Espectáculo con ambiciones
| Jueves 24 julio, 2008
Espectáculo con ambiciones
• Legendario superhéroe de los cómics regresa en una versión sombría y arrolladora
“Batman: El caballero de la noche”
(The Dark Knight)
Dirección: Christopher Nolan. Reparto: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine. Duración: 2:32. Origen: EE.UU. 2008. Calificación: 8.
Destinada a convertirse en un extraordinario fenómeno de taquilla, “Batman: El caballero de la noche” no es una obra maestra, pero concreta algo poco usual hoy día: un eficiente espectáculo masivo, con ambiciones artísticas. Las razones detrás de su éxito van más allá de una magna campaña publicitaria, o de la curiosidad generada por la muerte prematura del actor Heath Ledger.
He aquí una realización robusta, técnicamente impresionante, que funciona además como un lúcido espejo de sus tiempos, pues refleja las inquietudes y el malestar de la sociedad contemporánea. El legendario superhéroe de los cómics, creado en 1939 por Bob Kane, regresa en una versión sombría y arrolladora, cargada de oscuras connotaciones políticas.
El argumento se resume en pocas palabras: el hombre murciélago forja una alianza con el teniente de policía James Gordon y el fiscal General, Harvey Dent. Los tres colaboran para tratar de detener al Guasón, un criminal desquiciado quien constituye un grave peligro para Ciudad Gótica.
Parece el mismo cuento de siempre, pero detrás de la acción explosiva afloran consideraciones intrigantes, sobre cómo una democracia hace frente a las fuerzas que amenazan su seguridad. El Guasón, con su desdén por el dinero y su obsesión enfermiza por el caos y la destrucción, se impone como un siniestro símbolo del terrorismo. Los otros personajes principales, representan distintas maneras de combatirlo, dentro y fuera de los márgenes de la ley.
Las conclusiones son discutibles, pero hay que reconocer el esfuerzo por enriquecer una fórmula estereotipada, aportando estimulantes cuestionamientos éticos. Lo que sí merma el impacto emotivo de la película es su actitud nihilista. En el fondo, se advierte un sentimiento de profunda desilusión, desconfianza en las instituciones y un pesimismo generalizado.
Derrochando furor histriónico, Heath Ledger ofrece el desempeño más memorable de su corta carrera. Su retrato surrealista del demente Guasón, no teme comparaciones con el gran trabajo efectuado por Jack Nicholson en la entrega de 1989. Los demás actores están a la altura del reto: desde Christian Bale como Batman, hasta el impecable Michael Caine como Alfred, el mayordomo.
La envolvente dirección de Christopher Nolan le imprime al relato una energía envidiable, superando los buenos resultados que el mismo Nolan había alcanzado con “Batman inicia” (2005). Poco importan algunas transiciones demasiado bruscas y otras imperfecciones formales. “Batman: El caballero de la noche” concreta una experiencia electrizante, intensa y satisfactoria.
• Legendario superhéroe de los cómics regresa en una versión sombría y arrolladora
“Batman: El caballero de la noche”
(The Dark Knight)
Dirección: Christopher Nolan. Reparto: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine. Duración: 2:32. Origen: EE.UU. 2008. Calificación: 8.
Destinada a convertirse en un extraordinario fenómeno de taquilla, “Batman: El caballero de la noche” no es una obra maestra, pero concreta algo poco usual hoy día: un eficiente espectáculo masivo, con ambiciones artísticas. Las razones detrás de su éxito van más allá de una magna campaña publicitaria, o de la curiosidad generada por la muerte prematura del actor Heath Ledger.
He aquí una realización robusta, técnicamente impresionante, que funciona además como un lúcido espejo de sus tiempos, pues refleja las inquietudes y el malestar de la sociedad contemporánea. El legendario superhéroe de los cómics, creado en 1939 por Bob Kane, regresa en una versión sombría y arrolladora, cargada de oscuras connotaciones políticas.
El argumento se resume en pocas palabras: el hombre murciélago forja una alianza con el teniente de policía James Gordon y el fiscal General, Harvey Dent. Los tres colaboran para tratar de detener al Guasón, un criminal desquiciado quien constituye un grave peligro para Ciudad Gótica.
Parece el mismo cuento de siempre, pero detrás de la acción explosiva afloran consideraciones intrigantes, sobre cómo una democracia hace frente a las fuerzas que amenazan su seguridad. El Guasón, con su desdén por el dinero y su obsesión enfermiza por el caos y la destrucción, se impone como un siniestro símbolo del terrorismo. Los otros personajes principales, representan distintas maneras de combatirlo, dentro y fuera de los márgenes de la ley.
Las conclusiones son discutibles, pero hay que reconocer el esfuerzo por enriquecer una fórmula estereotipada, aportando estimulantes cuestionamientos éticos. Lo que sí merma el impacto emotivo de la película es su actitud nihilista. En el fondo, se advierte un sentimiento de profunda desilusión, desconfianza en las instituciones y un pesimismo generalizado.
Derrochando furor histriónico, Heath Ledger ofrece el desempeño más memorable de su corta carrera. Su retrato surrealista del demente Guasón, no teme comparaciones con el gran trabajo efectuado por Jack Nicholson en la entrega de 1989. Los demás actores están a la altura del reto: desde Christian Bale como Batman, hasta el impecable Michael Caine como Alfred, el mayordomo.
La envolvente dirección de Christopher Nolan le imprime al relato una energía envidiable, superando los buenos resultados que el mismo Nolan había alcanzado con “Batman inicia” (2005). Poco importan algunas transiciones demasiado bruscas y otras imperfecciones formales. “Batman: El caballero de la noche” concreta una experiencia electrizante, intensa y satisfactoria.