers Holdings Inc. en septiembre, los inversores han huido de las acciones, los títulos hipotecarios y los bonos corporativos de alto rendimiento y alto riesgo. La deuda empresarial con la más alta calificación y los bonos del Tesoro son los títulos que más se han beneficiado.
GE, con sede en Fairfield, estado de Connecticut, ha tenido la más alta nota de S&P desde 1956, durante más tiempo que cualquier otra compañía. Un punto porcentual extra en intereses habría costado U$233 millones más en pagos anuales sobre los U$23.300 millones que GE Capital Corp. recaudó en el mercado de bonos en el primer semestre de este año, según datos compilados por Bloomberg.
El descenso de la nota ya ha sido tomado en cuenta en los precios de los bonos y derivados de GE, según el servicio Market Implied Ratings de Moody’s. Los bonos de GE se negocian como si la compañía estuviera calificada cinco niveles más abajo en A2, de acuerdo con Moody’s.
S&P le asigna AAA a Automatic Data Processing Inc., Exxon Mobil Corp., GE, Johnson & Johnson, Microsoft Corp. y Pfizer Inc. La división de McGraw-Hill Cos. considera a Berkshire Hathaway Inc. como una compañía financiera y también la califica con AAA. Moody’s Investors Service les otorga su nota equivalente, Aaa, a todas esas compañías excepto Pfizer, que la perdió en diciembre de 2006 después del fracaso de su píldora contra el colesterol, torcetrapib.
Toyota es la única compañía con calificación AAA, ya sea de Moody’s o de S&P, entre las empresas foráneas no financieras y que no toman préstamos del Gobierno, según las compañías calificadoras.
Moody’s, S&P y Fitch Ratings también dieron notas altas a U$3,2 billones en títulos respaldados por hipotecas “subprime”, o de alto riesgo, cuando comenzaba a gestarse la crisis financiera. Más de tres cuartos de esos títulos fueron luego degradados.
La única categoría de calificación corporativa que dio a los bonistas ganancias este año fue la deuda con más alta calificación, muestran datos de Merrill. En Estados Unidos, los bonos corporativos AAA rindieron 4,8%, frente a pérdidas de 6,7% en el conjunto de la deuda con grado de inversión. Los bonos del Tesoro subieron 14%, en tanto el índice S&P 500 declinó 41%.
En todo el mundo cerca del 0,2% de los bonos con nota Aaa caen en cesación de pagos antes de diez años, según un análisis de títulos de 1983 a 2007 hecho por Moody’s. Comparativamente, lo mismo sucede a 0,5% de los calificados con Aa2 y 1,7% de toda la deuda con grado de inversión. Casi 32% de los bonos de alto rendimiento cayeron en impago antes de 10 años, muestra el análisis.
La pérdida de la nota AAA sería muy costosa para GE, cuya rama de finanzas depende del acceso a los mercados públicos. GE Capital sería calificada A+, o cuatro niveles por debajo de su actual AAA, sin el apoyo de su compañía matriz, dijo S&P.
Como parte del plan de GE para mantener su AAA, Immelt está reduciendo GE Capital a menos de 40% de la ganancia total del 2009, desde cerca de la mitad en 2007. El 2 de diciembre, la compañía dijo que planeaba emitir deuda de largo plazo por valor de U$45 mil millones en 2009, menos que los U$66 mil millones que tiene por vencer, y reducir los pagarés a U$50 mil millones, cifra inferior a los U$75 mil millones que dijo previamente.
“Quiero dejarlo en claro: la nota AAA es una filosofía de cómo se maneja la compañía”, dijo Immelt en una reunión de inversores el 16 de diciembre. “Creo que la calificación AAA es importante”.