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Empresa asume factura del vertido en Golfo de México

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 04 mayo, 2010




Empresa asume factura del vertido en Golfo de México

La empresa British Petroleum estableció ayer una línea gratuita para compensar a los afectados por el vertido en el Golfo de México y prometió asumir la factura de la limpieza de un derrame que se espera genere pérdidas multimillonarias.
El anuncio llega después de que el presidente de EE.UU., Barack Obama, insistiera el domingo en que la BP es “responsable” por el vertido y “pagará la factura” por el mismo.
BP, que operaba la plataforma que se hundió el pasado 22 de abril, dos días después de una explosión en la que murieron once trabajadores, expresó ayer en un comunicado su disposición a asumir la responsabilidad por lo ocurrido.
Eso incluye el aceptar solicitudes de compensación a través de una línea telefónica que operará de forma ininterrumpida los siete días de la semana y en la que se aceptarán, entre otras, reclamaciones de aquellos que hayan sufrido pérdidas por el derrame, como los pescadores de Luisiana.
El consejero delegado de British Petroleum, Tony Hayward, que llegó ayer a EE.UU. para supervisar los trabajos de contención del vertido, insistió en ese mensaje.
“Absolutamente pagaremos por la operación de limpieza; no hay duda de eso. Es nuestra responsabilidad y la aceptamos plenamente”, dijo a la radio pública NPR el ejecutivo de 52 años que asumió las riendas de la empresa en el 2007.
Se desconoce, por el momento, a cuánto podría ascender la factura de los alrededor de 5 mil barriles diarios de crudo que se calcula fluyen diariamente al mar, aunque estimaciones de distintos analistas apuntan que, sólo la limpieza, podría costar hasta $7 mil millones.
El directivo de BP precisó, de todos modos, en otra entrevista ayer con la cadena de televisión estadounidense ABC, que pese a asumir el gasto de la limpieza y otros costes asociados, la empresa “no es responsable por el accidente”.
Hayward insistió en que el equipo que falló, y que ha permitido la fuga de crudo, pertenece a Transocean, propietaria de la plataforma siniestrada, de la que BP era concesionaria.
El citado equipo está pensado para sellar el flujo de petróleo y gas a la superficie en situaciones de emergencia pero no funcionó como debía en el caso de la plataforma Deepwater Horizon.
BP dice que los trabajadores que lograron ser evacuados de la plataforma sostienen que trataron de activar sin éxito el equipo de sellado, que centra ahora la investigación para aclarar lo ocurrido.
Tanto Cameron International, proveedora de los equipos del pozo, como Halliburton realizaron distintos trabajos en la plataforma y si BP es capaz de probar que incurrieron en negligencias podría desviar parte de la multimillonaria factura hacia ellos.
Guy Cantwell, portavoz de Transocean, emitió ayer un comunicado en el que señala que la empresa “esperará a ver todos los datos antes de extraer conclusiones y no especulará”.
El fiscal general estadounidense, Eric Holder, dijo ayer en rueda de prensa que el Departamento de Justicia forma parte de la investigación e insistió, en línea con el resto del Gobierno, en que es necesario asegurar que “BP asuma la responsabilidad”.
Por lo demás, y en lo que a la contención del derrame se refiere, Hayward aseguró que los químicos que se están aplicando para dispersar el crudo e impedir que suba a la superficie están teniendo un impacto significativo, aunque no ofreció detalles precisos.
La empresa dijo el domingo que la enorme estructura en forma de cúpula en la que trabajan sus ingenieros para colocarla sobre las fugas de crudo, capturar el petróleo y bombearlo sin daño medioambiental podría estar instalada en el plazo de seis a ocho días.
Mientras tanto, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, sostuvo ayer que las excavaciones de un pozo alternativo comenzaron la pasada noche y su construcción podría tardar unos 90 días.
Ese pozo, considerado la “solución definitiva” serviría para inyectar un líquido más pesado que el petróleo que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo a la superficie.

Washington /EFE






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