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NACIONALES


Fin del colón caro

Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Lunes 09 septiembre, 2013




Alza de tasas en EE.UU. sería uno de los factores

Fin del colón caro

Es momento de prever pagos con un tipo de cambio mayor

Los días del dólar barato están contados.
Esta situación provocará que si usted es de las personas que adquirieron una deuda en dólares teniendo ingresos en colones, deberá enfrentar un costo mayor en el pago de la cuota.
Por su parte, las exportaciones costarricenses, incluido el turismo, serán más competitivas, mientras que las importaciones, incluidos los combustibles, se volverán más caras.
Todo esto se da por la tentación hecha a los inversionistas para llevar sus dólares de vuelta a Estados Unidos, alentados por el rumor de un aumento en las tasas de interés y la caída en el premio por invertir en países como el nuestro.
Es un hecho que el tiempo del dólar barato está por terminar, debido a que Estados Unidos pondrá freno a una política de estímulos para reactivar su economía.
Por eso, las personas y empresas deben prepararse para un escenario en el que un dólar más caro pueda dar al traste con sus finanzas.
Es posible que en enero próximo, el dólar se despegue del costo mínimo de ¢500, tendencia estable durante el último par de años.
Uno de cada dos deudores firmó el crédito en dólares durante ese lapso, y es un hecho que los ingresos de la mayoría de esas personas son en colones.
Esto quiere decir que, de subir el precio del dólar, el monto dedicado a pagar las cuotas aumentará.
De darse un alza, el Banco Central no está en la obligación de intervenir, ya que el techo de la banda (punto de intervención) está pronto a llegar a los ¢800.
Sin embargo, perfectamente podría hacerlo usando sus reservas internacionales, para evitar un descalabro.
“El techo está muy alto como para pensar que la entidad no intervendrá en algunos momentos, como ya lo hizo en ocasiones anteriores”, dijo Fernando Rodríguez, economista de la Universidad Nacional.

También, el Gobierno puede prever la situación y participar con una estrategia para sostener el tipo de cambio bajo, pues prepara una nueva emisión de bonos de deuda externa y todavía tiene recursos depositados en el Banco Central.
En la medida en que se “seque” la cantidad de moneda estadounidense en el mercado local, Hacienda podría inyectar esos dólares y cambiarlos por colones.
“La mayoría de estas inversiones está en poder de inversionistas institucionales, a los que no les conviene que caiga el precio de los títulos que adquieren para no impactar el valor de sus carteras, señaló Mauricio Hernández, de Scotiabank.
Sin embargo, Hernández advirtió que el bono del Ministerio de Hacienda con vencimiento a 2019 tuvo una caída del 4% de su precio en una sola sesión, lo cual es un indicio de salida de inversionistas.
Por último, los niveles de inversión extranjera directa y exportaciones se mantienen estables, mientras que los empresarios turísticos, exportadores y de servicios verían una mejora en su negocio ya que recibirán más colones a cambio de cada dólar percibido.
Del lado de las vulnerabilidades, el problema del déficit fiscal sigue en la escena.
Tanto autoridades de Gobierno como expertos creen que las firmas calificadoras de riesgo podrían degradar la nota para Costa Rica, lo que alentaría la salida de inversores.
Fue en el último trimestre del año anterior que se dio la entrada masiva de dinero a Costa Rica, unos $2 mil millones en compras de títulos.
Gran parte de ese dinero está invertido en valores como los eurobonos, y en títulos de Hacienda y el Banco Central.
La expectativa en la subida del tipo de cambio se presenta porque Estados Unidos analiza elevar las tasas de interés, luego de años de promover un dólar barato.
Por eso, muchos inversores alistan el regreso de su capital a Estados Unidos tras conocer esta señal, y eso provocaría que mercados emergentes —como Costa Rica— pierdan parte de la liquidez en dólares.
Los países que integran el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ya sintieron los efectos.
El temor de estas naciones es que una estampida de capitales tenga efectos nocivos en sus economías, y por eso planean medidas de contingencia. Pensar que el dólar seguirá anclado al piso por siempre es una falacia.

Rodrigo Díaz
rdiaz@larepublica.net







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