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ACCIÓN


Escoba en Los Angeles

| Lunes 06 octubre, 2008




Escoba en Los Angeles

Los Angeles
EFE

El jardinero dominicano Manny Ramírez y el manager Joe Torre surgieron como los triunfadores de la serie de división que los Dodgers de Los Angeles ganaron por barrida de 3-0 a los Cachorros de Chicago, que tuvieron al piloto Lou Piniella y al quisqueyano Alfonso Soriano de perdedores.
Ramírez, que llegó a los Dodgers el pasado 31 de julio traspasado por los Medias Rojas de Boston, volvió a erigirse en el gran líder de su nuevo equipo, al que primero guio a la fase final y luego a estar en la lucha por el banderín de la Liga Nacional con el triunfo por 3-1 en el tercer partido de la serie al mejor de cinco.
Ramírez, que en la temporada regular con los Dodgers consiguió 17 jonrones, 53 carreras impulsadas y .396 de promedio de bateo en los 53 partidos que disputó con su nuevo equipo, volvió a estar oportuno en el tercer juego de la serie al irse de 2-1 con anotación.
El jardinero dominicano llegó a los cinco imparables en diez turnos al bate, dos jonrones, cinco anotaciones y tres impulsadas en la serie contra los Cachorros.
Torre, el veterano piloto, después de 12 años con los Yanquis de N
ueva York, decidió que había llegado la hora de cambiar de aires y se fue al extremo del país, al cálido clima de California.
Aunque el equipo tuvo todo tipo de problemas, su marca era negativa a principios de septiembre, al final la aportación de Ramírez cambió por completo la historia y Torre fue el gran beneficiado.
Los tres triunfos conseguidos por los Dodgers le permitieron a Torre llegar a los 79 en la competición de los “playoffs”, incluidos 76 logrados con los Yanquis y 16 fueron en la Serie Mundial, la mejor marca de todos los tiempos en las Grandes Ligas.
Los Dodgers dominaron la serie con 20 carreras por sólo seis de los Cachorros, que además no tuvieron buen pitcheo y mucho menos defensa al cometer seis errores.
“Solamente tengo que decir una cosa y es que podremos estar en la fase final por cien años más, pero si anotas sólo seis carreras en tres juegos estaremos otros 100 años antes que podamos ganar”, declaró con filosofía y resignación Piniella. “No bateamos y cuando tienes oportunidades y las dejas pasar, entonces pierdes”.
El mismo sentir mostró Soriano, el gran líder del ataque de los Cachorros, que no pudo refrendarlo en la caja de bateo al concluir la serie con sólo un imparable en 14 turnos al bate.
Desde que llegó a los Cachorros hace dos temporadas, Soriano sólo ha pegado dos imparables en 28 turnos al bate durante la competición de la fase final para dejar en .036 su promedio con el madero.
Con o sin maldición de la cabra, la realidad es que los Cachorros no respondieron una temporada más a la condición de equipo con la mejor marca de la competición regular y sus 97 triunfos no impidieron su eliminación.






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