¿Es infalible la política cambiaria del BCCR?
| Miércoles 23 abril, 2008
¿Es infalible la política cambiaria del BCCR?
La política cambiaria cayó en crisis. La intención de migrar de un esquema de minidevaluaciones a uno de flotación del tipo de cambio con una mínima intervención en el mercado por parte del Banco Central de Costa Rica (BCCR) era, sin duda, muy buena.
Los primeros resultados que se observaron durante el primer año de vigencia del sistema de bandas cambiarias fueron, en balance, positivos, y brindaron soporte a la idea de que la transición sería exitosa. No obstante, a finales de noviembre de 2007, la nueva ampliación de las bandas no produjo los resultados esperados. El tipo de cambio no se despegó del límite inferior de la banda cambiaria y, como resultado, requirió la intervención activa del BCCR en el mercado para “defenderlo”. Esto elevó el nivel de incertidumbre e invitó a la especulación.
Ante esa realidad, en febrero de 2008, el BCCR decidió no ampliar, nuevamente, las bandas cambiarias. Esa decisión incrementó aún más la incertidumbre, introdujo dudas acerca de la credibilidad de que se completen las reformas planeadas originalmente —quedándonos atados a una especie de tipo de cambio fijo— y, como consecuencia, profundizó la crisis cambiaria.
En tiempos de crisis los líderes no pueden mantener la neutralidad. El no tomar acción, posición adoptada por el BCCR, no es una decisión sin consecuencias. La crisis cambiaria ya impactó, y continuará impactando, negativamente a la economía real. Los agentes económicos, desde individuos hasta empresas multinacionales, dedican esfuerzos y recursos importantes para tratar de “adivinar” cuándo y cuán grande será la próxima ampliación de las bandas cambiarias que anuncie el BCCR, la inflación se mantiene en niveles de dos dígitos, se ahuyenta la inversión en los sectores productivos, se afecta de manera negativa el crecimiento económico y los especuladores, tanto nacionales como internacionales, han cambiado sus inversiones en dólares a colones, lo cual aplica más presión al sistema.
En otras palabras, la crisis monetaria podría extenderse a una crisis económica y financiera de una escala mucho mayor. Es precisamente en este momento en que el BCCR debe reconocer que es necesaria una reforma monetaria radical —la dolarización de la economía— para superar la crisis e instaurar un sistema monetario estable.
A pesar de que, desde un punto de vista técnico, el apoyo a la propuesta de dolarización ha crecido exponencialmente y se han esgrimido abiertamente las razones por las cuales esa es la mejor opción para superar la crisis cambiaria, resulta sospechoso el silencio absoluto que ha mantenido el BCCR acerca del tema. En su ensayo Sobre la Libertad, publicado originalmente en 1859, el gran intelectual inglés John Stuart Mill sentenció que: “Todo silenciamiento de discusión es una suposición de infalibilidad”. ¿Será que el BCCR considera infalible su política cambiaria?
Luis E. Loría Rojas
Investigador
Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas - UCR
lloria@strategic-la.com
La política cambiaria cayó en crisis. La intención de migrar de un esquema de minidevaluaciones a uno de flotación del tipo de cambio con una mínima intervención en el mercado por parte del Banco Central de Costa Rica (BCCR) era, sin duda, muy buena.
Los primeros resultados que se observaron durante el primer año de vigencia del sistema de bandas cambiarias fueron, en balance, positivos, y brindaron soporte a la idea de que la transición sería exitosa. No obstante, a finales de noviembre de 2007, la nueva ampliación de las bandas no produjo los resultados esperados. El tipo de cambio no se despegó del límite inferior de la banda cambiaria y, como resultado, requirió la intervención activa del BCCR en el mercado para “defenderlo”. Esto elevó el nivel de incertidumbre e invitó a la especulación.
Ante esa realidad, en febrero de 2008, el BCCR decidió no ampliar, nuevamente, las bandas cambiarias. Esa decisión incrementó aún más la incertidumbre, introdujo dudas acerca de la credibilidad de que se completen las reformas planeadas originalmente —quedándonos atados a una especie de tipo de cambio fijo— y, como consecuencia, profundizó la crisis cambiaria.
En tiempos de crisis los líderes no pueden mantener la neutralidad. El no tomar acción, posición adoptada por el BCCR, no es una decisión sin consecuencias. La crisis cambiaria ya impactó, y continuará impactando, negativamente a la economía real. Los agentes económicos, desde individuos hasta empresas multinacionales, dedican esfuerzos y recursos importantes para tratar de “adivinar” cuándo y cuán grande será la próxima ampliación de las bandas cambiarias que anuncie el BCCR, la inflación se mantiene en niveles de dos dígitos, se ahuyenta la inversión en los sectores productivos, se afecta de manera negativa el crecimiento económico y los especuladores, tanto nacionales como internacionales, han cambiado sus inversiones en dólares a colones, lo cual aplica más presión al sistema.
En otras palabras, la crisis monetaria podría extenderse a una crisis económica y financiera de una escala mucho mayor. Es precisamente en este momento en que el BCCR debe reconocer que es necesaria una reforma monetaria radical —la dolarización de la economía— para superar la crisis e instaurar un sistema monetario estable.
A pesar de que, desde un punto de vista técnico, el apoyo a la propuesta de dolarización ha crecido exponencialmente y se han esgrimido abiertamente las razones por las cuales esa es la mejor opción para superar la crisis cambiaria, resulta sospechoso el silencio absoluto que ha mantenido el BCCR acerca del tema. En su ensayo Sobre la Libertad, publicado originalmente en 1859, el gran intelectual inglés John Stuart Mill sentenció que: “Todo silenciamiento de discusión es una suposición de infalibilidad”. ¿Será que el BCCR considera infalible su política cambiaria?
Luis E. Loría Rojas
Investigador
Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas - UCR
lloria@strategic-la.com