Hinduja: los miembros de la familia más rica de Reino Unido que fueron condenados a prisión en Suiza por la explotación de sus empleados domésticos
Redacción - BBC News Mundo | Viernes 21 junio, 2024
Cuatro miembros de la familia más rica de Reino Unido fueron condenados a penas de prisión en Suiza por la explotación laboral de sus empleados domésticos.
La justicia helvética condenó a Prakash y Kamal Hinduja a cuatro años y medio de cárcel, mientras su hijo Ajay y la esposa de éste, Namrata, recibieron una condena de cuatro años.
Los acusados, que no estaban presentes cuando se leyó la sentencia, fueron absueltos del delito de trata de personas.
Los cuatro estaban acusados de traer desde India a hombres y mujeres para que trabajaran como empleados domésticos en una mansión que tienen un exclusivo barrio de Ginebra y de pagarles apenas US$8 diarios por largas jornada de trabajo.
Las autoridades también acusaban a los miembros del clan de quitarles los pasaportes a sus empleados para restringir sus movimientos.
Los abogados de los Hinduja, familia propietaria de un conglomerado de empresas valorado en US$47.000 millones, han ofrecido explicaciones controversiales, como que los bajos salarios eran solo una parte de la remuneración, a la que había que sumar el alojamiento y las comidas.
De India para el mundo
Los Hinduja provienen de India y controlan un grupo homónimo, el cual está conformado por una red de empresas que van desde constructoras, distribuidoras de mercancías y fabricantes de vehículos hasta productores de lubricantes y bancos, según se lee en la página web del conglomerado.
El imperio fue fundado por Parmanand Deepchand Hinduja en 1914 en parte de lo que hoy es Pakistán y en un principio se enfocó en la venta de productos, aunque luego incursionó en la banca.
Para 1919 el empresario ya había logrado expandir sus negocios a Irán, donde operó hasta la llegada de la Revolución Islámica en 1979, fecha en la que mudaron sus operaciones a Reino Unido.
Los hijos del fundador -Srichand, Gopichard y Prakash- compartieron la dirección y continuaron con la expansión e internacionalización del grupo.
A la muerte de Srichand en 2023, su hermano menor, Gopichard lo sucedió al frente del grupo en Londres, mientras que Prakash -uno de los señalados por la justicia suiza- se quedó con los negocios que tienen en Mónaco.
En Reino Unido la familia ha ido adquiriendo valiosas propiedades inmobiliarias.
En Londres son dueños del hotel Raffles, el cual abrió en septiembre de 2023 y que se encuentra en el histórico edificio Old War Office en Whitehall, antiguo Ministerio de la Defensa, a solo unos metros del 10 de Downing Street, reportó la revista Forbes.
Asimismo son propietarios de parte del exclusivo Carlton House Terrace, un enorme edificio que alberga oficinas, residencias y salas de eventos, y que se ubica muy cerca del Palacio de Buckingham.
Hinduja Group asegura tener 200.000 empleados en todo el mundo.
En junio de 2020, un expediente judicial en Reino Unido reveló que las relaciones entre los hermanos no eran tan armoniosas como se pensaba.
Los documentos mostraron que el difunto Srichand se enfrentó en los tribunales a sus hermanos menores por la propiedad de un banco en Ginebra (Suiza).
Más en los perros que en los empleados
El clan estaba en la mira de las autoridades suizas desde hace seis años, cuando comenzó a investigarlos por el trato que daban a los empleados que tenían en su villa del exclusivo distrito de Cologny en Ginebra.
La semana pasada la familia se libró de una de las acusaciones de explotación laboral tras de llegar a un acuerdo financiero con las presuntas víctimas.
El juicio ha acaparado la atención de la prensa tanto en Reino Unido como en India, debido a las revelaciones realizadas por los investigadores.
"(Los Hinduja) gastaron más en un perro que en uno de sus sirvientes", denunció en el juzgado el fiscal Yves Bertossa, reportó Bloomberg.
El funcionario reveló que una de las niñeras ganaba tan solo US$7,84 por una jornada laboral de 18 horas, mientras unos documentos obtenidos por su despacho titulado "Mascotas" indicaban que la familia gastaba anualmente más de 9.000 francos suizos (más de US$10.000) en la alimentación y cuidado de uno de sus canes.
El fiscal también aseguró que los trabajadores, varios de los cuales debían trabajar los siete días de la semana, cobraban sus salarios en rupias indias y no en francos suizos, la moneda del país alpino.
Una defensa controvertida
Los abogados de la familia Hinduja no negaron las acusaciones de bajos salarios, pero dijeron que en los mismos había que incluir el alojamiento y la comida, según informó Imogen Foulkes, corresponsal de la BBC en Ginebra.
"No se puede reducir (el concepto de salario) simplemente a lo que se les pagó en efectivo", declaró el abogado Yael Hayat.
El cargo de las largas y extenuantes jornadas también fue refutado, y un abogado argumentó que ver una película con los niños no podía considerarse trabajo.
Y como prueba de que sus clientes no eran unos explotadores, los defensores apuntaron que varias de las presuntas víctimas trabajaron para la familia en repetidas ocasiones, lo que, a su juicio, demostraba que estaban satisfechos con sus condiciones laborales.
La defensa también consiguió que algunos exempleados testificaran a favor de los Hinduja, a los cuales describieron como una familia amigable que trataba a sus sirvientes con dignidad.
Asimismo, los representantes de los Hinduja acusaron al fiscal de ensañamiento y de buscar notoriedad con este caso.
"Ninguna otra familia ha sido tratada de esta manera", declaró uno de los abogados defrensores.
Tras conocerse la sentencia, la Fiscalía suiza pidió que se detenga a los condenados.
El lado oscuro de Ginebra
El caso Hinduya no es el primero de que este tipo que se registra en Ginebra, centro de organizaciones internacionales y de los ricos del mundo.
En 2008, Hannibal Gaddafi, hijo del exdictador libio Muammar Gaddafi, fue arrestado en su hotel de cinco estrellas en la ciudad alpina por la policía, después de que se denunciara que él y su esposa habían estado golpeando a sus sirvientes.
Aunque el caso fue cerrado, el mismo provocó una enorme disputa diplomática entre Suiza y Libia, con dos ciudadanos suizos arrestados en Trípoli como represalia.
Apenas el año pasado, cuatro trabajadoras domésticas filipinas denunciaron a una de las misiones diplomáticas ante Naciones Unidas, alegando que no les habían pagado durante años.
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