Empresarios minimizan alerta de bomba fiscal
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 04 junio, 2010
Déficit tributario del país es el único riesgo de la economía costarricense, para el Fondo Monetario Internacional
Empresarios minimizan alerta de bomba fiscal
Productores temen que si se echa mano de más impuestos se pueda debilitar la recuperación
La economía nacional marcha bien en casi todo, el único punto débil señalado desde fuera es la deuda del sector público, que ronda el 43% del total de la producción nacional.
Ese porcentaje preocupa a la presidenta Laura Chinchilla, al ministro de Hacienda, Fernando Herrero, y a la delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que estuvo la semana anterior en el país.
Pero, a los empresarios les parece una cifra manejable, más si se toma en cuenta que la producción va repuntando, y esto generará más ingresos para el gobierno. Es por esto que aconsejan a los nuevos gobernantes no asustarse.
Por ello, surge un cuestionamiento a la alerta que encendió el FMI; el cual pone en entredicho el nivel de urgencia que debe tener un plan para aumentar la cantidad de impuestos.
Hace una década, el déficit superaba el 50% y el país podía sobrellevar esa carga. Actualmente en países como España, Estados Unidos y México la situación fiscal es más grave que aquí, pero no hablan de reformas al fisco.
El FMI no ha castigado a ningún país latinoamericano, ni ha intervenido economías que, en su mayoría, salieron con un hueco en sus finanzas posterior a la crisis del año anterior.
El debate respecto a la deuda pública se intensificará en las próximas semanas, porque el tema lo plantearía el Poder Ejecutivo en agosto para enviarlo a la Asamblea Legislativa.
“Uno entiende que a los ojos de los responsables es lógico que haya una preocupación, más si hay déficit y compromisos importantes; como empresario considero prudente que el abordaje del tema fiscal sea ligado al ritmo de crecimiento de la producción”, manifestó Juan María González, presidente de la Cámara de Industrias.
En caso de una pronta recuperación, los sectores producirán más y con las tasas actuales, el gobierno percibirá más dinero.
En ese sentido, es como si se iniciaran los síntomas de una enfermedad, que puede tratarse aún con remedios no tan severos, como revisión y reducción del gasto del gobierno, consideró Arnoldo André, presidente de la Cámara de Comercio.
Un cuestionamiento compartido por los dos sectores es la dificultad para recaudar los impuestos. Ya que el necesitado es el gobierno debería facilitar el pago, ya sea invirtiendo en plataformas digitales o simplificando el cálculo de los tributos.
Con esa estrategia sería más fácil atacar el porcentaje de evasión fiscal, de acuerdo con el último estudio de la Contraloría General de la República, señaló Manuel H. Rodríguez, presidente de la Unión de Cámaras y Empresa Privada.
En la medida en que haya más empresas contribuyendo, menor será la necesidad de aumentar los impuestos a quienes ya están cumpliendo con esta responsabilidad.
“Quisiéramos apostar más bien al tema de eficiencia en recaudación y gasto, y que presionen a los que no están pagando”, aseveró Mario Montero, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Alimentaria.
El riesgo de modificar el cobro de impuestos es que podría limitar la recuperación de las empresas, si el tributo es muy alto. Además, podría poner un techo a algunas actividades si llega a modificar de forma considerable el costo final que un producto tiene para el consumidor.
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
Empresarios minimizan alerta de bomba fiscal
Productores temen que si se echa mano de más impuestos se pueda debilitar la recuperación
La economía nacional marcha bien en casi todo, el único punto débil señalado desde fuera es la deuda del sector público, que ronda el 43% del total de la producción nacional.
Ese porcentaje preocupa a la presidenta Laura Chinchilla, al ministro de Hacienda, Fernando Herrero, y a la delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que estuvo la semana anterior en el país.
Pero, a los empresarios les parece una cifra manejable, más si se toma en cuenta que la producción va repuntando, y esto generará más ingresos para el gobierno. Es por esto que aconsejan a los nuevos gobernantes no asustarse.
Por ello, surge un cuestionamiento a la alerta que encendió el FMI; el cual pone en entredicho el nivel de urgencia que debe tener un plan para aumentar la cantidad de impuestos.
Hace una década, el déficit superaba el 50% y el país podía sobrellevar esa carga. Actualmente en países como España, Estados Unidos y México la situación fiscal es más grave que aquí, pero no hablan de reformas al fisco.
El FMI no ha castigado a ningún país latinoamericano, ni ha intervenido economías que, en su mayoría, salieron con un hueco en sus finanzas posterior a la crisis del año anterior.
El debate respecto a la deuda pública se intensificará en las próximas semanas, porque el tema lo plantearía el Poder Ejecutivo en agosto para enviarlo a la Asamblea Legislativa.
“Uno entiende que a los ojos de los responsables es lógico que haya una preocupación, más si hay déficit y compromisos importantes; como empresario considero prudente que el abordaje del tema fiscal sea ligado al ritmo de crecimiento de la producción”, manifestó Juan María González, presidente de la Cámara de Industrias.
En caso de una pronta recuperación, los sectores producirán más y con las tasas actuales, el gobierno percibirá más dinero.
En ese sentido, es como si se iniciaran los síntomas de una enfermedad, que puede tratarse aún con remedios no tan severos, como revisión y reducción del gasto del gobierno, consideró Arnoldo André, presidente de la Cámara de Comercio.
Un cuestionamiento compartido por los dos sectores es la dificultad para recaudar los impuestos. Ya que el necesitado es el gobierno debería facilitar el pago, ya sea invirtiendo en plataformas digitales o simplificando el cálculo de los tributos.
Con esa estrategia sería más fácil atacar el porcentaje de evasión fiscal, de acuerdo con el último estudio de la Contraloría General de la República, señaló Manuel H. Rodríguez, presidente de la Unión de Cámaras y Empresa Privada.
En la medida en que haya más empresas contribuyendo, menor será la necesidad de aumentar los impuestos a quienes ya están cumpliendo con esta responsabilidad.
“Quisiéramos apostar más bien al tema de eficiencia en recaudación y gasto, y que presionen a los que no están pagando”, aseveró Mario Montero, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Alimentaria.
El riesgo de modificar el cobro de impuestos es que podría limitar la recuperación de las empresas, si el tributo es muy alto. Además, podría poner un techo a algunas actividades si llega a modificar de forma considerable el costo final que un producto tiene para el consumidor.
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net