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Estudiar ¿qué?

Nuria Marín nmarin@alvarezymarin.com | Lunes 16 mayo, 2011



Creciendo junt@s
Estudiar ¿qué?

Con frecuencia me encuentro con jóvenes que se encuentran ante la difícil disyuntiva de ¿qué estudiar? A diferencia de otros países en los que el énfasis o “major,” puede ser escogido conforme se van tomando los cursos, lo que permite al estudiante descubrir su verdadera vocación, nuestro sistema “obliga” a escoger con escasos 18 años e incluso menos.
La angustia se incrementa cuando cada quien, al momento de tener que decidir, ve ante sí con gran preocupación un creciente aumento de graduados en los diferentes ámbitos y las difíciles perspectivas, luego de cinco años de estudio, de encontrar trabajo.
Hay que reconocer que si bien esta generación tiene una gama de oportunidades más amplia que la mía, también lo es que deben enfrentar una más fuerte competencia. Nosotros competíamos entre ticos como mucho con los centroamericanos…, los jóvenes de hoy compiten con el resto del mundo.
Para muchos y de cara a la búsqueda de mejorar y asegurar sus condiciones de vida a futuro, la decisión se torna en una difícil disyuntiva entre estudiar lo que realmente les apasiona o bien aquello que parece brindar seguridad económica dados los requerimientos del mercado.
En lo personal, cuando me piden consejo ante ¿qué estudiar?, me inclino por recomendar que sigan su corazón más que la razón. No porque no crea en la importancia de la seguridad y una decisión racional, sino más bien por la convicción de que los mejores profesionales, esos que el “mercado” siempre va a buscar por ser los mejores o premiar con el éxito en un emprendimiento empresarial, son aquellos que aman con pasión lo que hacen.
La vida es plena en inseguridades y constantes cambios, máxime ante un mundo vertiginoso de sorprendentes giros, basta ver lo que está pasando en el norte de Africa y Oriente Medio, o la reciente crisis económica y financiera. No existe por tanto una apuesta segura. Lo que hoy el mercado laboral busca y parece ofrecer una cierta seguridad puede no serlo mañana. Entonces, ¿por qué optar por una aparente seguridad?
Por otra parte, cuántas personas, luego de haber estudiado y trabajado en lo que no les gustaba con muchas frustraciones encima, finalmente se deciden por enrumbar sus vidas a su verdadera vocación. Existen también aquellos que amando lo que estudiaron terminan trabajando en algo completa y maravillosamente inesperado un incentivo para dar incluso un gran valor agregado.
En un mundo tan competitivo, la mejor receta para el triunfo es amar con pasión aquello que hacemos. Son las personas entregadas en cuerpo y alma las que realmente hacen la diferencia, sean estas historiadoras, salubristas públicas, abogadas, empresarias, chefs, diseñadoras o artistas, entre otras tantas opciones.
El mundo actual es para los y las audaces por lo que la libertad de escoger y decidir se convierte en una llave para convertirnos en personas únicas, auténticas y profesionalmente realizadas, clave esencial para ser la mejor versión de nosotros mismos.

Nuria Marín

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