El tabaco no solo mata
| Lunes 29 agosto, 2011
El tabaco no solo mata
LA REPUBLICA en su editorial del 25 de agosto en curso trata el tema de la Ley del Tabaco que tiene más de dos años en la Asamblea Legislativa sin poder implementarse y claramente define no solamente el problema sino también los responsables de que, para vergüenza nacional, no tengamos esa ley.
Para que esto suceda, la bancada del Partido Liberación Nacional no es la única culpable. Sin los votos de los diputados del Movimiento Libertario no era posible eliminar un texto de consenso elaborado por todos los diputados de la Comisión de Asuntos Sociales y sus asesores. Para ser más claro, ellos votaron en contra de lo que habían redactado una semana antes.
El nuevo texto introducido por el diputado Aiza es permisivo al consentir cajetillas de diez cigarrillos para hacer más fácil que los jóvenes las compren y también permite fumar en lugares públicos como son las paradas de autobuses y taxis, para que los no fumadores en esos sitios, inhalen contra su voluntad el humo de los fumadores.
Las razones de esa conducta extraña son conjetura pues creemos que nuestros diputados saben que el costo a la salud pública de las enfermedades relacionados al tabaco es altísimo, amén de los costos económicos para el país de las personas que prematuramente dejan de producir por su incapacidad o muerte.
Que quede claro que la Ley del Tabaco no pretende prohibir el fumado, los que quieran pueden continuar haciéndolo en sus casas u otros sitios privados. Lo que pretende es hacer menos fácil la adicción de nuevos fumadores, particularmente jóvenes, a quienes eufemísticamente las tabacaleras llaman “material del reemplazo”.
Lo más increíble en esta zaga es que el diputado que ha sido más visible en la lucha a favor de la muerte y contra la salud sea un médico. Es por eso qué él ha sido denunciado ante la Fiscalía del Colegio de Médicos por infringir artículos de su Código de Etica y Moral, particularmente el número 3 que dice: “El médico observará tanto en el ejercicio profesional como fuera de él, una conducta acorde con el honor y la dignidad de su profesión” .
Rodrigo Cabezas Moya
Médico especialista en cirugía de tórax
LA REPUBLICA en su editorial del 25 de agosto en curso trata el tema de la Ley del Tabaco que tiene más de dos años en la Asamblea Legislativa sin poder implementarse y claramente define no solamente el problema sino también los responsables de que, para vergüenza nacional, no tengamos esa ley.
Para que esto suceda, la bancada del Partido Liberación Nacional no es la única culpable. Sin los votos de los diputados del Movimiento Libertario no era posible eliminar un texto de consenso elaborado por todos los diputados de la Comisión de Asuntos Sociales y sus asesores. Para ser más claro, ellos votaron en contra de lo que habían redactado una semana antes.
El nuevo texto introducido por el diputado Aiza es permisivo al consentir cajetillas de diez cigarrillos para hacer más fácil que los jóvenes las compren y también permite fumar en lugares públicos como son las paradas de autobuses y taxis, para que los no fumadores en esos sitios, inhalen contra su voluntad el humo de los fumadores.
Las razones de esa conducta extraña son conjetura pues creemos que nuestros diputados saben que el costo a la salud pública de las enfermedades relacionados al tabaco es altísimo, amén de los costos económicos para el país de las personas que prematuramente dejan de producir por su incapacidad o muerte.
Que quede claro que la Ley del Tabaco no pretende prohibir el fumado, los que quieran pueden continuar haciéndolo en sus casas u otros sitios privados. Lo que pretende es hacer menos fácil la adicción de nuevos fumadores, particularmente jóvenes, a quienes eufemísticamente las tabacaleras llaman “material del reemplazo”.
Lo más increíble en esta zaga es que el diputado que ha sido más visible en la lucha a favor de la muerte y contra la salud sea un médico. Es por eso qué él ha sido denunciado ante la Fiscalía del Colegio de Médicos por infringir artículos de su Código de Etica y Moral, particularmente el número 3 que dice: “El médico observará tanto en el ejercicio profesional como fuera de él, una conducta acorde con el honor y la dignidad de su profesión” .
Rodrigo Cabezas Moya
Médico especialista en cirugía de tórax