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Dos acciones claves

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 14 abril, 2014


El gas natural producido nacionalmente apoya con energía firme de muy bajo costo el desarrollo de las fuentes renovables


Dos acciones claves

Los crecientes costos de la generación eléctrica, y la consecuente pérdida de competitividad energética, no son consecuencia del régimen insuficiente de lluvias, sino que son el resultado de la política energética.
Esta política genera, entre otros aspectos, dos grandes problemas que impulsan fuertemente el crecimiento de los costos: el uso de búnker y diésel caros e importados como fuente de energía firme (que tiene altos costos variables) y la sobrecapacidad de generación con fuentes de energía no firme de alta variabilidad climática (que tiene altos costos fijos financieros y que ya alcanza un 71% de la capacidad instalada).
Es conocido de todos que nuestro país está en una región donde existe una importante variabilidad climática y donde el cambio climático está teniendo un creciente impacto, y que esta situación se manifiesta “a través de cambios en los recursos renovables, en su capacidad operativa y en sus resultados económicos” .
También es conocido que:
- “Las energías renovables intrínsecamente dependientes del clima tendrán cambios en su cantidad, su disponibilidad en el tiempo, su rendimiento operacional y su nivel de producción de energía” .
- “La generación hidroeléctrica es la fuente de energía que puede verse más directamente afectada por el cambio climático ya que es muy sensible a la cantidad, el momento y los patrones geográficos de precipitación y a la temperatura” .
- “El cambio climático cuestiona el supuesto tradicional que la experiencia hidrológica del pasado proporciona una buena guía de las condiciones futuras”.
Ante estas circunstancias, y sin perjuicio de otras medidas, existen dos acciones claves para reducir significativamente los costos de la electricidad:
- Rebalancear el “mix” de las fuentes de energía que usamos para generar electricidad, de manera tal que se aumente la proporción de fuentes nacionales de energía de bajo costo que no tengan variabilidad (energía firme) y que se reduzca la proporción de fuentes de energía que tengan una alta variabilidad (energía no firme).
- Sustituir el búnker y diésel importados, usados actualmente como fuente de energía firme para enfrentar la gran variabilidad climática de las energías renovables, por fuentes nacionales de energía firme.
La evidencia en el mundo demuestra que el gas natural producido nacionalmente apoya con energía firme de muy bajo costo el desarrollo de las fuentes renovables que tienen alta variabilidad climática, disminuye dramáticamente los costos de la electricidad y genera grandes ingresos fiscales para el Estado.
Ninguna de las fuentes de energía que utilizamos actualmente para generar electricidad tiene estas tres grandes ventajas que benefician a la economía y a toda población.

Roberto dobles

 

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