Empleo, igualdad y educación técnica
| Lunes 13 agosto, 2012
Empleo, igualdad y educación técnica
En nuestro país enfrentamos problemas de desempleo y desigualdad desde hace muchos años, que aunque deben ser abordados con múltiples instrumentos, atacarlos a través de mayor cantidad y mejor calidad de educación es la clave para generar y sostener el cambio, aumentar el empleo y promover la movilidad social.
Es conocido que las personas que más fácilmente consiguen empleo y las que mejores salarios obtienen son las de mayor educación. Sin embargo, debemos incluir un par de variables importantes, tales como el hecho de que la carrera debe ser pertinente, y concordante con la demanda de los sectores productivos.
Graduados de varias carreras de educación o de ciencias sociales que previamente conseguían trabajo con facilidad hoy se encuentran con muchos problemas. En cambio, la demanda por graduados de ingenierías, de carreras científicas o de combinaciones innovadoras de carreras de las artes y letras y ciencias sociales, con la informática, las ciencias y los idiomas se pueden colocar más fácilmente.
Ahora bien, los trabajos cambian, se modernizan, y las y los funcionarios deben actualizar sus competencias. Antes un ingeniero, un científico o un mecánico podían permanecer décadas después de graduado sin tener que ir a actualizarse, ahora la incursión de las tecnologías de la información y la comunicación y la velocidad del cambio, obligan a las y los trabajadores de todas las disciplinas a buscar la educación continua. También es importante tener en cuenta que en la actualidad se necesitan habilidades “blandas” tales como trabajo en equipo, capacidad de comunicación, de resolución de problemas y liderazgo, entre otras, para retener el trabajo y aún más para obtener un ascenso.
De igual manera, la educación es la clave para que las personas incursionen con mejores posibilidades en el campo del emprendimiento. Las pequeñas y medianas empresas enfrentan retos técnicos, administrativos, gerenciales, financieros y otros que solo con capacitación, formación y asistencia técnica los pueden enfrentar exitosamente.
Aunque la educación al más alto nivel es importante, también es cierto que la educación técnica de calidad es fundamental para aumentar el empleo, reducir la desigualdad y contribuir al desarrollo nacional.
Según nuestro análisis, un año después de haberse graduado los jóvenes del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) a nivel de técnico especializado, un 91% había conseguido trabajo.
Si el análisis se realiza a nivel de trabajador calificado y técnico, el porcentaje es aún importante, llegando a un 79%. Los graduados se emplean principalmente en trabajos formales, en empresas que buscan personal calificado profesional y técnico avanzado, en vez de mano de obra no calificada; en espacios más dignos, con mejores salarios, oportunidades de surgir e incluso de continuar aprendiendo y eventualmente independizarse y generar su propio emprendimiento.
El INA graduó en el año 2011 más de 31.000 personas en diferentes disciplinas que pueden incorporarse en el mercado laboral de manera rápida. Nuestro principal compromiso es aumentar la calidad, convertirnos en un Instituto con tecnología de punta y consolidar las alianzas con el sector productivo nacional, lo mismo que con las universidades públicas y privadas para establecer articulación técnico-académica, de modo que podamos contribuir de mejor forma a la reducción del desempleo y la desigualdad en esta nación.
Olman Segura Bonilla
Presidente del INA
En nuestro país enfrentamos problemas de desempleo y desigualdad desde hace muchos años, que aunque deben ser abordados con múltiples instrumentos, atacarlos a través de mayor cantidad y mejor calidad de educación es la clave para generar y sostener el cambio, aumentar el empleo y promover la movilidad social.
Es conocido que las personas que más fácilmente consiguen empleo y las que mejores salarios obtienen son las de mayor educación. Sin embargo, debemos incluir un par de variables importantes, tales como el hecho de que la carrera debe ser pertinente, y concordante con la demanda de los sectores productivos.
Graduados de varias carreras de educación o de ciencias sociales que previamente conseguían trabajo con facilidad hoy se encuentran con muchos problemas. En cambio, la demanda por graduados de ingenierías, de carreras científicas o de combinaciones innovadoras de carreras de las artes y letras y ciencias sociales, con la informática, las ciencias y los idiomas se pueden colocar más fácilmente.
Ahora bien, los trabajos cambian, se modernizan, y las y los funcionarios deben actualizar sus competencias. Antes un ingeniero, un científico o un mecánico podían permanecer décadas después de graduado sin tener que ir a actualizarse, ahora la incursión de las tecnologías de la información y la comunicación y la velocidad del cambio, obligan a las y los trabajadores de todas las disciplinas a buscar la educación continua. También es importante tener en cuenta que en la actualidad se necesitan habilidades “blandas” tales como trabajo en equipo, capacidad de comunicación, de resolución de problemas y liderazgo, entre otras, para retener el trabajo y aún más para obtener un ascenso.
De igual manera, la educación es la clave para que las personas incursionen con mejores posibilidades en el campo del emprendimiento. Las pequeñas y medianas empresas enfrentan retos técnicos, administrativos, gerenciales, financieros y otros que solo con capacitación, formación y asistencia técnica los pueden enfrentar exitosamente.
Aunque la educación al más alto nivel es importante, también es cierto que la educación técnica de calidad es fundamental para aumentar el empleo, reducir la desigualdad y contribuir al desarrollo nacional.
Según nuestro análisis, un año después de haberse graduado los jóvenes del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) a nivel de técnico especializado, un 91% había conseguido trabajo.
Si el análisis se realiza a nivel de trabajador calificado y técnico, el porcentaje es aún importante, llegando a un 79%. Los graduados se emplean principalmente en trabajos formales, en empresas que buscan personal calificado profesional y técnico avanzado, en vez de mano de obra no calificada; en espacios más dignos, con mejores salarios, oportunidades de surgir e incluso de continuar aprendiendo y eventualmente independizarse y generar su propio emprendimiento.
El INA graduó en el año 2011 más de 31.000 personas en diferentes disciplinas que pueden incorporarse en el mercado laboral de manera rápida. Nuestro principal compromiso es aumentar la calidad, convertirnos en un Instituto con tecnología de punta y consolidar las alianzas con el sector productivo nacional, lo mismo que con las universidades públicas y privadas para establecer articulación técnico-académica, de modo que podamos contribuir de mejor forma a la reducción del desempleo y la desigualdad en esta nación.
Olman Segura Bonilla
Presidente del INA