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FORO DE LECTORES


El golpe de timón al servicio universal

George Miley George.Miley@sita.aero | Martes 22 septiembre, 2020

George Miley

Hace unos meses, estábamos luchando para que el Gobierno no se llevara los fondos del FONATEL, el cual, ante los ojos del Gobierno de turno, era un superávit del que podía contar para brindar apoyo económico para los costarricenses con necesidades derivadas de la reciente precipitada desaceleración económica del país. En esos momentos y a través de esta columna, ofrecí mi opinión acerca de la importancia de esos fondos para poder cerrar la brecha digital y no para acentuarla, que era lo que podría ocurrir con la propuesta de ley que destinaba los fondos de FONATEL para otros fines del que fueron creados.

Ahora, toca retomar la segunda parte de esa columna, que tiene que ver con los mecanismos de acción, los montos comprometidos y los actores del proceso, debido a la nueva propuesta de ley.

Con la nueva, pero siempre reincidente, ocurrencia de ley en el Congreso - Programa Nacional de Alfabetización Digital - PNAD, el Gobierno se apoya por una medida que evita el secuestro directo del dinero de FONATEL para hacerlo de “pase de taquito”. Pero no hace mucho más que pasar de un bolsillo al otro, olvidando mecanismos de control, de pesos y contrapesos, de origen de fondos y de los compromisos ya adquiridos de los fondos.

Pues bien, la crónica de un secuestro anunciado se convierte en una profecía autocumplida. El peligro que hay es de índole de sostenibilidad financiera, de responsabilidad legal y social, así como de integridad de mercado económico. No puede el dueño de la bola enojarse y llevarse la bola cuando las cosas van cuesta arriba. La correcta ejecución en cuanto a los pesos y contrapesos legales y financieros brillan por su ausencia. Este nuevo proyecto establece que de FONATEL, habrá dos chequeras – una para SUTEL, que tiene reglas claras de ejecución y rendición de cuentas; otro, para una nueva agencia, el PNAD, con excepciones de ley para contratar a “dedo” y sin responsabilidad como si lo tiene SUTEL.

¿Puede de una fuente emanar agua dulce y agua amarga? ¿Puede una persona servir a dos maestros? ¿Será que algo hay entre cielo y tierra, que obligue a que deba ser así?

Olvida el Gobierno que desde el año 2010 hay acuerdos entre SUTEL y el MEP para lograr avanzar proyectos, y que a duras penas se logró recibir información fiable (algo básico como número de escuelas y su ubicación) así como directrices de procesos de priorización de conexión (quien mejor que el Gobierno para saber las necesidades del pueblo). Miles de horas hombre fueron invertidas para lograr dar con soluciones a la medida del Gobierno. Solo que el Gobierno no aprovechó la oportunidad de dar las directrices, de dictar la pauta y delegó todo al Plan de Desarrollo de Telecomunicaciones. Y no se apropió de un mecanismo de toma de decisiones asertivo.

Pero por parche todo se resuelve. Resulta que el PNAD nos va a entregar una nueva red nacional, pomposamente llamada la Red del Bicentenario, que va a ser muy interesante a nivel financiera, técnico y operacional, cómo funcionará. Porque, objetivamente van a tener que permitir que el Gobierno no le entregue al ICE la red y permita participar en igualdad de condiciones a todos los actores y competencia del mercado. Así mismo, será interesante quién administrará la red en su integración de nodos, núcleos y protocolos de transporte, responsabilidad en los indicadores de calidad y apegados a las normas de telecomunicaciones que establece la Ley 8642. ¿O será que esta red tenga excepción también en esos aspectos de los cuales la propuesta no atisba a mencionar?

Hoy, nuevos actores en el Gobierno se rasgan las vestiduras. Y FONATEL es en sus ojos, un fracaso. Si quizá en los últimos 8 años hubiera habido trabajo pro-positivo del Gobierno en tomar decisiones más que en planificar, no tendríamos tantos apuros ahora para proponer un parche, de más acciones, más planes, más aprendizaje – mientras que los alumnos siguen desconectados.

En administración de empresas es de conocimiento común que las curvas de aprendizaje, las fusiones entre empresas, las eficiencias operativas, no se dan con un simple cambio en papel – toman meses o años. Por lo general se habla de procesos de 6 meses para simples curvas de aprendizaje y hasta de 36 meses para fusiones entre empresas. Y aun así, en un modelo privado de eficiencias, recursos y sobre todo, clara visión con dirección, es un reto que involucra cientos de personas. Así las cosas, no es alentador que se pretenda con este proyecto de ley, o como algunos lo ven, con un parche, que se dé un golpe de timón con resultados inmediatos y esperables – ayudar inmediatamente a los estudiantes. Necesitan esa ayuda hoy - no pueden esperar esas curvas de aprendizaje de los reciclados actores.

Es una lástima que el Gobierno siga viendo esto como una medallita de corto plazo y no como un proyecto país a largo plazo.






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