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Imagine, programe y comparta

Juan Carlos Barahona | Jueves 24 julio, 2008


Imagine, programe y comparta

Juan Carlos Barahona

Hoy, en el Laboratorio de Medios del Instituto Tecnológico de Massachusetts, empezó la primera conferencia mundial enfocada en “ideas, aplicaciones y el placer de usar Scratch”.
Scratch es una aplicación gratuita que permite de una manera sencilla, intuitiva y divertida que niños y jóvenes puedan crear historias interactivas, juegos, música, arte y animaciones. Estas creaciones las comparten con la comunidad Scratch por medio de Internet. Esto es relevante e interesante por varias razones.
En términos de aprendizaje, al “jugar” los estudiantes aprenden las ideas matemáticas y computacionales que están contenidas en el diseño mismo de la herramienta. Imagínese, niños y niñas de primer grado aprendiendo sobre iteraciones, condicionales y otros conceptos computacionales. Muchachos y muchachas aprendiendo, mientras se divierten, conceptos importantes como coordenadas, variables y números aleatorios. Lo hacen con mucha motivación porque el software les proporciona un ambiente de aprendizaje significativo.
Pero hay mucho más que esto: se convierten en creadores del siglo XXI. Creadores de la “sociedad en red” pues la plataforma está diseñada para permtirles compartir su trabajo y aprender del trabajo de otros en un contexto global.
En una columna anterior hablaba de la producción de conocimiento y de aprendizajes en red. Bueno, aquí tiene un ejemplo. Es material valioso para apoyar el proceso educativo y es generado por personas de distintas edades y antecedentes, provenientes de todos los rincones del mundo a una tasa promedio de un proyecto nuevo cada dos minutos.
En Costa Rica, la Fundación Omar Dengo —con el apoyo del MEP y de Wal-Mart— desarrolla un programa que permite que más de 2 mil niños y jóvenes en riesgo social, provenientes de zonas rurales y económicamente deprimidas, utilicen esta herramienta para convertirse en cooproductores globales mientras mejoran la calidad de sus aprendizajes.
En la escuela El Silencio, en Tilarán, también está ocurriendo algo interesante. La totalidad de sus estudiantes, que son solo 17, cuenta con un computador por niño y están utilizando esta herramienta computacional para el desarrollo del curriculum oficial. Es una muestra del futuro que ojalá nos aguarde en el corto plazo: cada niño con un computador y un maestro que sabe que no es instructor sino facilitador.
En esta conferencia mundial, nuestro país estará representado por un joven maestro del Instituto Educativo Moderno que, hasta donde conozco, es la única escuela privada que está utilizando esta herramienta como parte del proceso diario de aprendizaje.
Tómese el tiempo de buscar y explorar www.scratch.mit.edu, especialmente si tiene hijos en edad escolar o tiene curiosidad de ver cómo será el futuro de la educación y pregúntese:
¿Qué hace falta para que mis hijos e hijas participen y se beneficien también de este nuevo fenómeno?

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