Igualdad de género potencia economía

Costa Rica perdió cuatro posiciones en el escalafón anual sobre igualdad entre hombres y mujeres que elabora el Foro Económico Mundial, retrocediendo de la casilla 28 a la 32, ubicándose como el sétimo del continente americano y el mejor de Centroamérica.

Considerando que son 130 los países bajo la lupa, Costa Rica ocupa una posición relativamente buena, pero podría ser mejor a la puntuación de 0.7111 que ocupa en una escala del cero al uno.

En efecto la nota debería ser mejor, por cuanto la correlación entre el rendimiento económico de los países y la disparidad entre géneros, si bien no implica causalidad, tiene fundamento lógico, ya que las naciones que no saben capitalizar total y efectivamente una de las mitades de sus recursos humanos —en este caso la femenina— corren más riesgo de deteriorar su potencial competitivo, tal como explicó la investigadora Laura Tyson, profesora de la Universidad de Berkeley, California, en la presentación del ranking.

He ahí la explicación a una parte del éxito de los países nórdicos, los áridos Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia, que no solo sobresalen por sus altos índices de crecimiento económico, sino por una proporcionada distribución del poder de decisión en los sectores público y privado de los recursos masculino y femenino, que los tiene en las primeras posiciones del ranking del Foro Económico Mundial —con puntuaciones de 0.8000 o más—, el cual fue elaborado con base en 13 variables provenientes de indicadores disponibles públicamente de las organizaciones Internacional del Trabajo y Mundial de la Salud, así como del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.

Es en momentos de crisis internacional cuando las economías demuestran de qué están hechas, manteniéndose en el barco del progreso o naufragando, y es cuando conviene evaluar todas las políticas a fin de extraer el máximo potencial de todos los sectores posibles. En ese sentido, el 71% de calificación que obtiene el país le alcanzaría para aprobar el examen del Foro Económico Mundial, pero aún está lejos de la excelencia, y hacia ella es que se debe apuntar.