Dilema económico
Wilmer Murillo wmurillo@larepublica.net | Martes 26 febrero, 2008
Dilema económico
Wilmer Murillo
La actividad económica aumentará este año pero en forma mucho menor que la alcanzada en 2007.
Si hacemos un recuento de lo acontecido en los pasados años, basado en cifras y por sectores, descubriremos la variabilidad de nuestra economía y la incertidumbre que nos causa su futuro.
En términos generales o, más bien, macroeconómicos, se puede caracterizar la situación como de relativa estabilidad.
La economía del país crecerá este año un 3,8%, cifra menor al 6,3% experimentado en 2007, según las previsiones de la programación monetaria anunciada por el Banco Central.
Costa Rica sigue enfrentando vulnerabilidades que deben ser corregidas para frenar los riesgos de una inflación generalizada, y un ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y para conjurar el riesgo de una baja en la calificación de riesgo país que le dificulte el acceso a recursos externos.
Al parecer se repetirá este año y en 2009 la vieja historia de bajo dinamismo generalizado, del crecimiento del Producto Interno Bruto.
Las previsiones del Banco Central no toman en cuenta la eventual aprobación durante el año de una reforma fiscal y del tratado de libre comercio con Estados Unidos, que según el emisor, vendrían a mejorar mucho el panorama económico.
El 2005 y 2006 y aún el anterior pudieron ser años propicios para reafirmar la estabilidad económica, reducir las vulnerabilidades externas e internas. En cambio este será otro año de frustrante crecimiento económico y de pocos avances, sólidos como se requieren.
Ciertamente hay que reconocer que este deficiente desempeño económico eventualmente conducirá a un deterioro de las condiciones sociales del país.
Un país puede tener diversos objetivos de desarrollo que es posible alcanzar mediante políticas y programas optativos para la asignación de recursos. Pero, sin importar cuáles sean estos objetivos en función de otros programas sociales la capacidad para a alcanzarlos dependerá en gran medida del crecimiento de su producción total de bienes y servicios.
Por los motivos más variados lo que ocurre en la economía evidencia, a pesar de la retórica de los políticos, que no hemos sido capaces de mejorarla para aliviar los males que nos aquejan y mejorar el ingreso por habitante y el bienestar en general.
Wilmer Murillo
La actividad económica aumentará este año pero en forma mucho menor que la alcanzada en 2007.
Si hacemos un recuento de lo acontecido en los pasados años, basado en cifras y por sectores, descubriremos la variabilidad de nuestra economía y la incertidumbre que nos causa su futuro.
En términos generales o, más bien, macroeconómicos, se puede caracterizar la situación como de relativa estabilidad.
La economía del país crecerá este año un 3,8%, cifra menor al 6,3% experimentado en 2007, según las previsiones de la programación monetaria anunciada por el Banco Central.
Costa Rica sigue enfrentando vulnerabilidades que deben ser corregidas para frenar los riesgos de una inflación generalizada, y un ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y para conjurar el riesgo de una baja en la calificación de riesgo país que le dificulte el acceso a recursos externos.
Al parecer se repetirá este año y en 2009 la vieja historia de bajo dinamismo generalizado, del crecimiento del Producto Interno Bruto.
Las previsiones del Banco Central no toman en cuenta la eventual aprobación durante el año de una reforma fiscal y del tratado de libre comercio con Estados Unidos, que según el emisor, vendrían a mejorar mucho el panorama económico.
El 2005 y 2006 y aún el anterior pudieron ser años propicios para reafirmar la estabilidad económica, reducir las vulnerabilidades externas e internas. En cambio este será otro año de frustrante crecimiento económico y de pocos avances, sólidos como se requieren.
Ciertamente hay que reconocer que este deficiente desempeño económico eventualmente conducirá a un deterioro de las condiciones sociales del país.
Un país puede tener diversos objetivos de desarrollo que es posible alcanzar mediante políticas y programas optativos para la asignación de recursos. Pero, sin importar cuáles sean estos objetivos en función de otros programas sociales la capacidad para a alcanzarlos dependerá en gran medida del crecimiento de su producción total de bienes y servicios.
Por los motivos más variados lo que ocurre en la economía evidencia, a pesar de la retórica de los políticos, que no hemos sido capaces de mejorarla para aliviar los males que nos aquejan y mejorar el ingreso por habitante y el bienestar en general.