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FORO DE LECTORES


Diez años de ciudadanía hemisférica

| Sábado 07 mayo, 2011


Diez años de ciudadanía hemisférica

Creo no exagerar si digo que Centroamérica ocupa un sitial de particular relevancia en la conmemoración del X Aniversario de la firma de la Carta Democrática Interamericana que este año 2011, 34 Estados Miembros de la OEA celebran con encuentros como el presente diálogo: “Democracia para la paz, la seguridad y el desarrollo”, que los miembros del Sistema de Integración Centro Americana (SICA) y México, realizarán entre el 11 y 13 de mayo en San José de Costa Rica.
Para Centroamérica se trata de una fecha coincidente con los 30 años de transición a la democracia. Un primer balance nos dice que los procesos de transición no han estado exentos de turbulencias y amenazas. A pesar de ello, persisto en mi optimismo: hoy más que nunca, y esta es quizá una de las virtudes más elocuentes de la Carta, estamos concernidos de manera programática con los acontecimientos de índole institucional y político en cada uno de los países miembros de la OEA.
La Carta Democrática se ha instalado entre nosotros como una verdadera carta de ciudadanía hemisférica. Esa es la primera lección que podemos extraer en conjunto de los distintos episodios que en estos diez años han puesto a prueba la solidez de la Carta Democrática y, con ello, la fortaleza de la OEA.
Corolario de lo anterior es la amplitud de las misiones electorales llevadas a cabo por nuestra organización, que han operado en terreno en más de 60 procesos electorales desde que asumí la Secretaría General en 2005.
La tarea no ha sido fácil, pero sin obstáculos no hay organismo que se fortalezca, y ese ha sido también el caso nuestro. Los impasses en Haití y Nicaragua, las dificultades en Bolivia, el conflicto Colombia-Ecuador, el golpe en Honduras, y el más reciente diferendo fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica, nos hablan de la necesidad de estar alertas, pero sobre todo de la capacidad de nuestros países para alcanzar consensos cuando existen una Carta política acordada entre todos y un marco jurídico no sujeto al capricho de la voluntad personal.
Esa es nuestra fortaleza, y ha sido construida en el tiempo, a través de resoluciones como la de Santiago de Chile en 1991 y de Managua en 1993, hasta llegar a la Tercera Cumbre de las Américas en 2001, donde los jefes de Estado decidieron impulsar ese mismo año la firma de la Carta Democrática durante la reunión de Cancilleres en Lima.
Pero más importante que acordarla, es honrarla: hoy no existe una sola capital de un país miembro activo de la OEA donde no podamos conmemorar este X Aniversario en coherencia con sus postulados. Decir que la Carta se ha consolidado como nuestra ciudadanía hemisférica no es poco, considerando la historia de décadas recientes.
Aun cuando falta mucho por hacer en aras de esta misma ciudadanía, hoy podemos estar orgullosos de haber puesto un ideal a la altura de lo que podemos realizar entre todos.

José Miguel Insulza
Secretario General OEA






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