Fracasa plan para recortar plazo de segunda ronda presidencial

Si a usted las campañas políticas se le hacen largas y tediosas y, al mismo tiempo, las considera muy caras, es mejor que tenga paciencia, ya que los diputados prácticamente enterraron una reforma constitucional que recortaría a un mes el plazo entre la primera y la segunda ronda para elegir al Presidente.

La propuesta no representaría ningún ahorro para el Estado; lo peor de todo, es que existe el riesgo de que se presenten problemas de logística para el Tribunal Supremo de Elecciones, por lo que los legisladores encargados de analizar el tema acordaron -por unanimidad – rendir un informe negativo al Plenario.

Ante este panorama, los dos meses de plazo que hoy rigen en la Constitución entre la primera y segunda ronda se mantendrían, ya que es muy poco probable que el plan reviva en su etapa final de discusión en el plenario.

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Darle más tiempo al nuevo presidente -un mes más – para que eligiera a su gabinete, así como reducir los gastos de campaña y mitigar el álgido clima electoral eran los objetivos del proyecto.

El plan se presentó después de las últimas elecciones presidenciales, en donde el país se dividió por el matrimonio igualitario de las personas del mismo sexo, llevando a Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, y a Carlos Alvarado, del PAC, a una segunda ronda.

Para rechazar la idea, los diputados tomaron en cuenta la posibilidad de que ante una votación muy cerrada entre dos o más candidatos, el órgano electoral tenga que hacer un recuento manual de más de 3 millones de papeletas.

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“El mismo Tribunal ha dicho que hacer una reducción mayor a tres semanas podría ser contraproducente para ellos por todo lo que involucra toda la logística. Hemos planteado inclusive, algunos escenarios de la tormenta perfecta pues, ¿qué pasaría si hay que contar manualmente, en el caso de que la votación es muy cercana entre un partido y otro, el porcentaje que alcanza y sería prácticamente el mismo plazo?”, dijo Ivonne Acuña, legisladora de Nueva República.

En los últimos 20 años, el país ha ido a tres procesos de desempate electoral -incluyendo las últimas dos ocasiones - ; sin embargo, si se toma en cuenta que la época del bipartidismo quedó en el pasado y que los electores ya no son afines a ninguna agrupación, es muy probable que esta sea la nueva dinámica política.