¡Humillados los Lakers!
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 09 mayo, 2011
¡Humillados los Lakers!
Mavericks los apalean y los hunden 4-0
Los Mavericks de Dallas apoyados por 22 mil espectadores, humillaron ayer en su patio, el American Airlines Center a los Lakers de Los Angeles, tras apalearlos 122-86 y propinarles la cuarta derrota consecutiva en las semifinales de la Conferencia Oeste de la NBA.
Los Mavericks escribieron historia; barren la serie 4-0; eliminan a los angelinos por primera vez en estas instancias y despiden al legendario técnico Phil Jackson de la peor forma posible después de 21 años de éxitos profesionales.
Dallas retorna así a la final de la Conferencia Oeste por primera vez desde la campaña 2006 y la jugarán contra el vencedor de la serie entre Grizzlies de Memphis y Thunder de Oklahoma, con ventaja 2-1 para los primeros.
El partido, que pasó a la historia por ser la mayor humillación sufrida por los Lakers, que defendían dos títulos consecutivos de liga, fue una auténtica exhibición de buen juego defensivo y ofensivo por parte de los Mavericks, que contaron para la ocasión con la extraordinaria aportación de tres de sus reservas: el escolta Jason Terry, el base puertorriqueño José Juan Barea y el escolta-alero Peja Stojakovic.
Los tres se combinaron para conseguir 75 puntos con 16 triples de 20 intentos para dejar en 62,5% de acierto, la mejor marca de todos los tiempos en las finales de la NBA.
Terry fue el máximo anotador con 32 puntos después de anotar 11 de 14 tiros de campo, incluidos nueve de diez triples, capturó un rebote y puso un tapón.
Barea, por su parte, anotó 22 puntos al encestar 9 de 14 tiros de campo, incluido un triple en cuatro intentos, y 3-3 de personal, repartió ocho asistencias líder del equipo y capturó un rebote en los 27 minutos que estuvo en la cancha.
Mientras que Stojakovic volvió a dar la mejor versión como especialista en triples al estar perfecto con 6 de 6 y aportar 21 puntos en 30 minutos de acción.
Stojakovic estuvo perfecto en los tiros de campo con 7 de 7 y 1-2 de personal, capturó tres rebotes, dio una asistencia y recuperó tres balones.
Los Mavericks llegaron al descanso con un clara ventaja en el marcador (63-49), distancia que aumentó en el tercer periodo, mientras que en el cuarto completaron la mayor humillación sufrida por los Lakers al concluir el partido con la mayor diferencia: 36 puntos.
Esta paliza evaporó las palabras previas al juego de Kobe Bryant, quien después de perder el tercer partido, afirmó que los Lakers estaban listos para hacer historia y convertirse en el primer equipo en remontar una desventaja de 0-3.
Nada de esto sucedió.
Bryant se quedó con solo 17 puntos y tres rebotes para encabezar una lista de cinco jugadores que tuvieron dobles dígitos, pero solo un 38% de acierto en los tiros de campo.
Los Lakers no sólo perdieron, fueron barridos y quedaron eliminados, sino que también ofrecieron una imagen penosa cuando dos de sus jugadores, Lamar Odom y Andrew Bynum, fueron expulsados en el cuarto periodo tras sendas personales a Nowitzki y Barea.
Phil Jackson, quien decidió dejar los banquillos tras ganar 11 títulos de liga seis con los Bulls de Chicago de Michael Jordan y cinco con los Lakers, abandonó el campo abatido.
Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net y EFE
Mavericks los apalean y los hunden 4-0
Los Mavericks de Dallas apoyados por 22 mil espectadores, humillaron ayer en su patio, el American Airlines Center a los Lakers de Los Angeles, tras apalearlos 122-86 y propinarles la cuarta derrota consecutiva en las semifinales de la Conferencia Oeste de la NBA.
Los Mavericks escribieron historia; barren la serie 4-0; eliminan a los angelinos por primera vez en estas instancias y despiden al legendario técnico Phil Jackson de la peor forma posible después de 21 años de éxitos profesionales.
Dallas retorna así a la final de la Conferencia Oeste por primera vez desde la campaña 2006 y la jugarán contra el vencedor de la serie entre Grizzlies de Memphis y Thunder de Oklahoma, con ventaja 2-1 para los primeros.
El partido, que pasó a la historia por ser la mayor humillación sufrida por los Lakers, que defendían dos títulos consecutivos de liga, fue una auténtica exhibición de buen juego defensivo y ofensivo por parte de los Mavericks, que contaron para la ocasión con la extraordinaria aportación de tres de sus reservas: el escolta Jason Terry, el base puertorriqueño José Juan Barea y el escolta-alero Peja Stojakovic.
Los tres se combinaron para conseguir 75 puntos con 16 triples de 20 intentos para dejar en 62,5% de acierto, la mejor marca de todos los tiempos en las finales de la NBA.
Terry fue el máximo anotador con 32 puntos después de anotar 11 de 14 tiros de campo, incluidos nueve de diez triples, capturó un rebote y puso un tapón.
Barea, por su parte, anotó 22 puntos al encestar 9 de 14 tiros de campo, incluido un triple en cuatro intentos, y 3-3 de personal, repartió ocho asistencias líder del equipo y capturó un rebote en los 27 minutos que estuvo en la cancha.
Mientras que Stojakovic volvió a dar la mejor versión como especialista en triples al estar perfecto con 6 de 6 y aportar 21 puntos en 30 minutos de acción.
Stojakovic estuvo perfecto en los tiros de campo con 7 de 7 y 1-2 de personal, capturó tres rebotes, dio una asistencia y recuperó tres balones.
Los Mavericks llegaron al descanso con un clara ventaja en el marcador (63-49), distancia que aumentó en el tercer periodo, mientras que en el cuarto completaron la mayor humillación sufrida por los Lakers al concluir el partido con la mayor diferencia: 36 puntos.
Esta paliza evaporó las palabras previas al juego de Kobe Bryant, quien después de perder el tercer partido, afirmó que los Lakers estaban listos para hacer historia y convertirse en el primer equipo en remontar una desventaja de 0-3.
Nada de esto sucedió.
Bryant se quedó con solo 17 puntos y tres rebotes para encabezar una lista de cinco jugadores que tuvieron dobles dígitos, pero solo un 38% de acierto en los tiros de campo.
Los Lakers no sólo perdieron, fueron barridos y quedaron eliminados, sino que también ofrecieron una imagen penosa cuando dos de sus jugadores, Lamar Odom y Andrew Bynum, fueron expulsados en el cuarto periodo tras sendas personales a Nowitzki y Barea.
Phil Jackson, quien decidió dejar los banquillos tras ganar 11 títulos de liga seis con los Bulls de Chicago de Michael Jordan y cinco con los Lakers, abandonó el campo abatido.
Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net y EFE