Fondos: Los derivados y los fondos de inversión
| Lunes 04 febrero, 2008
Fondos:
Los derivados y los fondos de inversión
Entre las transformaciones de los mercados financieros, los derivados se están convirtiendo en una parte importante del entorno del inversionista. Los derivados son instrumentos financieros como las opciones o contratos a futuro que proporcionan rentas determinadas a partir de los precios de otros activos como los bonos o lo precios de las acciones.
Un ejemplo es una opción de compra sobre acciones de la empresa Intel, cuya relación está determinada por un precio inferior si el valor de la acción se mantiene por debajo de un umbral determinado. Sin embargo, el precio de esa misma acción puede aumentar si su valor se incrementa por encima del nivel inicialmente definido. Es importante aclarar que una opción de compra es un derecho para adquirir una acción o un valor a un precio de ejercicio en una fecha pactada o con anterioridad a la misma.
Como ya lo adelantamos, los derivados reciben este nombre porque su valor depende del precio de otros activos financieros. La utilización más importante que se está dando a los derivados es para cubrir el riesgo que todo activo financiero conlleva o, en su efecto, transferir ese riesgo a otra parte. El uso de estos valores para la gestión del riesgo está creciendo aceleradamente y ha dado cabida a dinámicas especulativas muy riesgosas.
Se ha hecho común en el mundo de los mercados bursátiles el estallido de las llamadas burbujas especulativas cuya base se ha cimentado sobre los derivados, lo que ha tenido como resultado la pérdida de millones de dólares que terminan por enloquecer a más de un inversionista. Aun así, los derivados continúan desempeñando un papel muy importante en la elaboración de las carteras y en el sistema financiero. Razón de sobra para conocer sobre este instrumento y el significado de su peso en un fondo de inversiones que, no está de más reiterar, siguen la lógica de la teoría de cartera en materia de inversiones.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net
Los derivados y los fondos de inversión
Entre las transformaciones de los mercados financieros, los derivados se están convirtiendo en una parte importante del entorno del inversionista. Los derivados son instrumentos financieros como las opciones o contratos a futuro que proporcionan rentas determinadas a partir de los precios de otros activos como los bonos o lo precios de las acciones.
Un ejemplo es una opción de compra sobre acciones de la empresa Intel, cuya relación está determinada por un precio inferior si el valor de la acción se mantiene por debajo de un umbral determinado. Sin embargo, el precio de esa misma acción puede aumentar si su valor se incrementa por encima del nivel inicialmente definido. Es importante aclarar que una opción de compra es un derecho para adquirir una acción o un valor a un precio de ejercicio en una fecha pactada o con anterioridad a la misma.
Como ya lo adelantamos, los derivados reciben este nombre porque su valor depende del precio de otros activos financieros. La utilización más importante que se está dando a los derivados es para cubrir el riesgo que todo activo financiero conlleva o, en su efecto, transferir ese riesgo a otra parte. El uso de estos valores para la gestión del riesgo está creciendo aceleradamente y ha dado cabida a dinámicas especulativas muy riesgosas.
Se ha hecho común en el mundo de los mercados bursátiles el estallido de las llamadas burbujas especulativas cuya base se ha cimentado sobre los derivados, lo que ha tenido como resultado la pérdida de millones de dólares que terminan por enloquecer a más de un inversionista. Aun así, los derivados continúan desempeñando un papel muy importante en la elaboración de las carteras y en el sistema financiero. Razón de sobra para conocer sobre este instrumento y el significado de su peso en un fondo de inversiones que, no está de más reiterar, siguen la lógica de la teoría de cartera en materia de inversiones.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net