Europa define manejo de bancos en quiebra

 

Los titulares de las carteras de Finanzas de la Unión Europea llegaron a un acuerdo referido al modo como se debe manejar la situación de los bancos que declaran la quiebra, medida que, en su parecer, apuntalará la confianza del inversor y contribuirá a superar la crisis financiera que vive el área del euro.
En el curso de las siete horas que demandaron las negociaciones de emergencia que se llevaron adelante en Bruselas los ministros establecieron las directivas para asignarle las pérdidas a acreedores particulares y para regular la ayuda pública.
También detallaron en qué supuestos los gobiernos pueden intervenir y determinaron una nueva función del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que es el fondo protectorio del área del euro que tiene un valor de 500 mil millones de euros ($651.mil millones).
“Tomó mucho tiempo y fue arduo y fue intenso”, dijo el ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schaeube, a los periodistas tras finalizar el encuentro. Dijo que el acuerdo constituye un ”paso de relevancia” en pos de clarificar “que, primero y principalmente, los accionistas y los acreedores son responsables ante la ley”.
El acuerdo llegó algunas horas antes de que los líderes del gobierno de la UE se encontraran para estudiar la situación del progreso realizado en el compromiso 2012 que asumieron para cortar el ciclo de contagio entre bancos y prestamistas soberanos.
El Banco Central Europeo (BCE) ya tiene previsto supervisar, el año entrante, el control financiero en la zona del euro, que sería la primera etapa de la estrategia que conjuga los nuevos procedimientos dispuestos en la resolución de la UE con las barreras de protección nacionales.
Ahora que las naciones de la UE llegaron a un acuerdo entre ellas, pueden dar comienzo las conversaciones con el Parlamento Europeo para llegar a la versión final del proyecto normativo.
La legislación sobre servicios financieros de la UE exige que haya acuerdo entre las naciones y la asamblea. El texto del cuerpo legislativo le concede a las naciones el derecho absoluto de nacionalizar los bancos en quiebra siempre que esta medida sea esencial para la conservación de la estabilidad financiera.
Pese a que, el año pasado, los países apoyaron en principio el proyecto de unión bancaria, Alemania dio señales de que disentía de los planes de acción que abrigaba la Comisión Europea y advirtió que tener una autoridad central fuerte con capacidad normativa, respaldada por un fondo de un banco en común, iba más allá de lo que permiten los tratados en vigencia.
El acuerdo muestra que ninguno de los 27 miembros de la UE dejó esta estructura.
 

Bloomberg