Honduras cumple un año de golpe de Estado
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 29 junio, 2010
Honduras cumple un año de golpe de Estado
Miles de hondureños marchan y Zelaya acusa a EE.UU. en aniversario
Al cumplirse ayer un año del golpe de Estado a Manuel Zelaya, Honduras sigue sumido en la crisis abierta por ese derrocamiento y persiste el antagonismo entre quienes apoyan el golpe y quienes lo rechazan.
La división de la sociedad hondureña sigue igual desde el 28 de junio de 2009 -cuando tuvo lugar el golpe de Estado contra el entonces presidente Manuel Zelaya-. Por un lado está el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que exige una Constituyente y el regreso sin condiciones del ex mandatario, y, por el otro, los que apoyaron su derrocamiento.
Para el analista y director de la Agencia Audiovisuales y Análisis de Prensa, Manuel Torres, “el país sigue sumido en el golpe de Estado aunque haya un nuevo presidente”, Porfirio Lobo, quien asumió el poder el 27 de enero pasado, cuando Zelaya debía concluir su mandato de cuatro años.
Lobo fue electo en los comicios del 29 de noviembre de 2009, a los que los hondureños fueron convocados un mes antes del golpe que sacó a Zelaya del poder y del país.
Torres considera que el problema estriba en que a un año de la separación de Zelaya del poder “los principales protagonistas (de ese hecho) permanecen” en cargos de Gobierno y “al analizar el panorama político-social” persiste “el antagonismo entre quienes apoyan el golpe y quienes lo rechazan”.
En ese sentido, un año después del golpe, que desató la peor crisis política desde que Honduras retornó a la democracia en 1980, lo más visible en uno de los países más pobres del continente es la división de su sociedad.
De esa división no escapa el FNRP, que rechaza y acusa a algunos de los más cercanos colaboradores de Zelaya en su gobierno de haberlo traicionado y afirma que lo acompañaron solamente por un empleo.
El mismo Partido Liberal que llevó al poder a Zelaya se fraccionó en pedazos con corrientes que apoyaron el golpe de Estado y otros que lo condenaron, pero que se han declarado “Liberales en resistencia” sin ser miembros del FNRP, aunque apoyan la instalación de una Constituyente y aspiran a retornar al poder.
El coordinador del FNRP, Juan Barahona, considera que el golpe de Estado dejó como elemento positivo el resurgir de una resistencia popular a nivel nacional que no es partido político, en el que diversos pensamientos coinciden en la necesidad de una Constituyente.
Tegucigalpa
EFE
Miles de hondureños marchan y Zelaya acusa a EE.UU. en aniversario
Al cumplirse ayer un año del golpe de Estado a Manuel Zelaya, Honduras sigue sumido en la crisis abierta por ese derrocamiento y persiste el antagonismo entre quienes apoyan el golpe y quienes lo rechazan.
La división de la sociedad hondureña sigue igual desde el 28 de junio de 2009 -cuando tuvo lugar el golpe de Estado contra el entonces presidente Manuel Zelaya-. Por un lado está el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que exige una Constituyente y el regreso sin condiciones del ex mandatario, y, por el otro, los que apoyaron su derrocamiento.
Para el analista y director de la Agencia Audiovisuales y Análisis de Prensa, Manuel Torres, “el país sigue sumido en el golpe de Estado aunque haya un nuevo presidente”, Porfirio Lobo, quien asumió el poder el 27 de enero pasado, cuando Zelaya debía concluir su mandato de cuatro años.
Lobo fue electo en los comicios del 29 de noviembre de 2009, a los que los hondureños fueron convocados un mes antes del golpe que sacó a Zelaya del poder y del país.
Torres considera que el problema estriba en que a un año de la separación de Zelaya del poder “los principales protagonistas (de ese hecho) permanecen” en cargos de Gobierno y “al analizar el panorama político-social” persiste “el antagonismo entre quienes apoyan el golpe y quienes lo rechazan”.
En ese sentido, un año después del golpe, que desató la peor crisis política desde que Honduras retornó a la democracia en 1980, lo más visible en uno de los países más pobres del continente es la división de su sociedad.
De esa división no escapa el FNRP, que rechaza y acusa a algunos de los más cercanos colaboradores de Zelaya en su gobierno de haberlo traicionado y afirma que lo acompañaron solamente por un empleo.
El mismo Partido Liberal que llevó al poder a Zelaya se fraccionó en pedazos con corrientes que apoyaron el golpe de Estado y otros que lo condenaron, pero que se han declarado “Liberales en resistencia” sin ser miembros del FNRP, aunque apoyan la instalación de una Constituyente y aspiran a retornar al poder.
El coordinador del FNRP, Juan Barahona, considera que el golpe de Estado dejó como elemento positivo el resurgir de una resistencia popular a nivel nacional que no es partido político, en el que diversos pensamientos coinciden en la necesidad de una Constituyente.
Tegucigalpa
EFE